Servando Cabrera Moreno, uno de los primeros pintores contemporáneos cubanos (o su memoria) está de centenario en 2023. Para la ocasión, la Fundación Luis Carbonell, dueña de la mayor colección de su obra, en conjunción con las instituciones estatales, conciben un homenaje. Este ha incluido exposiciones, como la retrospectiva del Museo de Bellas Artes (el mismo que lo expulsó en su momento), la publicación de un libro y el lanzamiento de un documental sobre su vida llamados ambos La hora azul. Ambos presentados también en el Museo, hoy reformado de su antigua ojeriza.
A pesar de que el homenaje fílmico documenta bastante su obra (lo cual se agradece), me temo que conviene mucho a la restitución estatal que tanto Servando como los grandes censurados de la Revolución cubana han recibido. Siempre post mortem, aquellos que no dejaron constancia fehaciente de su oposición al poder dictatorial, y con la complicidad de sus amigos, han sido devueltos al redil revolucionario, portando ahora los mansos atributos que el poder necesita de nosotros.
Varias ideas contiene el protocolo oficial de la restitución de un artista. Primero, obligatoriamente, habrá que atribuir el castigo de tal o cual artista extraño u homosexual a un grupo de burócratas o, a lo sumo, a un "error" de la Revolución, que felizmente ha sabido corregir. Luego, el daño hecho a la víctima y el sufrimiento que esta debió padecer se disminuyen. En la medida de lo posible, llega a sustituirse por una fe, intuida por sus allegados cómplices, en la capacidad de rectificación de la Revolución, y una paciencia infinita. La confianza en que el mal tiempo va a pasar, la añoranza por formar parte del proceso político que los excluye, son rasgos que pueden destacarse. El objeto final de esta restitución no es tanto devolver los honores al inculpado, como limpiar de espanto al poder político que lo subyugó y ahora, sin que el festejado pueda decir nada al respecto, lo suma a sus filas para ganancia propia.
Sobre la capacidad del Partido Comunista de apabullar a un individuo si lo considera una amenaza política, no se habla. Esa capacidad fue la que obró el deterioro de los antiguos inculpados por diferentes prácticas que en su momento fueron consideradas peligrosas —como la preferencia sexual, pero también la religiosa, la musical, la artística, la de vestuario, la filosófica y por supuesto, la ideológica, que se mantiene hasta hoy—. En la actualidad, mientras se admira la justicia de una Revolución que ha sabido rescatar al diverso, los cubanos sufren la misma desmesura del poder que puede llevarlos hasta la cárcel. Pero no se dice. Muy a lo sumo, se mencionará la actual represión suavemente como nuevos "errores" de burócratas o inexpertos de estratos intermedios. Nunca se señalará a la cúpula. Nunca se imputará la estructura fundamental que sostiene a un poder cobarde y omnímodo.
Esta clase de restitución se otorga a Servando Cabrera Moreno. Un veterano de ellas, que predica con el ejemplo, lideró la presentación del libro y el documental con poética prosa. En su introducción y en calidad de amigo de la víctima, Reynaldo González no olvidó atribuir a grupos hambrientos de poder la pesadilla de aquella época, ni recordar la alegría de Servando, que a pesar de todo defendía las ganas de vivir. "Unas ganas de vivir que recorren su obra e incluyen las ganas de haber vivido la Revolución". El también Premio Nacional, el escultor José Villa Soberón, no puede explicarse por qué el Servando profesor fue separado del Instituto Superior de Arte (ISA) y se lo atribuye al mismo grupo que vislumbra su colega González: celos profesionales o algo así, que sin embargo no lograron "envenenarlo". Para él es un mito la persecución de Servando, y disculpa lo ocurrido con la complejidad de la época, donde "te difamaban en una institución, pero en otra te brindaban posibilidades".
Incluso la edición de las intervenciones de figuras como Flavio Garciandía, Gerardo Mosquera y Tomás Sánchez, quienes aparecen en el documental La hora azul y quienes ya no deberían pertenecer a ese relato oficialista, parece dirigida a afirmar solo el optimismo en la personalidad del artista, lo cual nos lleva a preguntarnos si no debió de tener, tal vez, algún momento de desespero en medio de su muerte cívica aunque no hubiera nadie que lo notara.
Pese a todo y sobre todo, queda la obra de Servando Cabrera, cuya elocuencia es imbatible: en el periodo en que más lo castigaron por su preferencia sexual, se dedicó enérgicamente a la pintura homoerótica, provocadora, directa, como quien erige un desafío que durará más que sus restauradores.
Aporto un dato revelador, absolutamente cierto: La casa de 26 de Raúl y Vilma está tapizada con obras de Servando Cabrera, algunas enormes, un par de ellas eróticas. De ahí infiero que era un protegido de la alta cúpula. Por cierto, El actor cubano César Evora era muy allegado a Servando, al punto de considerarlo un padre de crianza.
Una corrección: la fundación se llama Los Carbonell en lugar de Luis Carbonell.
Muy certero el artículo sobre el fenómeno de blanqueado que ha sido recurrente en los últimos tiempos con figuras como Umberto, Antonia y Servando.
Se cita a personas que tapan las desvergüenzas a los dictadores revolucionarios..., para justificar supuestos errores aislados, cuando todos sabemos que en Cuba hubo campos de concentración revolucionarios, que la presión internacional cerró. Cada rato salen con la misma historia. Ya sabemos que a Vargas Llosa lo demonizan en Cuba. Antes de 1968 y cuando iba a Cuba no, pero después sí. No es perfecto, pero desde luego sí que mucho más decente que Fidel Castro y su camarilla (incluso intelectual). Por lo menos no ha matado a nadie. Vargas Llosa reconoce que antes de 1968, se dirigió personalmente, él con otro grupo de intelectuales a Fidel Castro para que suspendiese la persecución de los homosexuales en Cuba (UMAPS y demás), y el Tiranosaurio hizo caso omiso. No le interesaba el tema "ordenado y organizado por él", como en China y la URSS. Bastaría aquella confesión pública del bastardo de Birán en la que gritaba "mariconzón", años después, para demostrar que murió maricón y criminal.
Elocuente el análisis, no sólo sobre Cabrera Moreno, sino también sobre todos los "segregados" por el poder revolucionario al convertirles en apestados. Una forma abierta y sucia de señalarles y marginarles por no "ser iguales ni utilizables" para su credo y falsos valores. De ese modo se les rebajaba y ninguneaba política y moralmente, sobre todo cuando no se podía hacer intelectualmente, o en otros terrenos. Un entendido en el tema "revoluciones" afirmaba recientemente en la televisión francesa que "todas las revoluciones segregan", y la cubana no iba a ser menos, claro, y desde el mismo momento de su llegada al poder. Así le tocó a los batistianos primero, después a los desafectos, cristianos, homosexuales, extranjerizantes, diferentes, extravagantes, etc. Algunos sin ideología, pero había que inventarse un enemigo en casa contra quien luchar, y, entretener a tontos o tramposos, y evitar que se pensara seriamente. Mientras más débil el enemigo, mejor. Artista y homosexual: ¡peligro!
Un excelente pintor y maestro en la ENA de los años 60. Logró sortear la represión contra su homosexualismo como individuo, gracias al amparo de personajes cercanos a la elite del poder, no así el conjunto de sus trabajos. Su obra erótica todavía hoy es "clandestina".
Bien dicho y afin a los menores
No conozco --no sé-- ningún escándalo sexual de Servando Cabrera con menores, si es eso a lo que usted alude. Sí conocí a un alumno suyo en la ENA, buen diseñador y artista, homosexual también, a quien Servando brindó apoyo en esa etapa de estudiante cuando ser homosexual era perseguido por el poder revolucionario. Ojalá y su afirmación provenga de una mala información, como lo es también afirmar que los homosexuales son abusadores de menores. Si no es así, le pido disculpas.
Ni la conozco ni me intereza conocerla aunque psarezca grosero yo no me guio por informacion cuando hablo es porque mis ojos ven lo que digo.Estudie en la ENA e iba a su casa como todos sus alumnos,inclusive su mas ferviente admirador:Osvaldfo Lugo fue amigo mio desde que estudiabsamos juntos y no en la ENA sino en Ciencias Agropecuaria,cuando en los ultimos sños de tanta admiracion costaba trabajo diferenciar los cuadros de sambos hasta que los vendio sal Museo Nacional por lo cual estaba sujeto a una condema de 25 años ,cosa wue no sucedio pues escapo hacia Panama y despues sigio hacia USA .Los gay todos no padencen de ese mal pero muchosimos si y no solo Cabrera Moreno otros tambien ,c'est fini.
Ni tev conozco ni me intereza tu opinion estudie en la ENA y ademas todos sus alumnos iban a mi casa como yo a lsa de el sus conocimientos tampoico me intereza y no se ni que edad tiene ni la cetrcania que tuvo con el,inclkuso su mas gran admirsdor Osvaldo Lugo el cual falsifico muchos de sus cusdros vendiendolos al Meseo por lo cusal tuvo que salir clandestino hacia Psanama lo conoci desde los 15 años C'est fini .
Si aludí a uno de sus comentarios, señor "jerzy", fue porque usted lo colgó como respuesta al mío. Y me parece que lo que escribí fue sumamente respetuoso, incluso hasta pidiendo disculpas de antemano si estaba equivocada. No me explico tanta agresividad. Cada quien tiene su universo propio de informaciones y recuerdos.
Jerzy si nombre polaco documentece.
Yo no me busco informacion sino se de lo que voy a opinar no escribo.
Quen hipocresia era excelente pintor pero por sus temas le hicieron cosas terribles,por supuesto como persona no era ningun santo aunque esta opinion moleste.
Muy bueno. Y tal estado de cosas seguira mientras los intelectuales "vivos de hoy" sigan jugando con la cadena, como bien dice el articulo.