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CINE

Ernesto Daranas: 'Duele ver a Cuba tan triste'

El director de 'Conducta' acaba de rodar su último largometraje 'Sergio y Sergei', sobre un radioaficionado habanero y un astronauta soviético.

Barcelona

El cineasta cubano Ernesto Daranas, que recién terminó de grabar Sergio y Sergei, su último largometraje sobre un astronauta soviético y un radioaficionado habanero, coproducida entre la española Mediapro y la estatal RTV Comercial, dijo al diario La Vanguardia que "le duele ver a Cuba tan triste". 

"El cubano es alegre por naturaleza, creativo y proclive a la felicidad. ¡Por eso me duele verle tan triste! Han sido tantas promesas aplazadas... Vidas enteras esperando un horizonte que siempre se aleja, siempre se aleja...", lamentó el director de Conducta en entrevista con el medio catalán.

El productor culpó de esta situación "a las ideologías. Aquel sueño del comunismo tropical... La ideología sustituyó a la natural idiosincrasia cubana, y ese extravío nos abocó a la desesperanza".

Según Daranas es una opinión que expresa en sus películas. "Es una crisis dentro de otra, la que arrancó con la desaparición de la URSS y del campo socialista". La otra –apunta­– "la de constatar que nada cambia: por arriba siguen debatiéndose viejas discrepancias, y por abajo la gente corriente sigue sin horizontes de mejora real de su vida". 

Daranas contó a La Vanguardia que nació en la Sierra Maestra en plena campaña de alfabetización en la que su padre se enroló.

Dijo que a sus cinco años "perdió el paraíso" y explicó que cuando bajaron a La Habana, su padre sufría "viendo sus puros ideales traicionados" mientras él se evadía con películas.

El productor y director de cine primero hizo radio, según declaró al diario. "Programas de ecología, radionovelas... ¡con censuras absurdas, eso sí! Uno de aquellos censores huiría después a Miami."

En opinión de Daranas, esa censura "algo ha cambiado, se ha relajado, pero la esfera de la política sigue todavía controlando las esferas de la cultura, eso es así", puntualizó.

A una pregunta sobre qué cree que pasará tras la muerte de Fidel Castro, señaló que "los cubanos no piensan en eso" porque no están "pensando en otra cosa que no sea en mejorar sus vidas cotidianas".

Para el cineasta cubano Cuba debería salvar y preservar "la categoría notable de su sistema académico, del que sale gente muy bien preparada". Por eso le duele –justifica­­– "verlos frustrados después por la falta de expectativas". 

Atribuyó la brillantez cultural cubana "al mestizaje: en Cuba, gallegos, extremeños, catalanes... se vieron obligados a conocerse entre sí, ¡algo que no hacían en España!"

"Y a eso suma africanos de diversas culturas, y chinos, franceses... ¡Y todo eso cristaliza en el cubano! En el habanero, tan locuaz, alegre, gregario. En el oriental, tan hospitalario que se lo quita todo para dártelo y que tú te sientas bien. ¡Mi país es fascinante! Ojalá no lo convirtamos en un parque temático".

Al cubano le falta ahora "movilizar esa enorme riqueza cultural suya: poder viajar sin trabas y hacerla florecer, poder entrar y salir de la isla sin los actuales obstáculos burocráticos, tan paralizantes y esterilizantes. ¡Basta de eso!”, alegó.

Sobre su última película, cuenta que Sergio es un humilde habanero de su barrio, radioaficionado. Sergei es un esforzado cosmonauta soviético, está en la estación espacial MIR. Es el año 1991, la URSS se hunde y esos dos hombres aislados en sus islas conectan por radio.

"Ambos son náufragos de la historia. El cubano y el soviético. Ni el uno ni el otro saben cómo ni cuándo ni quién los rescatará", argumentó Daranas.

Para concluir, señaló que "nunca hay un final". El horizonte nunca llega pero afirmó con certeza que "las personas nobles y sencillas se comunican entre sí sin ideologías".

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