La lluvia solo trae causas perdidas.
No habla nunca de encuentros de mañana
aun si trae restos de mundos no nacidos.
Quien escucha llover escucha voces que pasaron
y asume así el abismo futuro, otros silencios.
No existe el hoy mientras la lluvia cae,
duradera, acompasada, llevándonos
del sueño de las horas a un jamás despierto
que nos dice que las naves que ardieron
son, si acaso, las únicas naves verdaderas,
las que ninguna lluvia apagó nunca.
Ernesto Santana nació en Puerto Padre, en 1958. Ha publicado varios libros de cuentos y las novelas Ave y nada (Premio Alejo Carpentier, Letras Cubanas, La Habana, 2002) y El carnaval y los muertos (Premio Franz Kafka, Agite/Fra, Praga, 2010).
Otros poemas suyos: El país de Nod y El bosque petrificado.