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Literatura

Carlos Manuel Álvarez: 'Fuera del deporte ya no queda ningún nacionalismo decente'

DIARIO DE CUBA conversa con el autor matancero, como parte de la serie de entrevistas a jóvenes escritores cubanos que ya no viven en la Isla.

Madrid

Periodista de profesión, "cree solo en dos cosas: la audacia de los primeros bates y la soledad del center field", según reza la bio de Carlos Manuel Álvarez (Matanzas, 1989) en la revista El Estornudo, donde es director editorial.

Ha sido catalogado como uno de los 39 mejores escritores menores de 40 años de la literatura latinoamericana, por la lista del Hay Festival de Bogotá de 2017, año brillante para Carlos Manuel, donde su nombre saltó al mundo gracias a La tribu (Seix Barral-Sexto Piso), su libro de retratos de Cuba, que The New York Times en su edición en español incluyó entre los "Diez libros de no ficción que han marcado 2017", señalando que "configura un panorama más agrio que dulce de la Cuba de este comienzo de siglo".

En las crónicas de La Tribu "está la Cuba que existe de verdad", afirma el periodista estadounidense Jon Lee Anderson, quien califica al joven cubano como un escritor "de inmenso talento".

"Su prosa es de una elegancia superior. En ella se mezclan un extraño dandysmo caribeño y una sensibilidad que nunca cae en la sensiblería", destaca la periodista y escritora argentina Leila Guerriero sobre La tribu y su autor.

Carlos Manuel "sabe mirar", opina el periodista y escritor argentino Martín Caparrós en el prólogo del libro. "Alguien que escribe es un escritor cuando ve lo que muchos no ven", sentencia.

Aunque la Isla está presente en su escritura, Carlos Manuel radica en México desde 2015. Es otro de los jóvenes escritores cubanos que ya no viven en la Isla, con los que DIARIO DE CUBA conversa sobre su obra y sus vivencias en el exilio.

¿Cuáles son los temas que más te interesa abordar?

La derrota, la conciencia plena del fracaso.

¿Cómo se escribe sobre la actualidad de Cuba fuera de Cuba?

Uno puede saber más de Cuba estando fuera de Cuba que dentro, pero la ignorancia de estar dentro de Cuba supone un conocimiento vital del que ya carecemos y uno, desde fuera, no debe pasar eso por alto.

¿Dónde y en qué horario prefieres escribir? Cuéntanos de tu rutina de trabajo… (soporte, contexto, ¿¡manías, fetiches!?)

Escribo de noche, aunque estoy convencido de que es mucho mejor en la mañana, donde las energías no tienden a disminuir y donde uno no es propenso a engañarse a sí mismo de modo tan indulgente como en la madrugada, cuando todo lo escrito parece adquirir una consistencia y un vigor que en realidad no hay. Por otra parte, ya no puedo escribir en casi ningún sitio que no sea o haya sido mi casa, como lo es Ciudad de México hoy, o como lo fueron Cárdenas y La Habana antes. De hecho, cuando por alguna razón puedo ponerme a escribir en un sitio al que recién llego, sé que esa es la prueba de que podría quedarme ahí.

¿Qué autores son un referente para ti?

Homero cuando hace que Odiseo diga: "Mi nombre es Nadie; y Nadie me llaman mi madre, mi padre y mis compañeros todos".

¿Qué libro estás leyendo ahora?

Voy y vuelvo, voy y vuelvo, pero las Elegías de Duino siempre están en la mesa de noche.

¿Qué es lo peor y lo mejor que te ha ocurrido en el exilio?

Lo peor y lo mejor es lo mismo: tratar de reconocerme en la idea de Brodsky de que un hombre liberado no es igual a un hombre libre, porque cuando un hombre libre fracasa no culpa a nadie.

¿Qué repercusión ha tenido en tu escritura vivir fuera de Cuba?

La experiencia trabajando sobre el estilo. Empezar a perderme dentro de la geografía intrínseca del idioma, lo que supone no depender solo de la expresión concreta de ese idioma dentro de una geografía específica, en este caso la cubana.

No tener el respaldo del país de origen, ¿qué impacto ha tenido en tu trabajo?

Teniendo en cuenta lo que significa hoy para nosotros tener el respaldo del país de origen, cualquiera sabe que no tener ese respaldo es el mayor respaldo de todos. He empezado a construir mi narrativa desde un lugar que reconoce de antemano la ausencia de ese respaldo, y es menos una decisión política que estética.

¿Trabajas actualmente en algún proyecto?

No. Durante un tiempo escribí mucho bajo esa lógica. Pronto irá saliendo parte de lo escrito, pero ahora estoy tratando de escribir en contra de la idea misma de proyecto, que es algo que me genera demasiada ansiedad.

Eres fundador de la revista digital El Estornudo que recientemente ingresó en la lista de medios a los que el régimen bloquea el acceso dentro de la Isla, ¿cuál es la función que deben jugar los medios independientes en el contexto socio-político cubano?

Ir un paso por delante de ese mismo régimen, no asumir, a pesar de todo, la posición y el relato de la víctima.

¿Qué es Cuba para ti? (en una frase)

Ahora mismo, en abril, es solo algo que va a moverse entre los Chicago White Sox, los Dodgers de Los Ángeles y los Astros de Houston. Y que a veces va a llamarse Puig, o Abreu, o a veces Gurriel. Fuera del deporte ya no queda ningún nacionalismo decente.

¿Qué es lo que más te gusta del país y la ciudad donde vives?

Me gusta mirar la comida mexicana. No comerla, porque como muy mal, pero me gusta contemplarla en su esplendor y caer en la cuenta de que mis remilgos no merecen esa forma absoluta del conocimiento.

Volverías a vivir en Cuba si… (o no)

Viviría en casi cualquier parte, incluida Cuba. No hay escapatoria en ningún lugar. 


Carlos Manuel Álvarez estudió periodismo en la Universidad de La Habana. Sus textos y columnas de opinión han sido publicados en medios internacionales como The New York Times, BBC Mundo, Al-Jazeera o Internazionale. Sus crónicas han aparecido en revistas como Gatopardo y El Malpensante. En 2013 obtuvo en Premio Calendario en Cuba por su libro de relatos La tarde de los sucesos definitivos.

Puedes leer un fragmento de La tribu aquí.

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