La llegada a Cuba del musical Rent es el punto de partida de Revolution Rent, un documental de Andy Señor Jr. y Víctor Patrick Álvarez que estrena HBO y que narra cómo fue la primera representación de una producción estadounidense de Broadway en Cuba en más de 50 años, informa EFE.
"Montar esta obra de 'Rent' fue la metáfora de lo que es posible en la normalización entre Cuba y EEUU", dijo a EFE Andy Señor Jr.
El máximo responsable tanto del documental como del montaje de Rent para La Habana consideró que ir "paso a paso" y crear "una conversación" es lo necesario para normalizar las relaciones entre ambos países. Es como crear un puente, se hace entre dos", ejemplificó.
La historia de cómo este estadounidense de origen cubano se apuntó a la aventura de llevar en 2015 un musical de Broadway a La Habana comienza en la década de los 90.
En aquellos años, Andy Señor Jr. era todavía un joven actor tratando de hacerse hueco cuando se enamoró perdidamente de "Rent".
Señor Jr. convenció entonces a Jonathan Larson (1960-1996), el autor de Rent, para que le dejara interpretar el papel de Ángel en este musical acerca de un grupo de jóvenes neoyorquinos buscándose la vida y que fue pionero en su tratamiento respetuoso del sida frente al estigma, la homofobia o la criminalización que solían rodear a esta enfermedad.
"Creo que hay mucho dolor, mucho amor en este musical. Es como una terapia de uno mismo. Creo que hay ahí una verdad que es eterna", apuntó.
Rent cambió totalmente la vida de Señor Jr., quien desde entonces ha dedicado una parte muy importante de su carrera a montar representaciones del musical por países de todo el planeta, entre ellos, Cuba.
Los primeros obstáculos para llevar Rent hasta Cuba comenzaron en la propia familia de Señor Jr., que dejó la Isla tras la llegada al poder de Fidel Castro para ir a Miami.
Así, uno de los momentos más interesantes de Revolution Rent, que cuenta entre sus productores con el actor Neil Patrick Harris, es cuando la madre de Señor Jr. le dice rotundamente a su hijo que no apoya su idea de preparar un musical para Cuba.
El director admitió que su familia se sintió casi "arrinconada" con este tema, ya que sabían que él no iba a renunciar a presentar un musical que tuvo "un gran impacto" en su vida hasta la tierra de sus antepasados.
"Me encantó que en nuestro musical había muchas dimensiones de la conversación entre Cuba y EEUU, entre el exilio cubano y Cuba. El documental refleja esas diferentes conversaciones", dijo.
"El documental no coge ningún punto de vista políticamente: refleja todos. Pero ves cuáles son los resultados de la dinámica de normalizar las relaciones", añadió.
Para crear Rent en Cuba, Señor Jr. no tuvo problemas en encontrar "maravillosos artistas" en la Isla, pero sí tuvo que ingeniárselas para lidiar con la inexperiencia de los actores en una producción así y con sus penurias económicas y vitales, que en muchos casos recordaban a las de los personajes de ficción de Rent.
"Creo que le dimos a los actores espacio para expresarse de una manera que no pueden hacer fuera del teatro", contó al subrayar las contradicciones y paradojas de abordar un musical sobre la libertad en un país como Cuba.
Revolution Rent termina con un detalle triste puesto que la madre de Señor Jr., que viajó a Cuba por primera vez en décadas solo para ver el montaje de Rent, falleció poco después. En este sentido, Señor Jr. aseguró que Revolution Rent es un tributo "cien por cien" a ella.
"Antes de ir a Cuba tenía miedo de si iba a deshonrar a mi familia y a mi madre", confesó, "pero poder honrar así la vida de mi familia es como otro nivel de existencia, personalmente. Me siento muy orgulloso y afortunado. No sé ni cómo explicarlo. Es más grande que mi propia humanidad", finalizó.
En otras palabras, el complejo cultural-militar prepara el camino lacrimoso para otro Cuban Reset. La cultura es la alcahueta de la diplomacia y un actor es una Mata Hari de la política sucia y secreta. Podemos decir que la señora Señor murió de un disgusto. Los cubanos no conocen siquiera lo que es una RENTA, y esos puños en el aire son un símbolo castrista.