El artista cubano Carlos Martiel, conocido internacionalmente por sus duros performances, vuelve con sus propuestas a la Isla. Este viernes 3 de noviembre presenta en Factoría Habana su exposición Fragmentos de memoria, según publicó Vistar.
Graduado de la Academia de San Alejandro en 2009, Martiel ha desarrollado una carrera meteórica.
En 2013 recibió el Premio Arte Laguna en Venecia que le aseguró el apoyo de la crítica a nivel mundial. Desde entonces, es frecuente su participación en prestigiosos eventos como la Bienal de Venecia, así como la obtención de varios premios y residencias entre las que destaca CIFO.
La obra de Martiel es agresiva. Seguidor de la vertiente performática de Tania Bruguera, este artista utiliza su cuerpo para denunciar problemáticas que parten del hecho de ser negro. Por ello, su piel es mostrada sin pudor en cada una de las acciones que realiza.
"El desnudo siempre fue y será para mí una liberación. Desnudarse es quitar filtros, jerarquías de poder, prejuicios en relación al cuerpo propio y al de otros. En un momento inicial fue la vía que tuve para aceptar mi cuerpo en una sociedad que ha estigmatizado al afrodescendiente", dijo el joven a Creators.
Sin embargo la crítica de este artista va más allá de las cuestiones raciales, como señala Vistar. En su discurso son recurrentes cuestiones como la emigración, la violencia, las relaciones de poder, la memoria y la inconformidad ante sociedades cada vez más injustas. La autoflagelación, el sacrificio, el dolor han sido los métodos a los que ha acudido para hacerse sentir.
En una de sus perfomances más premiadas, Hijo pródigo, Martel se coloca en el pecho hasta sangrar las medallas oficiales de su padre, en medio de un acto ceremonial.
El artista participó en Adiós Utopia: Sueños y frustraciones en el arte cubano desde 1950, una exposición colectiva realizada en el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Houston, en Texas.