Aunque Cuba es un eterno verano, como reza el dicho popular y lo confirman los registros climatológicos, el verano, científicamente convenido, dura seis meses, aproximadamente desde mediados de abril hasta mediados de octubre y, culturalmente, apenas dos meses: julio y agosto.
Estos son los dos meses de receso escolar más largo, para el tránsito de un curso a otro. La mayoría de los trabajadores procuran sacar sus vacaciones en esta etapa, para coincidir con los hijos estudiantes, y es cuando todo el mundo trata de viajar a visitar familiares, ir a la playa, a campismos, ríos, parques de diversiones con los niños, etc. Al menos, esa era la tradición.
Pero el deterioro de la economía cubana vino aparejado de una crisis general que abarca todos los aspectos de la vida de los cubanos, y el disfrute del verano no escapa del desastre. Año tras año vienen mermando en Cuba las posibilidades de esparcimiento y diversión, y este verano ha sido el clímax en nulidad de oportunidades, al menos para la mayoría trabajadora que no recibe remesas monetarias desde el extranjero. El eslogan oficial de la temporada ha sido "Modo Verano", pero ciertamente no pasó de ser un eslogan.
"Este año no pude llevar a los niños ni a la playa", comenta Yamila, una madre holguinera de dos hijos, que vive de su salario como enfermera. "Las guaguas rentadas y los camiones están cobrando mil pesos por persona, y yo no puedo pagar eso. Es verdad que el petróleo dicen que está a 400 pesos el litro, pero mi salario sigue siendo el mismo y no me da para eso. Lo siento por los niños, pero no puedo hacer magia".
El Estado, que es el mayor empleador en Cuba con alrededor del 80%, paga salarios muy bajos incluso calculados sobre una tasa de 24 pesos por dólar, que es solo nominal. Mientras que el sector privado oferta bienes y servicios basados en el dólar informal, con el que adquiere sus productos, y cuesta por encima de 300 pesos.
Es decir, 13 veces superior. Entonces, debido a que el Estado ha dejado paulatinamente de proveer bienes y servicios, antes equiparables a los salarios, sus trabajadores se ven forzados a adquirirlos en el sector privado, y por esta distorsión lo hacen con un bajísimo poder adquisitivo.
Haydée, que es maestra de primaria, nos cuenta: "Hace poco llevé a mis hijos a un parque de diversiones, que antes era del Estado y ahora está arrendado a una MIPYME. Es verdad que arreglaron todos los equipos y pusieron cosas nuevas. Y tienen oferta de todo tipo de confituras y buena comida en el restaurante, todo muy lindo. Pero el precio es desorbitante. Llevé 2.000 pesos pensando que se me había ido la mano y en un par de vueltas, más una meriendita, se me fue todo".
"Y era la mitad del dinero que cobré de las vacaciones. Todo lo han dejado para que lo resuelvan los particulares, pero no se han puesto a pensar que no ha quedado nada para los trabajadores, equiparable al salario. Hasta el viaje que ofreció el sindicato a Playa Blanca me salía como en 3.000 pesos. Es más barato que en la calle, pero tampoco tiene nada que ver con lo que ellos mismos [el Estado] nos paga. Por supuesto que no pude ir".
Es política oficial que, año tras año, el Poder Popular, en conjunto con el INDER y Cultura, crean comisiones "de verano" a nivel municipal, y en cada Consejo Popular trazan planes de actividades y luego tratan de ejecutarlas en función de promover el esparcimiento en los barrios durante la etapa. Esos planes consideran una actividad de inicio de verano, múltiples actividades intermedias y otra grande de cierre del verano. Sin embargo, este año, la activación de tales planes ha sido casi nula.
"Este año no hemos podido ni contratar un audio para las actividades", cuenta un presidente de Consejo Popular holguinero, bajo anonimato. "El presupuesto es apenas de 3.000 pesos mensuales, y eso funcionaba hace varios años atrás, pero ahora no alcanza ni para costear un día el alquiler".
"Antes las empresas apoyaban más. Ahora tienen los recursos limitados, principalmente el combustible. Hay un desdén, una apatía generalizada, que es terrible. Este verano es el más muerto que he visto", aseveró.
El verano "muerto" es el reflejo del país en que se ha convertido Cuba bajo la dictadura del Partido Comunista. Una sociedad en crisis generalizada, signado por la disfuncionalidad y las distorsiones; donde todo es absurdo y no hay señal alguna de los cambios que se necesitan para voltear la situación.