El crítico de cine Dean Luis Reyes escribió una carta abierta a la revista oficial La Jiribilla en la que le ofrece una lista con casi una veintena de películas censuradas por las autoridades culturales cubanas en la última década.
La misiva, publicada en Facebook, también condena la arremetida del periodista oficialista José Ángel Hernández Pérez contra el también crítico Gustavo Arcos, quien hizo pública su posición contraria a la decisión del estatal Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) de censurar Quiero hacer una película y de "regañar públicamente a los miembros del Comité Organizador de la Muestra Joven 2018".
"La dentellada inicial de Pérez va contra las supuestas prerrogativas de Arcos como docente. Para Pérez, Arcos 'goza del privilegio de ejercer la enseñanza'. Como si haber sido profesor de casi veinte generaciones de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte fuera solo un privilegio, acaso otorgado por la magnanimidad de algún poder superior", sostiene Reyes.
"Las razones de Arcos, según Hernández Pérez, son sospechosas. Como la de las voces que se oponen a la decisión del ICAIC y han apoyado al Comité Organizador de la Muestra Joven 2018. Dice que 'la diatriba parte del lugar común de la propaganda contra Cuba, su gobierno y su pueblo' y que 'parece responder a un entramado desestabilizador y subversivo'", escribe Reyes.
"Sin duda, los teóricos de la guerra fría cultural de La Jiribilla no son demasiado originales. Usan los mismos argumentos que en los 90 e inicios de los 2000 usaban en El Caimán Barbudo contra gente como Emilio Ichikawa, Rafael Rojas, Víctor Fowler, Elvia Rosa Castro… y antes usara Leopoldo Ávila en Verde Olivo, que consiste en desacreditar la honestidad de los juicios de los intelectuales que se desaprueba. En poner en entredicho sus intenciones reales(…)", añade la misiva.
Condena que Hernández Pérez "ensaya el asesinato de reputación de Arcos" al invocar "argumentos vinculados a la nueva partida de presupuesto del Departamento del Tesoro estadounidense bajo la política de Donald Trump, para derrocar el Gobierno cubano".
Califica como un "golpe bajo" atacar a un hombre por su modo de subsistencia. "Cuestionar a Arcos su labor docente y por esa vía invocar su despido, sabemos cómo se llama. Al menos en mi barrio tiene un nombre muy feo", considera Dean Luis Reyes.
Más adelante, señala a Hernández Pérez como "poco ético creer que un colectivo como el del cine, fogueado como ningún otro del campo intelectual cubano en la discusión y el debate abierto, no iba a reaccionar ante una decisión que consideró un atropello".
"Esa tradición beligerante que (Hernández) Pérez ignora, porque en su mente solo hay mercenarios y guerra fría cultural, no se va a acabar porque nos amenacen o endilguen epítetos como 'contrarrevolucionarios'. Otra cosa que Pérez ignora es que nos lo han dicho demasiadas veces. Nos lo han dicho siempre 'asalariados dóciles al pensamiento oficial', como él. Siempre habrá por ello voces, como la de Arcos y otros, que les responda como se merecen", destaca.
Para el crítico de cine, "(Hernández) Pérez y La Jiribilla demuestran una ignorancia inmensa sobre los verdaderos problemas del cine cubano".
Teniendo en cuenta esto y porque "están tan en desacuerdo con el uso que por estos días se da al término censura", Reyes les deja "una lista no exhaustiva de los largometrajes cubanos de esta década solamente, que no han tenido estreno público ni exhibición normal más allá de algún festival o muestra".
—Molina´s Ferozz (Jorge Molina, 2010)
—Memorias del desarrollo (Miguel Coyula, 2010)
—La vaca de mármol (Enrique Colina, 2013)
—Jirafas (Enrique Álvarez, 2014)
—Espejuelos oscuros (Jessica Rodríguez, 2015)
—Caballos (Fabián Suárez, 2015)
—El tren de la línea norte (Marcelo Martín, 2015)
—La obra del siglo (Carlos Machado, 2015)
—La singular historia de Juan sin Nada (Ricardo Figueredo, 2016)
—Sharing Stella (Enrique Álvarez, 2016)
—Santa y Andrés (Carlos Lechuga, 2016)
—El tío Alberto (Marcel Beltrán, 2016)
—Severo secreto (Oneyda González, Gustavo Pérez, 2016)
—El Proyecto (Alejandro Alonso, 2017)
—Pablo Milanés (Juan Pin Vilar, 2017)
—Nadie (Miguel Coyula, 2017)
—Sergio y Sergei (Ernesto Daranas, 2017)
"Con ello, se viola la Ley 169 de 1959, de creación del ICAIC, la cual indica que esa institución tiene la obligación de 'organizar, establecer y desarrollar la distribución de los filmes cubanos o de coproducción'. Su artículo decimoprimero reza: 'El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos se encargará asimismo de promover la distribución de los films cubanos en el mercado nacional en una forma organizada y sistemática…'", puntualiza.
"No sé si eso se llama censura. Propón un término mejor, (Hernández) Pérez… a lo mejor contrarrevolución te sirve. A Trump seguro le encanta", concluye Dean Luis Reyes.