El realizador cubano Pavel Giroud dijo a DIARIO DE CUBA que no cambiaría nada del proceso de creación de su documental El Caso Padilla, producción que ha llegado a las salas de cine en España y que, según su director, fue "una justificación para hablar de la Cuba de hoy".
"Esto no es una historia del pasado, por eso termino con imágenes del presente, aunque se narre un suceso de 1971", afirmó Giroud.
El objetivo de este documental no fue internacionalizar el caso de autoinculpación del poeta Heberto Padilla, sino dialogar con el mundo, con las personas que no conocen ese suceso y la realidad cubana actual. "Medios de izquierda han llamado dictadura al Gobierno cubano a raíz de mi filme, y esto es un gran paso", consideró el director.
A pesar de que Giroud se ha enfrentado a críticas por demorar la publicación de las imágenes del Caso Padilla para utilizarlas en el filme, aseguró que han sido más los comentarios positivos y halagos.
"Cuando el escritor Jorge Ferrer liberó los videos yo me relajé mucho. Él publicó el material en cuatro videos. El primero lo vieron 40.000 personas y el último a penas 5.000", dijo el director y opinó que el trabajo de reconstrucción y curaduría del filme, "que además está ubicado en tiempo y espacio", le da un valor añadido a unas imágenes que solo llegarían a las personas que ya tenían interés por el tema.
Otra de las críticas que mencionó Giroud fue la del vicedirector de DIARIO DE CUBA, el escritor Antonio José Ponte, referida a la contextualización y a la manera en que el realizador manejó la historia y los archivos a los que tuvo acceso.
Fue una crítica "más ensayística que cinematográfica", dijo Giroud al respecto. "No ha afectado mi relación con él (Ponte) ni el recorrido de la película".
El principal reto en la creación de esta película fue, según Giroud, "manipular el material sin que luciera como un material manipulado y manipulador. Ser fiel a la cronología, a lo que ocurrió, nunca alterar una frase de Padilla, lo que haría un editor literario. Tuve que limpiar el material de referencias que solo conocieran unos pocos", apuntó el director. Gracias a este trabajo, dijo, el filme ha tenido una muy buena acogida entre los jóvenes, "y no solo cubanos".
Sobre las dudas que se quedan en el aire referentes a la actitud de Padilla en las imágenes, Giroud afirmó que "no importa lo que quiso hacer Padilla, o lo que terminó haciendo, lo importante es lo que le hicieron a Padilla. Eso es lo terrible, la situación en la que lo pusieron".
El director, quien asegura que El Caso Padilla, ha sido la película suya que más ha visto, contó que ya trabaja en tres proyectos de series y dos películas, "una propia y otra que me han ofrecido, todas sobre Cuba".
Pavel Giroud se graduó de Diseño Industrial en el Instituto Superior de Diseño (ISDI) en 1994. Pasó de pintar e ilustrar, incluso carteles de películas, a obsesionarse con el espacio que hay detrás de una cámara.
"Llegó a Cuba un grupo canadiense que querían hacer colaboración con artistas cubanos. Hice unos cortos experimentales, cada vez pintaba menos y cogía más la camarita. Uno de estos cortos se llevó todos los premios en un concurso de cine amateur, y así me gané una beca en San Antonio de los Baños en un taller de guion. Esa es la única formación que yo tengo como cineasta", dijo el director.
¿Alguien sabe aquí por donde anda el contertulio Luis Loreto? o Padre Loreto “sorbidor” de sesos. Solo para saludarle…,
A Padilla le escribieron el discurso, esas personas "inculpadas" ya estaban en la lista negra para caer de una manera u otra y le tocó a él la performance. Nada más.
Quien conoce cómo trabaja la Seguridad en Cuba, es decir, todos quienes vivimos lo suficiente en la Cuba de Fidel, sabe que las personas a quien Padilla señaló ya estaban marcadas. Insinuar que sus vidas fueron destrozadas por Heberto Padilla me parece una infamia.
Papo___ Las vidas de todas esas personas estarían marcadas, pero despues de la confesión de Padilla fueron destruídas. No ver esa diferencia, sí es una infamia.
( Hay que estar corrigiéndote todo el tiempo. De nada…🙄)
Vale el comentario de Ponte. Válida la crítica al documental sobre la ausencia de noticias acerca de los señalados con nombre y apellidos por Padilla en su autoinculpación. Recuerdo que cuando en DDC se públicó la crítica de Ponte tuve --y tengo-- discrepancias con él sobre su visión de este hecho, pero de que el documental requería de seguirles los pasos a los encartados allí, no me caben dudas. La vida se les viró al revés, perdieron empleos, fueron enviados a hacer trabajos en la construcción, sé de quienes pasaron las de Caín para sobrevivir después de aquello. Además, el Caso Padilla no fue Heberto solo, persiguió a esa otra gente años y cayó como un estigma sobre la intelectualidad cubana. Decir qué pasó con esta gente, además de Heberto, hubiera beneficiado esa idea de Giroud de que el documental le habla al mundo sobre lo que pasa en Cuba.
Lamentablemente el documental obvia al „collateral damage“ que fueron a los que Padilla inculpó. Lo que ocurrió es agua pasada, pero qué fue del destino de todos aquellos (unos cuantos) que fueron purgados como apunta Ana Faya.
El valor real que tiene el documental son las imágenes de archivo. Punto. Sólo queremos saber cómo sacó de Cuba un material "altamente sensible" y guardado a siete llaves durante décadas. Su formación en San Antonio como guionista fue suficiente? Pável es sobrino de Iván Giroud, Director del Festival de Cine entre 1994-2010 y desde 2013, su presidente al fallecer Alfredo Guevara. O sea, es el nepotismo de siempre. Se ganó una beca jejejejej. Pregunten a otros graduados y/o talleristas de la EICTV de San Antonio, tan cubanos como él, si tuvieron la misma oportunidad.
Pero Ponte, usted tan lúcido como siempre.
Pavel Giroud califica (min. 6:39) de disparatada mi reseña en este diario, a la que tilda más de ensayismo que de crítica de cine. Él parece no acabar de entender que hizo una película que no es ficción, como las otras suyas, y que existe Caso Padilla fuera de "El Caso Padilla". En mi reseña le hice reclamos que se le harían a cualquier documental. Un par de ejemplos: puesto que el meollo de la historia es un hombre que se denuncia ante una Inquisición y denuncia a sus amigos y esposa, ¿qué disparate hay en pedir que el espectador tenga noticias de lo que sucedió luego con ellos? Disparate es negar toda noticia ulterior de esos amigos y esposa. Yo lamenté que no aparecieran cubanos opinando sobre el caso, Pavel no puso a ninguno e hizo un "diplodocumental", ¿cuál de nosotros es el disparatado? En mi reseña hay objeciones de mayor peso que estas dos. Objeciones incontestadas, que yo lo invito a refutar, en lugar de soslayarlas. Y, por descontado, podría hacerlo en este diario.