Tras inundar al pueblo con noticias sobre roturas, reparaciones y sustituciones del sistema de bombeo, la única verdad constatable hoy es que la mayoría de la gente de Caibarién, Villa Clara, sigue sin agua y sin avizorar soluciones.
Resultaría arduo establecer una cronología del espanto que ha provocado la crisis que ya dura más de un mes y que ha creado gran malestar en la población, no solo por la carencia, sino por decisiones como la de vender agua en divisas.
De subsidiar pomos de cinco litros a 85 pesos para menores de 13 años y por la libreta, el Estado pasó a venderlos a 2,50 en moneda convertible (800 pesos al cambio real). Los pomos de litro y medio de Agua Ciego Montero cuestan 1 MLC, o sea, 320 pesos.
La decisión dejó fuera a la población más vulnerable: quienes no cuentan ni contarán con los MLC que el Estado exige a cambio del agua.
Porque no se debe beber el agua —incluso la clorada— que transita por tuberías oxidadas y con infiltraciones múltiples de aguas negras. Los sistemas de distribución de agua potable y de residuos albañales están interconectados en todo de distrito urbano, por su antiquísimo trazado. Y la situación empeora cuando han transcurrido tantos días sin usarse.
Lo más recién de esta crisis ha sido el anuncio triunfalista hecho este 15 de septiembre desde el puesto de mando de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado en Villa Clara (EAA): "Último Minuto. Ya funciona la nueva bomba de Pozo 8. Se reinicia el servicio de agua a Caibarién por (el reparto) Van Troi II".
La pasada semana visitó la zona el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) Antonio Rodríguez Rodríguez, publicó la prensa oficial
"El objetivo principal de la visita", fue "evaluar posibles soluciones y coordinar acciones inmediatas para restablecer el servicio (de agua) a la población". La comitiva "tuvo un encuentro con diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, presidentes de los Consejos Populares del municipio y directivos del Instituto en Villa Clara". Todos auguraron el fin de la inusual escasez de agua en el territorio.
La propaganda sobre las reuniones incluyó más promesas, según las cuales, "con la urgencia que exige la situación, se ha gestionado el traslado desde La Habana de la bomba de cloro y la bomba de Rojas 1 (de 3 pozos paralizados en el municipio). Estas piezas esenciales para el sistema de bombeo de agua potable serán instaladas de manera inmediata al llegar a Caibarién".
Por su parte, durante su intervención, Rodríguez "reiteró el compromiso nacional con la pronta solución de la problemática en Caibarién, trabajando de forma conjunta con las autoridades locales".
Pero parece que ambos niveles no han convergido en un punto común para concretar la solución esperada.
En mayo pasado, la emisora local hurgaba, reproduciendo un editorial de Granma, en el desastre nacional que por vez primera incluía al territorio del centro norte de Cuba, abastecido por un manto freático que, a diferencia de otras zonas del país, nunca mermó. Se reconocía entonces que "a pesar del amplio programa inversionista que desarrolla Cuba para garantizar el abasto de agua a la población, es indiscutible la obsolescencia que presenta gran parte del equipamiento instalado para ello, lo que provoca constantes roturas y descontentos en los clientes".
"Este tema tan complejo, sobre el más vital de los recursos y uno de los que mayor impacto tiene en la calidad de vida de la población, fue el centro del análisis del cuarto programa del espacio Desde la Presidencia", el podcast de Miguel Díaz-Canel, informó Granma.
Mientras el municipio aún contaba con un servicio de agua estable, que apenas tres meses después colapsaría, el informe presidencial decía que "la falta de combustibles es la principal causa para los incumplimientos con el Plan de Abasto".
Pero las interrupciones en el bombeo tienen además otras explicaciones, y no solo la obsolescencia del equipamiento, sino también la desidia del personal encargado, así como su cualificación, más los continuos apagones que dieron el tiro de gracia al sistema, sin tiempo para recuperarse en cuanto a la protección contra altibajos del voltaje.
Entre discursos, promesas y explicaciones técnicas poco entendibles, la población está cada vez más desesperada.
"Por favor, ¿el agua, para cuándo? Como se llenan la boca (para asegurar) que 'ya se restableció (el servicio)'", escribió en Facebook hace tres días Gladis Trujillo.
Comentarios similares se producen diariamente en el casi medio centenar se sitios dedicados fundamentalmente a la compraventa y los trasiegos del mercado informal.
La prensa oficial, por su parte, ha estado repitiendo cada día los mensajes provenientes de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado: "La nueva bomba de cloro no se pudo instalar en Pozo 8 por acoples no compatibles"; "los daños en el equipo anterior impiden su recuperación y deberá ir al taller provincial"; los trabajadores están listos para recibir las bombas e instalarlas sin demora. Se espera que con la llegada de estas piezas fundamentales se restablezca la normalidad en el suministro de agua potable a la población de Caibarién…".
Actualmente, según reportes oficiales, "más de 600.000 cubanos se encuentran sin acceso al servicio de abastecimiento de agua potable" en toda la Isla, y el Instituto de Recursos Hidráulicos culpa a la crisis energética.
El presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, José Antonio Hernández Álvarez, reconoció que "el abasto de agua está en situación crítica en Cuba, pero el principal problema son los continuos apagones que provocan fallas en el sistema de bombeo", dijo.
Para rematar añadió: "la escasez del agua afecta a diversas provincias del país, algunas de las cuales cuentan con más de 30.000 clientes sin servicio. Entre las más golpeadas se encuentran Pinar del Río, Artemisa, Santiago de Cuba, Granma, Villa Clara, Cienfuegos y Holguín"… ¿30.000 por provincia?
En la Mesa Redonda dedicada esta semana al tema, y tras asegurar que "contamos con todos los recursos necesarios para ejecutar futuras inversiones", el funcionario aseguró: "En la semana anterior hubo como promedio unas 713.000 personas afectadas por redes. A eso le sumamos unas 300.000 personas que reciben aguas por pipas que tienen ciclos mayores de 15 días, y en algunos casos ciclos muy extendidos; afectadas por equipos de bombeos, por déficits de energía eléctrica, por rotura de conductoras; (esos) son los tres elementos fundamentales". Es decir, más de un millón de compatriotas viven abrumados por la sed.
Entonces, faltaría por escuchar las explicaciones de la Unión Eléctrica, ejecutora de los apagones. O del Ministerio de Comercio Interior, por dejarse arrebatar el agua embotellada que hay que abonar en los MLC que pocos caibarienenses tienen.
Lo irónico de esto es que ahora la gente no tiene de otra que comprar agua embotellada, que es limpia, en lugar del agua seudo-potable que acostumbran ingerir y que pocos en todo el país siquiera hierven.