De entre las muchas chealdades que maneja en estos días tristes el Ministerio de Cultura y que llama "Jornada por la Cultura Cubana", la peor fue seleccionada como leit motiv, o —como diría un periódico oficialista—, como "lema": "La Cultura es la Patria". Frase que una dejaría pasar de largo pretendiendo no haberla escuchado nunca, si no fuera porque, en medio de su ridiculez, trae un presagio que es una condena. Si esa cultura es síntoma de la patria, nuestro presente es infame.
Las actividades por el 20 de octubre, Día de la Cultura Nacional, dejan una impresión de deterioro cada año. El listón cada vez más bajo. La calidad, y también la cantidad, merman. En 2022, además de nuestro trauma por la desvergonzada dictadura, ya se empiezan a notar los efectos de la estampida que siguió al 11J y al 15N. Se empiezan a notar donde primero se ven los síntomas, que es en el arte y la literatura —campo que la oficialidad resume con la palabra "cultura"—. Casi todos los artistas de talento han escapado y los que quedan no están muy dispuestos a participar en una celebración oficialista impostada. ¿Qué irían a festejar? Solo en las ficciones de la prensa estatal hay entusiasmo, un tedioso entusiasmo.
Con él anuncian que en los días del 10 al 20 de octubre han ocurrido actividades comunitarias con la Escuela Cubana de Ballet, con el Teatro Lírico en la Casa de Cultura de Arroyo Arenas, el Conjunto Folklórico Nacional en el Callejón de la Cubanía en Plaza, que una brigada de instructores de arte celebró su aniversario en Cienfuegos y el Conjunto Integral de la Montaña aprovechó para aplaudir sus 35 años en una loma; también hubo guateque campesino en la Casa del ALBA. Se multiplicaron los espectros de los trovadores especialmente en estas fechas. Siempre pasa. Salen baratos. Después quién discute que el hombre de la guitarra no era un trovador... Gerardo Alfonso, el sobreviviente, ha ido a El Fanguito a admirar que no se haya inundado esta vez. Muy esquinadamente se recuerda que es el 50 aniversario de la Nueva Trova. Santiago de Cuba reporta que han adelantado una semana la tertulia de una Casa de Cultura que tiene como invitado especial a Felipón, miembro longevo de ese movimiento.
Doblemente víctimas, los pobres pinareños no solo han tenido que soportar el paso del huracán Ian, sino la cuadrilla rapaz de delegados de la cultura que persigue cada desastre natural. Se alegran en el noticiero televisivo de que los niños de Pinar se hayan sentado a soportar a La Colmenita o Pelusín del Monte, o de que gente sana, sin culpas, haya sido público de Adrián Berazaín, Buena Fe, Eduardo Sosa, Corina Mestre… como si ya no hubieran tenido demasiado. Esta perversa costumbre la inauguró Abel Prieto cuando era ministro de Cultura. Un desastre le pareció poco una vez, reunió a la banda ávida de promoción y se fue a atormentar a las víctimas. Desde entonces la prensa oficial lo saluda como un acto benevolente.
Este 20 de octubre Cubaliteraria convocó a un Tuitazo por la efeméride. El deseo es que los tuiteros compartan "aquello que te hace sentir orgullo de la cultura cubana y de nuestra historia" usando las etiquetas #Laculturaeslapatria #Cubaescultura #Lapatriaprimero #Leerescrecer #VamosaVencer
A la Patria le avergüenza la incultura en que ha sumido la dictadura a Cuba.
En Cuba no hay ninguna cultura, está toda fuera. Allí lo único que queda es sarna, cochambre y chusmería.
Bueno que sigan celebrando eso ellos y mañana nosotros celebraremos esto: https: //youtu.be/FLWpQ_PgiZk
Dice: "pretendiendo no haberla escuchado nunca sino fuera porque..."
Si no fuera porque los editores de DD están de vacaciones...