Quien te corta enloquece prisionero de tu sombra,
su mente se vuelve oscuridad y suplicio para él y para quienes él cobija.
Nadie tiene derecho a matar la sombra que el rayo no quema por respeto.
Sombra de sangre que nos cobija a nosotros que nacimos de ti.
Sombra que te alimentas de la sangre del sacrificio.
Yo pongo mi fe en ti, mis pies en tu raíz, sobre tu luz, solo con tu permiso.
Yo te venero en nombre de lo invisible, en nombre de las fuerzas que el viento
lleva y trae cuando le ordenas irrigarnos con tu sangre, desde tu copa
que toca la punta del cielo hasta el final de mis pies donde desaparecen tus raíces.
Tú que levantas las casas eres la casa. Tú que levantas las calles eres el camino.
Yo me acomodo en ti, vivo en ti porque tú vas conmigo.
Tú con tu sombra y tu algodón y tus espinas que me protegen.
Armando Suárez Cobián nació en Antilla, en 1957. Ha publicado los libros de poemas Corre ve y dile (Extramuros, La Habana, 1986) y Nueva York no eres tú (Torre de Letras, La Habana, 2013). Este poema pertenece a este último libro.
Otros poemas suyos: Un día más, Otra vez diciembre, Gramercy Park y Seis de junio.