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Cine

Ricardo Bacallao: 'Siento la necesidad de documentar ese éxodo cubano regado por el mundo'

El realizador presentará su trabajo reciente en varias ciudades de EEUU.

Madrid
Ricardo Bacallao.
Ricardo Bacallao. scoopnest.com

El realizador cubano Ricardo Bacallao vuelve a Estados Unidos para presentar su trabajo reciente, enfocado en su experiencia con la diáspora cubana en Alemania. Este jueves 3 de octubre arrancan las presentaciones en el Union City Museum de Nueva Jersey, donde exhibirá su documental Cubans at the Edge of the Berlin Wall.

El 10 de octubre estará en la Universidad de Connecticut con su más reciente documental, Òrìṣà Devotion in Berlin. Asimismo, el día 22 visitará la Universidad Internacional de Florida, entre otras presentaciones que tendrán lugar en Cincinnati y Miami.

Bacallao estudió cine en el Instituto Superior de La Habana (ISA), y recibió su Master of Fine Arts en Cine por la New York University. Se desempeña como director independiente y productor.

Ha vivido en Berlín, Madrid, Singapur, y en varias ciudades de Estados Unidos, siempre buscando el rastro de la migración cubana y sus historias.

"Nunca me he desconectado de Nueva York porque soy ciudadano americano, me mantengo al tanto de lo que ocurre políticamente, pero he estado en Berlín por un tiempo largo", explica Bacallao.

"Más del que esperaba", añade. Señala que su intención es cubrir otros lugares de Europa: "Estoy haciendo como una especie de mapa de la diáspora cubana".

Has conocido comunidades cubanas en varias partes del mundo, ¿qué diferencias y similitudes hay entre los exiliados en Europa y en EEUU?

De las similitudes, hay un producto nacional de exportación —digásmolo así sarcásticamente— de sinvergüenzas, que han llegado a todos lados, que están con un nivel de cinismo tremendo, su comportamiento deja bastante que desear; eso te lo encuentras en cualquier país donde estén viviendo comunidades de cubanos.

Hay una desconexión con lo que está pasando a su alrededor. Por ejemplo, la comunidad cubana tanto en Alemania como aquí (en EEUU) está muy metida en su asunto, su problema, y no conecta o no es consciente de lo que está pasando con otras nacionalidades, con otras minorías. Es difícil ver cubanos apoyando a otras comunidades. 

En Alemania muchos de estos cubanos están totalmente desconectados de lo que está pasando en la sociedad en la que viven, y esa desconexión es mucho mayor que la que puedes encontrar aquí en EEUU. Muchos llevan un montón de años, desde que se cayó el Muro de Berlín y todavía no son ni ciudadanos, y no participan ni socialmente ni políticamente de lo que pasa a su alrededor. La mirada es mirándose a sí mismo, al ombligo, a lo que está pasando en Cuba. Es como si estuvieran viviendo en el allá y no en el aquí. Y eso les hace un daño tremendo porque están viviendo en el allá, pero no están allá. Piensan en un futuro, pero están completamente lejos de lo que pasa en el presente a su alrededor, y los veo bastante desubicados. 

Otras de las similitudes es el nivel de división, tanto en la parte religiosa como cultural, hay una fragmentación increíble en el cubano, hay quien sospecha de su propia sombra. Es difícil encontrar cubanos que te hablen claramente. Hay mucho miedo, paranoia. Se repite esa cuestión de no decir realmente lo que piensas, que es una tontería, porque al final si quieren saber de ti, eso se sabrá.

El que ha vivido en Cuba, ha ido a la escuela, a la universidad, sabe que siempre hay alguien que está para informar… El antídoto para mí siempre es decir lo que pienso, y te quitas cualquier paranoia porque qué más van a saber que no sea lo que tú dices. Y estás tranquilo, duermes tranquilo. Es una cuestión personal, pero es mi antídoto. 

Pero si hay un montón de cubanos sinvergüenzas, también hay un montón de cubanos con decoro, con integridad, eso es bueno subrayarlo. No olvidarlo.

¿Por qué contar la historia de la diáspora en Alemania?

Alemania es un país especial para nosotros. Es, digamos, el posible futuro. Este presente que se vive en Alemania podría ser el futuro de Cuba, en el sentido del cambio de sistema, cómo funcionó, la relaciones entre las dos Alemanias, cómo llegaron a conciliarse. Todavía están en un proceso, muchas cosas han fallado y otras se han logrado. Me parece que es un lugar interesantísimo para un cubano que quiere soluciones sobre qué va a pasar con nosotros.

Enfocándonos en el documental Cubans at the Edge of the Berlin Wall, ¿por qué elegiste contar la historia de estos cuatro exiliados en Alemania?

¿Por qué Berlín y por qué estos personajes? Pues bien, tenemos a Ricardo Moreno, que vino a la RDA y se quedó. Tenía un arco dramático bastante definido, él pidió asilo político, se lo dieron, pero la experiencia de solicitar asilo en Alemania ha sido para muchos traumática. Tuvo que esperar varios años a que se lo concedieran, en un lugar donde estaban otros refugiados que venían traumatizados de guerras, y este sitio era, según Moreno, el oeste. Y mientras esperaba a ver qué pasaría con su vida fue que decidió ser músico, de modo autodidacta. Cuando le otorgaron el asilo formó una banda de música que tuvo bastante éxito. Su historia me daba una diferencia con el asilo  que uno puede pedir en EEUU. La experiencia de Moreno es traumática. 

También está Teresa Casanueva, porque me interesaba tener un personaje femenino, y es una pintora que estuvo estudiando en la RDA y  cuando cayó el Muro estaba en medio de los estudios, y quería terminarlos. Las autoridades cubanas la obligaban a regresar y ella se negó. Y la chantajearon, esa experiencia de "si no te vas ahora, nunca más verás a tu familia". Eso, por supuesto, la afectó, le dio mucho miedo. Pero se quedó. 

Está Jorge Luis Vázquez, que fue traductor para el servicio diplomático cubano, y a partir de ahí trataron de reclutarlo como espía, como informante, y en un momento dado él decidió escapar, pero fue capturado por la Stasi en el 87. Este personaje es uno de los más interesante de los cuatro, porque da el elemento de espionaje, de Guerra Fría. 

También está Amir Valle relatando su experiencia de cómo llegó a Berlín. Valle me da una especie de reflexión que yo estaba buscando con lo que estaba pasando con los cubanos. Él me habla de su posición de escritor que vive en el exilio, que tiene una posición enfrentada con el Gobierno cubano, cómo esa posición, a pesar de que muchos la tienen, a veces es una postura encontrada con otros cubanos. 

Los cuatro, en sus diferentes facetas, el músico, la artista, el traductor que hoy es un ciudadano de a pie, y Amir Valle, en diferentes puntos de esa diáspora cubana me daban la totalidad de cómo éramos. 

Háblanos de tu último trabajo, Òrìṣà Devotion in Berlin, y de cómo sobrevive algo tan particular como la religión yoruba en un contexto como Alemania.

Realmente no es una sorpresa que sobreviva o que exista este tipo de religión en el contexto alemán, pues hay bastante tolerancia religiosa. Estuve cubriendo un evento religioso donde incluían a no religiosos, y era bastante abierto, se reunieron gente del Islam, protestantes, cristianos, hasta de religiones que ni yo mismo pensaba que existían, y tenían charlas sobre temas sociales. No ha sido una sorpresa para mí que el candomble y la santería se practiquen allí abiertamente.

¿En qué nuevos proyectos trabajas ahora?

Me encuentro ahora mismo con un nuevo proyecto que no tiene que ver con cubanos o latinos, es sobre un alemán, Rudolf Dörrier, que fue reconocido y tuvo sus medallas en el partido comunista y escribió un libro que tuvo un gran impacto sobre el barrio de Pankow. Murió en el 2001, pero vivió 101 años. Vivió casi todas las etapas, el káiser, o sea a principios de siglo, la Primera Guerra Mundial, la República de Weimar, el régimen nazi, tras de la Segunda Guerra Mundial se hizo del partido comunista y después de los 90 vivió el periodo de la reunificación. Este hombre vivió cinco etapas de Alemania, pero ahora es que ha salido a la luz que fue nazi, y el hecho tremendo es que todavía, en este momento, hay una escuela que lleva su nombre en Pankow. Y este es el trabajo que estoy haciendo ahora, un documental que me fascina porque me interesa el acercamiento de esta izquierda que todavía no quiere entender que su posición es bastante ciega. 

Lo más interesante es describir una parte de la historia que no habían contando. Por ejemplo, en la Alemania comunista había más de un millón de ciudadanos registrados que fueron nazis, y eso nunca lo dijeron en Cuba.

En Nueva York obtuviste un Emmy por un trabajo que realizaste para CUNY TV, ¿de qué trataba ese proyecto?

Este es un Emmy local, un Emmy por Nueva York, aunque no deja de tener cierto mérito… Se trató de una revista, se llama Nueva York, es un magazine que compila alrededor de siete minidocumentales de no más de diez minutos. El documental que tenía allí era sobre la relación de un cubano con su madre, él vivía en Cuba y su madre partió de la Isla antes del 59,  y se comunicaban por teléfono, en ese nivel de sufrimiento que conocemos. Este cubano era mi profesor, Jorge Fuentes, y su madre, que falleció años después. Esto fue en 2010.

¿En ese mapeo de la diáspora incluyes a los exiliados de EEUU?

Sí, en Estados Unidos he hecho un documental sobre Bahía de Cochinos, que son testimonios de estos señores ya mayores que han muerto en su mayoría. De los cinco que fueron entrevistados creo que quedan dos vivos. También le he hecho un documental al músico Roberto Poveda, fue para la televisión pero era un tema mío.

De hecho, antes de ir a Europa había empezado con todo esto aquí en EEUU. Porque siento la necesidad de documentar ese éxodo cubano regado por el mundo. Muchos han muerto sin que sepamos lo que ocurrió con ellos, historias muy interesantes de gente que vale la pena conocer, y solamente se queda a veces en un artículo en un diario de prensa. 

Tuve que estudiar, prepararme, aprender, y soy, entre otras cosas, mucho más independiente que antes, y por eso puedo hacer cosas. A veces salen con una calidad máxima y otras veces no, pero lo mejor es continuar, vas con esta cuestión de error y ensayo muy americana. Hay documentales que a la gente le gustan mucho más, otros que no, otros que critican… Pero la gente siempre va a hacer algo así. No le hago mucho caso a eso. Me comparo conmigo mismo, trato de compararme con el Ricardo Bacallao de ayer, qué tal está hoy.

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