Ante la falta de visibilidad sobre la creación, exposición y comercialización de arte homoerótico en Cuba, el proyecto autónomo Riera Studio tomó la iniciativa con una miniferia donde amantes de esta manifestación adquirieron dibujos y grabados sobre el tema a precios económicos.
El artista plástico Samuel Riera, gestor y líder del estudio-galería independiente Riera Studio, ubicado en el municipio habanero del Cerro, dijo a la Redacción IPS Cuba que siempre ha estado preocupado por la ausencia de arte homoerótico a nivel social.
"He seguido las obras de Rocío García y Eduardo Hernández, profesores de la escuela de Bellas Artes de San Alejandro, quienes han abordado este tema, que es prácticamente inexistente en circuitos de galerías e instituciones del arte nacional y sin un mercado para comercializar obras de este tipo", precisó.
Por eso, "ideamos una pequeña feria para acercarnos a un público específico, los hombres homosexuales, aunque sin excluir a otras personas de la comunidad LGBTI (lesbianas, gay, bisexuales, trans e intersexuales)", agregó.
Así surgió Arte Gay. Gráfica de lo cotidiano, una iniciativa donde por primera vez, el 2 de diciembre, Riera Studio comercializó dibujos y arte gráfico de contenido homoerótico para apoyar la expresión diversa y amplia del mundo homosexual en la Isla.
Constituyó una acción directa de Riera Studio a favor de la aprobación y puesta en práctica de prerrogativas civiles y jurídicas que reconozcan los derechos de la comunidad LGBTI.
Asimismo, se propuso acercar el arte al individuo nacional, desmantelando esquemas de precios de mercado inalcanzables para la mayoría de los cubanos.
Las obras vendidas oscilaron de 20 a 200 pesos cubanos, de 0.80 a 8CUC, equivalentes al dólar estadounidense.
"Hicimos la feria con pocos artistas, pero con el imperativo de mantener precios accesibles. Vamos a democratizar el arte. Entiendo las complejidades económicas que vivimos y el problema de la doble moneda, pero por eso no se puede privar a la sociedad de un arte auténtico, firmado. Incluso, eso pudiera estimular la apertura de un pequeño mercado nacional", argumentó Riera.
"Tuvimos una buena asistencia. Por lo general, en este tipo de sucesos las personas se atreven a la segunda, no a la primera, a la espera de ver las reacciones y después venir", consideró.
"Nos pidieron repetir la experiencia por lo que planeamos hacer una nueva feria en 2019, pero más grande y con mayor convocatoria en las redes sociales. Queremos incluir otras manifestaciones como literatura y cine. Estamos convocando a que varios artistas 'salgan del closet' y se sumen", señaló.
Para Riera, la ausencia de muestras de arte homoerótico, "es un problema de mercado".
"Lo que más trasciende es el arte político. En Cuba se ha exhibido arte gay y homoerótico. El curador Píter Ortega fue uno de los primeros que puso este tema en una exposición institucional. Sigue habiendo muchos prejuicios", sostuvo.
En su opinión, entre la comunidad gay en Cuba no hay sentido de pertenencia.
"Hay grupos que se reúnen por una acción determinada, como el desfile por el 17 de mayo, Día internacional para la lucha contra la homofobia y la transfobia, cuando se observa la mayor reunión de personas LGBTI", señaló.
Consideró que "en el sujeto social cubano no hay un sentido de activismo social".
"Nos hemos acostumbrado a que el que aglutina es el Estado. Las comunidades LGBTI en todo el mundo nacieron de manera espontánea, a raíz de la lucha para reivindicar los derechos de las personas gay y lesbianas. En Cuba no ha ocurrido así", apuntó.
"En la actualidad vemos que, salvo algunos activistas, hemos tenido una recepción pasiva frente a las acciones de comunidades religiosas que mostraron un comportamiento más activo con relación al artículo 68 del (borrador sometido a "consulta popular" del) proyecto de Constitución de la República, que abriría las puertas al matrimonio igualitario", mencionó.
Para Riera "dentro de la base social a la cual pertenecen los homosexuales existen personas laceradas por el rechazo de sus familias y la sociedad, y tienden a permanecer calladas, sin expresarse. Cuando no se tienen una conciencia social amplia ni una educación sobre el tema en cuestión, resulta imposible formar parte de algo".
"Pongo un ejemplo: mi pareja y yo decidimos crear el Club de osos de Cuba, relacionado con una comunidad bien interesante como son los bear. Tratamos permanentemente de impulsar actividades con el principio de reunir a sujetos sociales que no se ven todos los días, y ha costado mucho trabajo", explicó.
"Nos cerraron el blog (del Club de los osos) en la plataforma Cubava y creamos otro en WordPress. Esperamos que con la ampliación del acceso a internet más personas accedan a esos contenidos. Disponemos de una página en Facebook. Desde ahí queremos explicar qué es la comunidad de los osos, cómo nació, sus prácticas, conectar a quienes se sientan parte de ese grupo y admiradores en Cuba, así como ofrecer informaciones", señaló.
"Es importante hacer más activismo. Somos un proyecto anclado en un barrio. No se trata de agredir a la comunidad, sino de sensibilizarla poco a poco", concluyó.