Este mes la filial neoyorquina de la casa Christie's no solo ha mantenido la versión online de la Subasta de Arte Latinoamericano, sino que le ha sumado, con apenas unos días de diferencia, una puja en vivo, como en los viejos tiempos. En ambos eventos, los artistas cubanos tuvieron una presencia destacable.
Hay que señalar que la variante presencial de la puja alcanzó números mucho mayores que su versión en línea, en lo cual puede haber incidido un sinnúmero de factores que van desde una elección de obras de mayor calibre, hasta la adrenalina y emociones de la compra en directo.
En la primera puja, que fue la variante en vivo, los mejores números los alcanzaron pinturas de Roberto Fabelo, quien implantó un récord personal de 630.000 dólares con la obra de grandes dimensiones Arte culinario, seguido por Mariano Rodríguez, que cumplió con la expectativa de venta llegando a 233.100 dólares con Woman on Balcony, y finalmente la obra Ventanas de Holguín (también conocida como Turban Display), de Cundo Bermúdez, que alcanzó unos sorprendente 163.800 dólares, cuando la casa Christie's esperaba como mucho, que llegara a 80.000. Este fenómeno es curioso ya que, a pesar de que Bermúdez ha mantenido el interés del mercado en los últimos años, otras dos obras suyas que se presentaron a la competencia tuvieron una suerte muy diversa: Three Musicians se mantuvo en los límites de lo esperado y Black Mirror simplemente no se vendió por el precio que pedían.
La disparidad de las ventas puede ser complicado de explicar, debido a las razones extra-artísticas, incluso muy circunstanciales, que inciden en ella. Puede dispararse el precio de una pieza, como hemos dicho antes, simplemente debido a un capricho de un comprador. Sin embargo, en el caso de Ventanas de Holguín podemos señalar como causa la publicidad astuta que el mismo vendedor hizo de la obra, recordando que en el libro Art of Cuba in Exile (1987), destaca esta obra como pieza clave de este maestro de la vanguardia. La casa también destacó por su parte, en su presentación de la subasta, los nombres de Fabelo, Mariano y Amelia Peláez —quien sobrepasó el precio máximo esperado de 80.000 dólares y llegó a los 94.500.
En buenos términos quedaron las obras Red Abstract de Mario Carreño (60.480 dólares de 40.000 esperados) y el tríptico fotográfico Polaroid de María Magdalena Campos-Pons, quien cumplió con el rango estimado (40.000-60.000) llegando a 50.400 dólares.
En la subasta online, como dijimos, las ventas fueron de menor cuantía. Al menos entre los cubanos, predominaron las acuarelas o las obras sobre papel de menor formato, sin grandes pretensiones. En general, la participación y los resultados fueron discretos. De la Colección Farber de arte contemporáneo fueron propuestas 13 piezas de las cuales la mayoría quedaron por debajo del precio estimado.
Buena venta tuvieron, por encima de lo esperado, Tomás Sánchez, Manuel Mendive, Gustavo Acosta, Armando Mariño y Los Carpinteros, lo cual no debe empujarnos hacia grandes conclusiones porque, como ya se ha dicho, en la gran mayoría de los casos no se propusieron piezas de gran calibre y solo un nombre bien establecido vende bien una pieza menor. En ese sentido, hay que destacar una acuarela no muy grande de Wifredo Lam, que dobló su precio esperado en el rango de los 5.000 a 7.000 dólares, cerrando el trato en 15.120 dólares.
No le ha ido mal, en general, al arte cubano a inicios de año. Esperemos que siga la buena racha en futuras entregas.