La escultura de El Quijote del parque de 23 y J, en el barrio habanero de El Vedado, está siendo sometida a un proceso de restauración en el propio lugar, según recoge la estatal Agencia Cubana de Noticias, para asegurar, entre otros, el único punto de contacto con la base sobre la que se erige.
El artesano Ricardo Hernández, a cargo de los trabajos, dijo que se trata de la tercera reparación a la que se somete la pieza, original del cubano Sergio Martínez (1930-1988).
Los cascos de Rocinante fueron reparados antes de que llegaran los vientos del huracán Irma a La Habana, precisó el artista, con 43 años de edad y 20 de experiencia.
Hernández precisó que la actual rehabilitación forma parte de un proyecto concebido por la Oficina del Historiador de La Habana y la estatal Asociación de Artesanos y Artistas de Cuba (ACAA), a la cual pertenece.
La escultura, realizada con la técnica de alambrón soldado, presenta la figura del Quijote, totalmente desnudo, que blande su espada sobre un caballo encabritado.
Como atavío, el personaje de Cervantes lleva en la cabeza la bacía que en su delirio Alonso Quijano confundió con el yelmo de Mambrino, en alusión a un ficticio casco de oro puro que hacía invulnerable a su portador.
La reparación comenzó 15 días antes de que el ciclón azotase la Isla. Según Hernández las labores debían haber terminado ya, pero las lluvias de Irma y las más recientes de octubre han dificultado el trabajo, que espera concluir en noviembre.
De acuerdo con el artesano, la pieza presenta daños debido a la anidación de aves en el interior de su estructura hueca, y para evitarlo colocará rejillas en las posibles entradas. También está muy expuesta al salitre del mar y a la influencia de otros elementos.
La emblemática escultura es considerada símbolo de las raíces españolas en Cuba. En la base, se lee la siguiente frase: "Porque somos de España en Lorca, en Machado, en Miguel. Porque España es la última mirada de sol del Pablo nuestro. Porque no hemos nunca medido el tamaño de los molinos de viento, sentimos bajo nuestros talones el costillar de Rocinante".