El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, expresó la intención de recuperar el Centro Cultural de España en La Habana, cuya gestión fue asumida por el Estado cubano en 2003, durante el Gobierno del entonces presidente José María Aznar, tras roces diplomáticos con la Unión Europea por la represión en Cuba.
Durante un encuentro con la prensa a propósito de la visita oficial de los reyes de España a Cuba por el aniversario 500 de La Habana, Borrell afirmó que se retomaron los contactos con las autoridades cubanas para recuperar dicha institución.
"Estaríamos encantados de reabrir el centro cultural (…) y para ello estamos dialogando", dijo el canciller, reportó la agencia estatal Prensa Latina.
Los reyes llegaron a Cuba el 12 de noviembre. La agenda de Felipe VI incluyó conversaciones con Miguel Díaz-Canel, a quien expresó sus deseos de fortalecer el conocimiento de la cultura de España en Cuba y su influencia en los creadores culturales de esta nación.
"La colaboración cultural tiene que seguir siendo un elemento esencial de nuestra relación", dijo el rey, quien visitó junto a su esposa el autorretrato de Francisco de Goya cedido por el Museo del Prado al Museo Nacional de Bellas Artes.
Con el objetivo de promover la cultura en español, el Centro Cultural de España en La Habana fue inaugurado en diciembre de 1997 en un edificio ubicado en la avenida Malecón.
La entidad forma parte de la red de centros y oficinas culturales de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y tiene la intención, además, de estrechar las relaciones entre ambos países y prestar apoyo a iniciativas de entidades cubanas.
En septiembre de 2003, el Gobierno cubano asumió la gestión por considerar que Madrid no respetó el compromiso de difundir la cultura española en la Isla, tras la crisis con la Unión Europea por endurecimiento de la política comunitaria contra La Habana.
La UE había protestado con dureza entonces por la represión a la disidencia interna, en particular por el encarcelamiento de 75 disidentes en la primavera de ese año, y por la ejecución de tres hombres que secuestraron una embarcación de pasajeros para intentar irse a Estados Unidos.
Durante su discurso en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales españoles, Felipe VI también pidió a Miguel Díaz-Canel que el futuro de Cuba se abra a la "realidad diversa y plural" de sus ciudadanos.
"Si 'conmemorar' es una visión, revisión y valoración compartidas del pasado, es también, necesariamente, una oportunidad para mirar hacia el futuro. A lo largo de estos cinco siglos, La Habana ha ido evolucionando en su urbanismo, en su arquitectura, en su demografía y composición étnica y en su perfil político. La Habana no es, pues, una excepción a esa regla básica de que el inexorable paso del tiempo exige un esfuerzo de evolución y adaptación a la realidad cambiante", dijo.
"Nada queda congelado en el tiempo y quien se resiste a su paso pierde la oportunidad de colaborar en el diseño de ese futuro que ya está naciendo, más aún, que ya está aquí", añadió.
Consideró que "ese futuro es algo que tiene que dilucidar el propio pueblo cubano".
"De la misma manera que no puede tener éxito un cambio que no emane del interior de las fuerzas sociales y políticas de un país, es igualmente cierto que el cambio no traerá consenso y bienestar si no representa la voluntad ciudadana", afirmó.
