Madre de Cuba,
líbranos de la masa.
Porque la masa corrompe a la persona.
Madre de Cuba,
líbranos de la indiferencia.
Porque la indiferencia ante el Mal es complicidad con el Mal.
Madre de Cuba,
líbranos de la fatiga.
Porque aquellos que ya no pueden esclavizarnos por el trabajo nos quieren
esclavizar por la fatiga.
Madre de Cuba,
líbranos de la envidia.
Sobre todo de la envidia disfrazada de justicia.
Madre de Cuba,
líbranos del ruido.
Porque un pueblo que vive en el ruido no es dueño de su alma.
Madre de Cuba,
líbranos de los falsos profetas.
Porque los falsos profetas nos prohiben vivir de acuerdo con nuestra esencia.
Madre de Cuba,
líbranos del Espíritu de la Revolución.
Porque el Espíritu de la Revolución (cualquiera de nuestras revoluciones)
ha sido incompatible con el Espíritu de la Caridad.
Madre de Cuba,
líbranos del chovinismo.
Porque el chovinismo nos impide enriquecer las virtudes de la patria posible
y combatir las taras de la patria enemiga.
Madre de Cuba,
líbranos del choteo.
Porque el choteo acusa nuestra pequeñez ante los otros y nuestra
mezquindad ante Dios.
Madre de Cuba,
líbranos del machismo.
Porque el machismo nos inhibe de la madre que todo padre también lleva
en sí.
Madre de Cuba,
líbranos de la ligereza.
Porque aquel que construye en la ligereza naufraga por la ligereza.
Madre de Cuba,
líbranos de la ambigüedad.
Porque la ambigüedad nos aparta del Bien Absoluto y nos desarma ante
el Mal Absoluto.
Madre de Cuba,
líbranos de la improvisación.
Porque la improvisación es la virtud de los mediocres.
Madre de Cuba,
líbranos del perdón sin la justicia.
Porque del perdón sin la justicia nacerá nuestra próxima dictadura.
Madre de Cuba,
líbranos de aquel que nos ha visto bajo una luz romántica.
Porque esa es la luz que alumbra el pedestal de los demagogos.
Madre de Cuba,
líbranos de los demagogos.
Porque los demagogos dicen amarnos por lo que nunca hemos sido pero
nos desprecian por aquello que somos.
Madre de Cuba,
líbranos del fatalismo.
Porque el fatalismo nos hace creer que ya cargamos la Cruz y nos disuade
de buscar la Cruz.
Madre de Cuba,
líbranos de la doblez.
Porque la doblez es la tentación del humillado.
Madre de Cuba,
líbranos del miedo.
Porque el miedo, en nosotros, se ha hecho más fuerte que el amor.