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Poesía

El Mal y la Montaña (Apuntes para una Teoría de la Invasión)

'nada como un sitio/ que cada día asciende un escalón/ en el camino de su propia decadencia;/ una región cada vez más provinciana,/ gobernada por equipos sucesivos/ de incapaces'

Santiago de Cuba

la Montaña
y todo lo que ella
representa.

la Montaña
tal y como fue: sin vacas
sin Reginos ni rebeldes.

la Montaña
que yo sigo y que me sigue
y que extiendo tras de mí
al caminar.

miro en dirección del Basurero
y sé que por allí se extiende
la Montaña.

es un privilegio haber nacido
y vivir en un lugar tan cercano
a la Montaña.

nada como un sitio
que cada día asciende un escalón
en el camino de su propia decadencia;
una región cada vez más provinciana,
gobernada por equipos sucesivos
de incapaces.

hace varios años subí a la Montaña.
vagando en sus praderas
conocí a tres o cuatro montañeses
que de tanto creer en la Montaña
perdieron el juicio y la vergüenza.

no hacían otra cosa que cagarse.
otros venían y enlataban y hacían
plusvalía aquella mierda.
hombres decididos a morir o prosperar.
juntos escribimos un poema
que describe el modus operandi
de ciertos cagadores encargados
del verdor en la Montaña.

el poema llegó hasta el despacho
de Magníficos Decentes
que pronto la tomaron con sus tropas.
el hecho trascendió como "La Toma
de la Montaña por los Decentes",
un hecho que hace las delicias
de los críticos de hoy.

no se sabe qué pasó
con aquellos cagadores. lo cierto
es que cambió la concepción,
de pronto se veían en las calles
gordas vacas y tres o cuatro neorrebeldes
con los cuales compartí
aquel poema.

ahora sí da gusto ascender a la Montaña,
contemplarla como es, aunque sepas
que no es más
que una extensa mentira verde,
demolida y puesta a funcionar en el poema
una y otra vez.

pero
como el tiempo ha consagrado a la Montaña,
como el pueblo no podría
vivir sin la Montaña,
sería peligroso suprimirla de una vez.
dejemos de momento intacta a la Montaña,
solo con pequeñas correcciones.

no sea que por culpa de un poema
los Decentes nos ataquen
otra vez.


Oscar Cruz nació en Santiago de Cuba, en 1979. Sus últimos libros de poemas publicados son Las posesiones (Letras Cubanas, La Habana, 2010) y Balada del buen muñeco (SurEditores, Madrid, 2012). Ha traducido a Georges Bataille: El pequeño (Editorial Santiago, Santiago de Cuba, 2010). Coedita la revista literaria La Noria. Este poema pertenece a un libro inédito.

Otros poemas suyos: Ganadería urbana, El Amor, Pájaros de Manduley y 20 de octubre.

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