Back to top
Poesía

Helado para después

'Duró entre labios dormidos,/ era de hielos ardidos./ O de un ardor congelado,/ duró sin estar gastado.'

Missouri

 

Compró un helado ese día
para ver si me encontraba.
¡Qué ocurrencia!, ¡qué porfía!,
para ver si me extraviaba.

¿Era un helado nocturno?
¿O solo fue vespertino?
¿Y cuánto duró su fino
amarillo de sol diurno?

Duró en la punta de un diente
y en serio malabarismo
no resbaló hacia su abismo,
se quedó helado, pendiente.

Goteando en la carretera,
duró la mañana entera.
Duró la tarde y la noche,
gustado sin un reproche.

Duró entre labios dormidos,
era de hielos ardidos.
O de un ardor congelado,
duró sin estar gastado.

Duró minutos tal vez
y allí donde poco había
fue esa ocurrencia o porfía:
"helado para después".

 


Alessandra Molina nació en La Habana en 1968. Su último libro de poemas, Otras maneras de lo sin hueso, fue publicado en edición bilingüe, español y alemán, en Graz, Austria.

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.