El derrame de más de 2.113 litros del líquido conocido como RC, empleado en la fabricación del asfalto, así como la destrucción total del tanque que lo almacenaba, para un total de 23.000 pesos en perjuicios, se contabilizan como los principales daños materiales ocasionados por la explosión ocurrida en la noche del martes en la planta de asfalto de Sancti Spíritus, que dejó, además, un trabajador en riesgo de perder la vida.
Según Rislander Torres Díaz, director general de la Empresa de Construcción y Montaje Sancti Spíritus, los trabajadores comenzaron las labores de limpieza y recuperación de la zona tan pronto fue sofocado el incendio y en pocas horas se logró colocar nuevamente la cerca perimetral que había sido dañada por el siniestro, publicó el periódico oficial Escambray.
Torres Díaz dijo que cuando el tanque se enfríe será reemplazado por uno de igual porte con capacidad de almacenamiento para 44.000 litros, el cual ya se encuentra en la provincia. También dijo que los laminados del depósito destruido serán reutilizados en parques solares fotovoltaicos que se construyen actualmente.
El depósito siniestrado tiene como función almacenar líquido RC, que es preciso conservar a alta temperatura, como requisito indispensable para ser aplicado a la vía antes de ser vertido el asfalto.
En palabras del funcionario, el derrame del líquido RC está controlado y no se reportan daños medioambientales, aunque prosiguen las investigaciones para determinar la causa de la explosión.
Por su parte, Aliosky Polo Santana, director del Hospital Camilo Cienfuegos, informó que Alexey Díaz Salas, de 48 años, trabajador de la planta de asfalto y única víctima del siniestro, continúa reportado de crítico al sufrir quemaduras en el 50% de su cuerpo, además de un trauma craneal.
El teniente coronel Alexander Ávalo Jorge, jefe del Cuerpo de Bomberos de Sancti Spíritus, calificó la explosión de gran magnitud y agregó que, gracias a la pericia y técnica de sus hombres, fueron capaces de controlar el incendio en unos 30 minutos aproximadamente.
Por su parte, el diario oficial Granma recogió declaraciones de Jesús Pérez Sánchez, al frente de la unidad empresarial de base (UEB), perteneciente a la Empresa de Construcción y Montaje, quien calculó, preliminarmente, en unos 23.000 pesos, moneda nacional, los perjuicios del accidente.
Según Pérez Sánchez, los daños "no impiden que prosiga inalterable el proceso tecnológico, gracias a que no resultó afectada la planta industrial".
El escenario en Cuba es proclive al aumento de desastres mortales de este tipo, a falta de voluntad del Gobierno para atajarlos, industrias obsoletas necesitadas de inversiones capitales, el escamoteo oficial de estadísticas y la habitual descarga de responsabilidades en las propias víctimas de los hechos.
La planta de asfalto de Sancti Spíritus es la más antigua de Cuba, pues data de 1948, según ha informado la prensa local.
Joel Brito, director del Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba (GIRSCC), alertó en una entrevista con DIARIO DE CUBA que durante los últimos 50 años el régimen no ha invertido en recursos de protección para los trabajadores que están directamente vinculados a áreas de alto riesgo, lo que se suma a las condiciones deplorables de muchas de las instalaciones, donde se ejecutan labores que pueden implicar serios perjuicios para la salud y la vida.
Brito recordó la tragedia del Hotel Saratoga, en la que perdieron la vida 45 personas. El año pasado una comisión de expertos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reclamó a La Habana que informara sobre las causas que provocaron el accidente e identificara a los responsables. "Pero hasta la fecha no ha respondido a estas interrogantes. Tampoco ha informado de qué medidas adicionales ha tomado para evitar accidentes futuros", lamentó el director del GIRSCC.