'Yo fui traicionado por las FAR y el Partido', dice un exmilitar cubano exiliado en EEUU

Un exmilitar cubano se ha exiliado en EEUU después de que el régimen lo persiguiera por su actividad al frente de una cooperativa no agropecuaria (CNA) dedicada a la construcción, informó en su canal de YouTube Juan Juan Almeida García, otro exiliado hijo del desaparecido comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.

Se trata de Teófilo Luis Carmenate Peña, expresidente de la CNA Pirámide, entidad que llegó a facturar 734 millones de pesos por la reparación y mantenimiento de escuelas, refinerías, hospitales, terminales, servicentros, viviendas, y otros objetos de obra.

"La realidad es que ni su talento como emprendedor ni su historia como exmilitar lo libraron del decomiso de todos sus bienes, mucho menos de una sentencia de diez años de privación de libertad", dijo Almeida García sobre su entrevistado.

Carmenate ahora reside en EEUU, tiene 71 años y nació en Las Tunas. Insertado en escuelas militares desde 1967, se graduó de Servicios Topográficos y Artillería en 1972. "Durante mi educación creía en la Revolución, amaba las ideas del Che (Ernesto Guevara), de Fidel, de Raúl (...), quería ser guerrillero e internacionalista", dijo el exmilitar que perdió a dos tíos y tres primos hermanos durante la guerra contra el dictador Fulgencio Batista.

"El 26 de julio de 1988 me ascendieron a teniente coronel y prácticamente ahí empezaron mis problemas", continuó Carmenate sobre su trayectoria en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). "Vino la Perestroika, la reducción de las FAR y yo era el jefe de los Servicios Topográficos en el Ejército Occidental. Por diferencias con el mando me trasladé a una Escuela de Cadetes y Artillería como segundo jefe de la cátedra de Topografía. Cuando se destruyó la escuela, me quitaron la escalera y me dejaron guindado de la brocha. Terminé en el Estado Mayor del MINFAR (Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias) y allí me retiré en el año 1999, con apenas 46 años y una chequera de 343 pesos."

Ya jubilado, Carmenate sacó una licencia de trabajador por cuenta propia como "contratista privado" con la que trabajó entre 2010 y 2012. "Pirámide surge con siete socios y empezamos a trabajar a finales de 2012 con cuatro o cinco brigadas. En los primeros tres meses facturamos nueve millones de pesos y ya para 2017 teníamos una facturación de 734 millones de pesos (29 millones de dólares en ese momento). Entre 2018 y 2019 hicimos más de 1.000 millones de pesos. Éramos la cooperativa más grande (840 socios) y más eficiente que había en Cuba: teníamos 48 brigadas en 13 provincias del país", explicó el exempresario que daba empleo a otros 500  trabajadores por cuenta propia.

Pirámide se vio afectada por una resolución que emitió en 2017 el Ministerio de la Construcción. La norma prohibió a las cooperativas contratar a los TCP y trabajar fuera de las provincias donde fueron creadas. "Ellos crearon a las CNA para que facturaran uno o dos millones, pero se les fue de las manos. Los dinosaurios (funcionarios conservadores) estaban puestos para que la empresa estatal fuese lo principal y Pirámide demostraba que las nuevas formas de gestión podían producir más que las empresas estatales", explicó Carmenate.

El éxito de Pirámide se tradujo en la construcción de unas 40 casas y en la compra de 43 automóviles para sus integrantes. Los carros fueron comprados al Gobierno cubano por la misma cooperativa y costaron entre 42.000 y 60.000 dólares. Las viviendas costaron más de 1.000.000 de pesos cada una. Según un gráfico mostrado durante la entrevista a Carmenate, Pirámide distribuyó entre sus socios más de 285 millones de pesos entre 2013 y junio de 2018.

"Por eso, indudablemente, había que matar a Pirámide, eso daba picazón", señaló Carmenate. "El trabajador promedio de Pirámide ganaba entre 300 y 500CUC (dólares) mensuales, más las utilidades. Yo cogía cada tres meses entre 20.000 y 40.000CUC por utilidades. Viajaba con frecuencia sin pedirle permiso a nadie y ellos (el Gobierno cubano) lo acabó todo."

"Pero todo era 100% legal", aclaró el exempresario. "A nosotros nos hicieron 38 auditorías y todo el mundo lo sabía, lo informé incluso al Partido (Comunista)... Los nuevos actores de la economía no somos bien vistos, aunque dicen que sí."

Recientemente, Carmenate recibió la confirmación del Tribunal Supremo de Cuba sobre una sentencia de diez años de privación de libertad que le fue impuesta por los presuntos delitos de malversación, falsificación de documentos (públicos, bancarios y de comercio), receptación, apropiación indebida, tráfico de influencias, violación del fisco, abuso de poder y cohecho.

Carmenate fue condenado inicialmente por presuntas irregularidades en el desguace de unos 40 vehículos que un empresario mexicano había utilizado en la reparación del Aeropuerto Rafael Cabrera, de Nueva Gerona, en la Isla de la Juventud.

El exempresario dijo que en prisión fue víctima de torturas psicológicas por parte de la Seguridad del Estado: "No te ponen una mano arriba, no te dan un golpe, pero no me dejaban hablar por teléfono, no podía pasar comida, me dijeron que tenía derecho a visitas si me portaba bien. Estuve plantado allí un mes y medio y me eché las culpas de todos".

Carmenate también fue procesado por la compra irregular de una casa, y varias fincas que el Estado había entregado a terceros como tierras en usufructo. Sin embargo, el exmilitar consideró que fueron otros los motivos que llevaron a su persecución: "En Cuba me demeritaron por intereses del Estado, por políticas, por pensamientos... por no hacer los cambios que tienen que hacer, por estar en contra de las ideas".

Una vez excarcelado, Carmenate descubrió que tenía "retención de salida" y pagó 30.000 dólares para partir de Cuba en una lancha. "Me siento traicionado, yo fui traicionado por las FAR, por el Partido y por muchas personas", concluyó este hombre.