La pasada semana el papa Francisco recibió un pesebre como regalo por su cumpleaños 83. Ha de ser común que el papa reciba pesebres, mucho más en Navidad. Sin embargo, la recreación tradicional del nacimiento de Jesucristo recibida por Francisco invierte los roles tradicionales: la Virgen María duerme mientras José sostiene en sus brazos al bebé.
En su saludo de Navidad a los fieles y a los peregrinos durante la audiencia general en el Vaticano, Francisco dijo que era un regalo muy "especial".
"La ternura de una familia, de un matrimonio, el pesebre, hoy es más que nunca actual", dijo ante 7.000 fieles y peregrinos de todo el mundo.
"¡Cuántos de ustedes deben turnarse en la noche entre marido y mujer por el niño, la niña, que llora, y llora, llora!".
A pesar de que la iglesia católica es reacia a la llamada "ideología de género", el papa no rechazó el pesebre sino que lo mostró como un símbolo de paz. "Mientras cada día se fabrican en el mundo tantas armas, y tantas imágenes violentas que entran por los ojos y en el corazón. En cambio, el pesebre es una imagen artesanal de paz", afirmó.
Francisco también invitó a los fieles a llevar pesebres a sus propios hogares: "Es el recuerdo de que Dios vino hasta nosotros, nació en nosotros, nos acompaña en la vida, es hombre como nosotros, se hizo hombre como nosotros", dijo.
No especificó cuáles roles deberían desempeñar José y María, pero los fieles de la iglesia católica deberían sentirse libres para transgredir el estereotipo de María cuidadora que ha construido la Iglesia durante dos milenios.
Al ex Papa Ratzinger le debe haber dado un ataque de nervios. Si siendo Papa le dio por criticar dónde se ponía, o si existieron, la vaquita y el burro de los pesebres, con esto debe haber caído en estado de shock. Al menos Bergoglio no coge lucha con esas cosas, porque arriba tiene otras tribulaciones, como la pedofilia en la Iglesia, si crece o no el número de fieles y cómo adaptar ese dinosaurio a la era de los whatsApp.
Manda eso mismo!