El director de fotografía cubano Iván Nápoles, Premio Nacional de Cine 2016, falleció en La Habana a los 89 años de edad, según lamentaron colegas y amigos en sus redes sociales y confirmó el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) en su muro de Facebook.
De acuerdo con la nota de esa institución, donde hizo buena parte de su carrera, el realizador trabajó desde la década de 1950 como luminotécnico en centros nocturnos y en la televisión, hasta que se sumó al equipo del noticiario Cine-Revista, dirigido por Tomás Gutiérrez Alea.
En 1961 se convierte en uno de los camarógrafos del Noticiero ICAIC Latinoamericano, dirigido por Santiago Álvarez, donde acaba siendo el principal operador de cámara. Junto a Álvarez, acompañó a Fidel Castro en su primer viaje a la URSS, entre otros acontecimientos de la alta política de los que el noticiario se hacía eco.
También desde el Noticiero, Nápoles hizo la fotografía de documentales de Álvarez como Ciclón, Cerro pelado, Hanoi, martes 13, 79 primaveras, Mi hermano Fidel, entre otros. También estuvo a cargo de la filmación de Los refugiados de la Cueva del Muerto (1983), único largometraje de ficción del realizador de documentales, también dedicado a exaltar la figura de Castro.
A partir de la década de 1970 hizo cortos documentales bajo la dirección de realizadores cubanos de varias generaciones, como Sergio Núñez, Rogelio París, Julio García Espinosa, Miguel Torres, Luis Felipe Bernaza, Rolando Díaz, Fernando Pérez, entre otros.
Después de 1990, con la desaparición del Noticiero, dirigió la fotografía de películas de Rigoberto López, Ismael Perdomo, Lourdes de los Santos e Isabel Santos.
El montajista Manuel Iglesias, residente en EEUU, calificó a Nápoles como "el hombre más noble del mundo. Uno de nuestros más merecidos Premios Nacionales de Cine. (...) Uno de los más grandes cámaras que ha tenido el cine cubano, posiblemente el hombre que más pies de película virgen haya filmado, el genio que podía enfocar sin mirar por el lente, el dueño indiscutible de los más arriesgados e irreverentes primeros planos del cine cubano documental, el que no le importaba arriesgar su vida para dejar registrada en una película hechos trascendentes de la historia…"
Según el ICAIC, por decisión familiar, el cadáver del cineasta será cremado.
Uno de los problemas de los buenos profesionales que se quedan en la isla maldita, es que si te dedicas a tu trabajo estas ayudando a los cabrones comunistas a que te hagan mas esclavo. Por suerte, en general los mejores se van. Y los mas mansos y menos inquietos se quedan. Eso es un tiro en la sien para la economia, porque pierde los emprendedores. Y a la larga, resulta mucho mas efectivo que alzarse y matar a tres o cuatro antes de que te maten a ti.