La construcción del primer tanque de almacenamiento de la Base de Supertanqueros incendiada en agosto de 2022 —con el saldo de 17 fallecidos y decenas de heridos— marcha con atrasos casi un año después de su inicio.
El medio estatal Trabajadores publicó esta semana que "las labores de soldadura siguen marcando la ruta crítica en la construcción del tanque 88 en la base de Supertanqueros".
Así se aprecia en las imágenes publicadas en la página de Facebook de la Unidad de Empresarial de Base (UEB) División Territorial de Comercialización de Combustibles Matanzas y en la que fue compartida por el medio estatal.
Sin embargo, a inicios de junio de 2023, cuando se anunció el comienzo de la construcción de dicho tanque —con la colocación de las primeras planchas de acero correspondientes al fondo — el ingeniero Rigel Rodríguez, director de la División Territorial Comercializadora de Combustible, dijo que el depósito debía estar terminado en abril de 2024, según lo citó entonces el medio oficial Granma.
Casi un año después, las posibilidades de que ese plazo se cumpla parecen remotas.
En aquel momento, el ingeniero explicó también que el distanciamiento entre los tanques será mayor al anterior, de acuerdo con la norma internacional actual: en el espacio donde estaban aquellos cuatro depósitos, ahora se colocarán solo dos.
Otro cambio tendrá que ver con los cubetos, los cuales contendrán 1,5 veces la capacidad del tanque, y se armarán con tierra revestida de hormigón, cualidad que evita el colapso de esa estructura si es embestida por el fuego y el derrame de crudo.
Un año después de lo que califica como el peor desastre industrial de la historia en Cuba, la agencia estatal Prensa Latina lo achacó a "el destino, la vida y lo impredecible de la madre naturaleza".
El Gobierno cubano no ha hecho pública ninguna investigación oficial sobre el siniestro que acabó con 17 vidas, incluidos jóvenes que cumplían el Servicio Militar Obligatorio.
Los fallecidos fueron condecorados póstumamente por el Gobierno, que los calificó de héroes y les dedicó una sala en el Museo de Bomberos de Matanzas.
La opinión ofrecida a DIARIO DE CUBA por un experto apuntó a que esos hombres fueron en realidad víctimas y varias de esas muertes pudieron ser evitadas.
Amauris Betharte Chapeaux, exinspector de Seguridad Química, opinó que uno de los mayores fallos del siniestro radicó en "las respuestas de emergencia".
El experto explicó que, según las normas estándares internacionales, en este tipo de instalaciones debe haber al menos dos bombas, una de agua y otra de espuma, y al menos una se debe activar automáticamente.
El otro factor decisivo para Betharte Chapeaux es "la preparación del personal", ya que "instalaciones como esta deben contar con un equipo de bomberos propio", puesto que deben estar muy bien preparados y "mostrar un grado de especialización para atender este tipo de situaciones". Algo que obviamente no se cumplió en esta tragedia, ya que se encontraban prestando labores jóvenes reclutas sin la suficiente preparación. Lo que "ha causado la mayor cantidad de víctimas".
"Si se hubieran tenido los equipos y toda la técnica contra incendios necesaria, ellos no hubieran estado allí cuando la segunda explosión, e incluso se pudo haber evitado esa segunda explosión", opinó.
En enero de 2024, la prensa oficial informó que recuperar la capacidad de almacenaje de combustible y las instalaciones de la base de supertanqueros de Matanzas tomaría hasta cuatro años.