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Arquitectura

Los colegios escolapios de Cuba

'Desde los primeros siglos coloniales hasta 1961, cuando se nacionalizó la enseñanza, coexistieron colegios públicos y privados por toda la Isla.'

Madrid
Iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de los Padres Escolapios, Guanabacoa, La Habana.
Iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de los Padres Escolapios, Guanabacoa, La Habana. Escuelas Pías Caribe

Durante bastante tiempo Cuba celebró su desarrollo en materia de educación, asentada en una estructura institucional educativa de prestigio, con un excelente claustro, instalaciones docentes y equipamiento que satisfacían las distintas áreas y niveles de enseñanza. Desde los primeros siglos coloniales hasta 1961, cuando se nacionalizó la enseñanza, coexistieron colegios públicos y privados por toda la Isla. En ellos se estudiaban desde las primeras letras hasta los últimos niveles de enseñanza, particularmente a partir de 1728 cuando se fundó la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana, secularizada en 1841.

En 1899, el 64,9% de la población era analfabeta, y en 1958 el 34%; lo que manifiesta dentro del gran crecimiento demográfico (cerca de 1,6 millones de habitantes en 1899 a 6,5 millones en 1958), la repercusión de un trabajo continuo y ascendente cada vez más accesible, que terminó por llegar a todos con la campaña de alfabetización de 1961.

En algunos barrios de la capital resultó significativo el gran número de escuelas que llegaron a crearse si se tiene en cuenta el índice poblacional del momento, lo que denota la prosperidad que fueron alcanzando y el número de jóvenes que en ellos se formó. Un ejemplo interesante resultan los barrios del sur de La Habana. Entre las escuelas más conocidas de la zona estuvo La Domiciliara (1886), financiada por una asociación benéfica de igual nombre y atendida por las Hijas de la Caridad. Lamentablemente, su antiguo inmueble situado en la Calzada de 10 de octubre y Cocos, que hasta hace unos años mantenía las funciones originales pero en crítico estado de conservación, fue demolido en 2017 tras el paso del huracán Irma.

Uno de los primeros colegios de significación creados en el siglo XIX y que se mantuvo entre los más importantes hasta la nacionalización de 1961, fue el dirigido por los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, conocidos como escolapios, piaristas o calasancios. Esta orden fundó en 1815 la Academia Calasancia de La Habana, en Guanabacoa, que inicialmente siguió el modelo escolar de las Escuelas Pías de Getafe, en Madrid. También fundaron escuelas en Camagüey (1836) y en Bayamo (1845), todo ello antes de la introducción oficial de la orden en 1857. Tanto la de La Habana como la de Puerto Príncipe tenían el nivel de los Institutos Oficiales de Segunda Enseñanza, que no aparecieron en Cuba hasta 1863.

En 1857, los escolapios fundaron la Escuela Normal de Guanabacoa, primera de su tipo en Cuba y Latinoamérica, con una escuela primaria contigua donde los normalistas hacían sus prácticas. Después de un impacto muy positivo a nivel formativo, en 1868 cerró por cuestiones económicas. Tal fue el nivel alcanzado por los maestros graduados de esta escuela que el Gobierno homologó su título al de doctor en Pedagogía de la Universidad Nacional, y durante la intervención norteamericana se reconoció su validez sin necesidad de convalidación, permitiéndoles ejercer en la educación superior.

Al cierre de la Normal, los escolapios fundaron las Escuelas Pías de Guanabacoa como instituto de primera y segunda enseñanza para alumnos internos y externos. Gracias al prestigio alcanzado, cuando inició la República inauguraron otra escuela en San Rafael y Manrique (1904). En 1910 abrieron otras tres en El Cerro (Habana), Cárdenas y Pinar del Río, y en 1930 en El Vedado y La Víbora (hoy Secundaria José M. Heredia). Esta última tuvo su primera sede en la antigua casa del expresidente José Miguel Gómez, en Correa y Flores, pero en la década de 1940 se hizo construir el magnífico inmueble racionalista ubicado en Flores entre Correa y Encarnación que ocupó hasta su nacionalización. Antes de 1961 solo habían cerrado las escuelas del Cerro, en 1919, de El Vedado en 1932, y de Cárdenas en 1933.

La primera de todas, núcleo fundamental de la orden en Cuba, utilizó el antiguo Convento e Iglesia de San Francisco que fue ampliado continuamente para adaptarlo a la labor docente. El gran conjunto inmobiliario resultante, uno de los más importantes de Guanabacoa, ocupa alrededor de tres manzanas entre las calles San Francisco, Máximo Gómez, Independencia Oeste y San Antonio. Fue un referente entre los colegios católicos del país, y ofreció una de las más esmeradas e integrales formaciones de la época.

Desde 1859 habilitó para uso docente un museo de historia natural con una importante colección de animales disecados de gran tamaño, moluscos, mariposas, minerales y muy especialmente maderas cubanas, que constituían una muestra única en Cuba. Entre sus ejemplares figuraba una pequeña palma marina extraída del mar Caribe. Muchas de sus piezas forman parte de la colección del actual Museo Nacional de Historia Natural.

También tuvo un jardín botánico con más de 500 especies endémicas y exóticas. Los gabinetes de Física, Química y Matemática estaban equipados con instrumentos modernos en afán de emplear las tecnologías más avanzadas en la docencia. Además la institución contaba con biblioteca, gimnasio y banco de ahorros (1935). Este último estaba diseñado para que los alumnos de Comercio practicaran todas las funciones y áreas de trabajo. También la escuela creó una emisora de radio y revistas como Ecos Guanabacoenses y El Beisbolero (1912), cuya emisión y redacción estaban a cargo de los estudiantes con el propósito de que exploraran diversas habilidades y medios de comunicación.

A partir de 1961 los escolapios solo conservaron la iglesia y el noviciado, construido en 1957. El resto del colegio fue empleado en distintas funciones a lo largo de las últimas décadas: escuela de música, complejo educacional, gabinete dental, comedor y oficinas de la Dirección Municipal de Educación; de las cuales se mantiene esta última. El teatro ha ofrecido una programación cultural a la población local, pero en general gran parte del edificio está desocupado y en peligro de derrumbe.

Con la premisa "Piedad y Letras", los escolapios tuvieron una labor fundamental en la formación de maestros y en la instrucción de miles de niños que pasaron por sus institutos de primera y segunda enseñanza, extendiendo su obra educativa y religiosa a los más pobres con la concesión de becas que financiaba con la matrícula de los más privilegiados.

Aunque en 1961 se decretó que la función educativa solo correspondía al Estado, el cual no ha sabido mantenerla con los mismos niveles de calidad, sin contar la imposición de sus fundamentos ideológicos y políticos, aún se reconoce y evoca la labor de los múltiples colegios que, como los reseñados, realizaron una labor ímproba en favor de la enseñanza cubana.

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6 comentarios

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Tuve el inmenso placer de comenzar el pre-kinder en Las Escuelas Pias de la Vibora en el 1958. Vivia entonces en Correa 111 ,e/ San Benigno y San Indalecio apenas a 2 cuadras. Mis mejores recuerdos de niño los conservo, 1era comunion, field days en Cojimar, excursion A Soroa. Todo quedo atras...Perdimos el paraiso...

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La calidad educativa de todos esos centros era magnífica, se educaba en valores y se instruía al mismo tiempo.
Por favor, no diga nacionalizó, F.C. robó toda propiedad privada que encontró en su camino.

Tienes razon La Robolucion quito todo, pero los muy desgraciados le llamaron "nacionalizacion", hasta el idioma se cogieron...

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gracias una vez mas...

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En la de San Rafael y Manrique hice yo la secundaria.

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Mi hermano mayor q.e.p.d. estudió en los Escolapios de esa dirección.