La cantante lírica y maestra María Remolá, conocida como "El Ruiseñor Cubano", falleció este jueves a los 91 años en un hogar de ancianos en República Dominicana, donde pasó los últimos años de su vida, informó el periódico digital Nota Clave.
Nacida en Barcelona, España, el 7 de diciembre de 1930 y radicada desde 1952 en la Isla, donde adquirió la ciudadanía cubana, Remolá fue fundadora del Teatro Lírico Nacional de Cuba, donde interpretó obras como El barbero de Sevilla, La Traviata, Rigoletto, Don Pasquale, Lucia di Lammermour, La viuda alegre, El conde de Luxemburgo, Marina, Doña Francisquita, Luisa Fernanda y María la O.
También fue especialmente conocida su interpretación de la obra "Escucha al ruiseñor", de Ernesto Lecuona, por la que le apodaron "El Ruiseñor Cubano".
Por varios años acompañó a Armando Pico como figuras principales del espectáculo del emblemático cabaret habanero Tropicana. Realizó giras por la extinta Unión Soviética, Bulgaria, Mongolia, Viet Nam, Corea y México, Francia, Estados Unidos y España.
También es conocida su colaboración con el Ballet Nacional de Cuba en las obras de Alberto Méndez: Oda a la alegría, con música de Ludwig van Beethoven, y El río y el bosque, con música del cubano Félix Guerrero, quien fue su esposo.
"Aunque su técnica florida es considerable, y el brillo de más alto registro tiene su propia elegancia, hay un extraño provincialismo en su trabajo. La tendencia de Remolá era la de cerrar las arias una tercera por encima del tradicional tono alto", dijeron sobre ella los críticos Nicholas E. Limansky y Joahn Carroll.
"La vibración latina de su voz puede volverse difícil a veces, pero ella es bastante capaz de un controlado pianísimo alto; la frase final del 'Caro nome' salta a un calmado G-sharp en altura que viaja a través de una notable disminución del tono para concluir en un mero murmullo", agregaron.
"Su mejor esfuerzo, sin embargo, son las variaciones de Adam sobre 'Ah vous dirai-je Maman'. Después de una extraordinariamente larga y difícil cadencia con fauta, Remolá termina con una B sostenida por encima de una C alta, la nota más alta y sostenida que haya grabado alguna vez un artista clásico", finalizaron los especialistas.
En el lirico y en la opera que son distintos generos EPD la maestra.