La cantante cubana Telmary Díaz dijo recientemente que no sabía nada del polémico Festival de San Remo Cuba, que organiza Lis Cuesta, primera dama del régimen. Además, se indignó muchísimo porque la habían insultado en sus redes sociales personas que definió como "equivocados", a los que aclaró que "no estaba enterada" de su inclusión en el programa oficial de dicho evento.
"Para mí es importante la música, porque de eso yo me alimento. Un poquito de respeto, porque esta rapera tiene la lengua también bastante dura, pero es para el escenario, es para mi arte y para mis causas", expresó Telmary en su cuenta de Instagram.
"Telmary, ¿y ahora que ya lo sabes? Si te invitan vas a cantar en un festival organizado por la mujer del hombre que dio 'la orden de combate'? ¿Un festival que busca lavar ante el mundo la imagen por los centenares de presos políticos, incluso niños, luego de las protestas del 11J? La justicia, el dolor de esas madres, el sufrimiento de millones de cubanos ¿No están entre tus causas?", le preguntó el periodista José Raúl Gallego en un comentario al video de la rapera.
Telmary lleva casi toda su carrera artística llamando "equivocados" a los hombres en una canción: "Qué equivoca'o tú estás de la vida/ mi amor, qué equivoca’o… No más cuentos/ no más mentiras", dice en un tema de 2007 de su álbum "A diario".
Este estribillo ahora se lo puede aplicar a sí misma, cuando se vea en un video de noviembre de 2021 diciendo que está "orgullosa" de llevar su colección de moda El Tumbao de Telma al Festival San Remo Music Awards.
Se trata de una emisión del programa 23 y M en la televisión nacional donde la conductora Edith Masola presentó a la rapera como una de las figuras vinculadas con el Festival San Remo Music Awards "a través de la moda".
Al parecer Telmary tiene mala memoria, y pocas intenciones de aclarar a sus seguidores por qué omitió su implicación en este evento. También ha quedado en el aire si realmente participará o no del boicoteado festival que ya enfrenta ocho cancelaciones de artistas que figuraban entre los participantes.
De ellos, seis son artistas internacionales que no dudaron en desmarcarse cuando la opinión pública los señaló por contribuir a limpiar la imagen del régimen.
Los primeros: el dúo español Andy y Lucas, con un apenado Lucas González de portavoz diciendo que: "Andy y Lucas no apoya a ningún régimen dictatorial, ni a gente que mete niños presos, ni (somete a) un pueblo que pasa hambre".
Luego fue el español Alex Ubago, quien llamó a las cosas por su nombre en un escueto video de retractación: "Jamás apoyaré a una dictadura".
Le siguieron el mexicano Kalimba, afectado por su vínculo emocional con Cuba, la tierra de su padre: "En el momento en que hemos sabido que en realidad estábamos siendo contratados por el régimen, hemos decidido no acudir", expresó el artista en un video.
También declinó la invitación el español Carlos Torres, tras recibir numerosos mensajes por las redes sociales acerca de la situación que vive la Isla. Algo similar le ocurrió a la italiana Denise Faro, quien admitió estar "muy desinformada".
Está claro que estos artistas se deben a su público y por ello escucharon a los ciberactivistas espontáneos que se movilizan desde las redes. El poder de los followers.
De la nómina cubana se han desmarcado dos artistas residentes en la Isla, aunque de un modo más discreto. La primera fue la cantante Arlenys Rodríguez Lazo, que alegó en su cuenta de Facebook que era una decisión suya "muy personal", sin dar más detalles.
También declinó participar el cantautor Raúl Paz. La decisión la divulgó el Real Café Miami, sitio que había anunciado un concierto de Paz este 11 de febrero, y que tras esta polémica fue cancelado por "las repercusiones negativas que ello podría tener", según los organizadores.
Mientras los artistas internacionales utilizan la palabra "dictadura" sin temor, hablan de niños presos y piden justicia y libertad para el pueblo de Cuba, ¿qué hacen los artistas cubanos?
La reacción de los creadores cubanos reafirma que Cuba es una dictadura, a la que le temen tanto los que viven en la Isla como los que se fueron.
En tanto, del lado oficialista el músico cubano Jorge Luis Robaina, director artístico del festival, dijo que "la gente ha demonizado un evento por intereses políticos, un evento genuinamente cultural". Y lo afirmó en una rueda de prensa acompañado por funcionarios del Ministerio de Cultura y de la estatal Empresa de Grabaciones Musicales (EGREM), dos entidades patrocinadoras del evento.
Lis Cuesta brilló por su ausencia, pero quedan sus declaraciones en anteriores ruedas de prensa como coordinadora del Comité de Eventos del Ministerio de Cultura, cuando calificó la versión cubana del festival como algo que sería "muy bueno para el turismo, los amigos, la solidaridad, para todo el que apueste por mirar hacia la isla".
Quizás al final se está cumpliendo alguno de esos objetivos, aunque la solidaridad no sea la que las autoridades esperaban. Y al mirar a Cuba la gente vea represión, miseria y falta de derechos en vez de paraíso de hoteles, música y relajación.
Los artistas cubanos deberían seguir el ejemplo de los músicos internacionales que se negaron a cantar bajo el paraguas de una dictadura. Un artista no tiene que hacer arte político o política, pero un ciudadano debe tener conciencia política. Es hora de que los cubanos la tengamos como colectivo.
Es tiempo de ir más allá de cantar "Patria y Vida", de poner un post en las redes sociales en solidaridad con los presos políticos; hay que mover a la opinión pública. Los artistas pueden llegar a su público y a sus colegas de profesión, y hacer incidencia internacional en ámbitos donde la causa de la libertad de Cuba no recibe tanta empatía.
El rapero Maykel Osorbo, ganador de un Latin Grammy, sigue injustamente preso. El artista Luis Manuel Otero Alcántara sigue preso y protestando con su cuerpo, con su vida, mientras se niega al destierro, castigo que el régimen aplica a disidentes incómodos.
Hay jóvenes cubanos condenados a más años de cárcel de los que han vivido, solo por protestar. Las instituciones culturales están desacreditadas, con ministros agresores y eventos boicoteados. Es el momento de tomar partido. Si no sacas la cara por tu gremio y por tu gente, artista, ¿por quién la vas a sacar?