"¿Qué no darías por entrar a esa carrera que te gusta?”, pregunta el redactor de una nota sin firma —cuya calidad escritural no vale la pena discutir—, publicada en Qva en Directo. "Si eres mujer y quieres estudiar Periodismo, deberías leer esto", continuaba antes de anunciar algo que ya recorría los pasillos de las facultades de Cuba desde hace tiempo: todos los que aspiren a estudiar Periodismo deberán cumplir un año de Servicio Militar.
La información, que vio la luz el 1 de diciembre y fue retirada del sitio en horas de la tarde del 2, no se ha replicado en otros espacios oficiales, pero la afiliación del medio —ubicado en el noveno piso del edificio del ICRT y adscrito a la Unidad de Análisis e Información Mediática del Instituto de Información y Comunicación Social—, así como la confirmación de personas involucradas en el proceso, no dejan lugar a dudas en cuanto a su veracidad.
Según afirmaba el texto, la decisión obedece a una idea que Raúl Castro expresara en abril de 2021, en su informe al 8vo Congreso del Partido Comunista, durante el cual entregó el cargo de secretario general a su sucesor designado Miguel Díaz-Canel. Preocupado, el nonagenario general de Ejército señalaba en ese encuentro que la tendencia al envejecimiento de la población cubana, entre otros muchos efectos negativos, limitaba el número de ciudadanos que arriban a la edad reglamentaria para sumarse al servicio militar.
Por ello, le parecía que la experiencia del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de enviar a sus estudiantes a la llamada Brigada de la Frontera, frente a la Base Naval de Guantánamo, "debería estudiarse en el propósito de generalizar de forma gradual que todos los estudiantes de la educación superior cumplan previamente este deber".
No asombra que un anciano general pretenda condicionar al cumplimiento del servicio militar el acceso a la educación superior de miles de jóvenes de entre 16 y 18 años, pese a las terribles experiencias que esa práctica reporta en Cuba —recuérdese, además de la larga lista de accidentes fatales, la muerte de los muchachos del cuerpo de bomberos de Matanzas durante el incendio de la Base de Supertanqueros.
Tampoco asombra en el contexto nuestro que tal pretensión se materialice, aun cuando la mayor parte de la ciudadanía se oponga, dados los escasos, por no decir inexistentes, beneficios que reporta. "Cuba se manda, General, como se manda un campamento", es la máxima antimartiana que los guía.
Un documento emitido el pasado 28 de noviembre por Tamara Carballo Bobadilla, jefa del Departamento de la Educación Preuniversitaria de La Habana, instruye a sus subordinados —además de a la realización el sábado 9 de diciembre de las pruebas de aptitud para el ingreso al Colegio Universitario que da acceso a la carrera de Periodismo— a que:
"Se informará además que como requisito adicional [sic.] para los estudiantes que aprueben el examen de la convocatoria deberán pasar el Servicio Militar Activo tanto para las hembras como los varones con el objetivo de contribuir a la preparación política del futuro profesional del Periodismo".
Según el propio documento, tal información se dio a los padres de los 56 estudiantes que aspiran a la carrera en la capital, vía Colegio Universitario, en reunión celebrada el pasado jueves 30 de noviembre, y es probable que se haya hecho igual en otros lugares del país.
El anuncio llegó a los involucrados, por tanto, once días antes de la realización de los exámenes, que ya habían sido pospuestos a inicios de noviembre, seguramente porque en los hornos del Comité Central se cocinaba este bizcocho.
Que solo 56 estudiantes estén en las listas para presentarse a las pruebas de aptitud en La Habana habla de una reducción drástica de las solicitudes de acceso a la carrera. Si a esa realidad se suma la muy probable deserción de gran parte de las féminas inscritas, quienes tienen opciones de estudio similares a Periodismo, como Comunicación, sin necesidad de someterse a este desafortunado requisito; la disminución en el número de periodistas que se formarían en los próximos cursos sería abismal. Téngase en cuenta que tradicionalmente a la carrera acceden un promedio de tres mujeres por cada hombre.
Visto esto, válido es preguntarse: ¿Sobran los periodistas en los medios estatales cubanos? ¿Ninguno de los mandantes, con acceso a las cifras exactas que este redactor no posee, fue capaz de sacar una simple y lógica cuenta matemática que muestre los efectos posibles de la medida? ¿Es solamente el deseo de Raúl Castro lo que la mueve? ¿Buscan "contribuir a la preparación política" de los futuros periodistas o puede haber algo más?
A la primera pregunta, aun cuando no existan datos públicos, responde Granma con su animada convocatoria a optar por puestos de trabajo en ese diario. Periodistas, fotorreporteros, maquetadores editoriales, traductores, especialistas en diseño, estudios sociales y gestión documental; fueron las opciones que el pasado 18 de octubre puso a disposición de los interesados el monocromático medio oficial del Partido Comunista de Cuba. Necesitaban casi todo y su situación no es exclusiva, sino que se repite en el resto de medios estatales.
Sobre el móvil de la decisión, podría decirse que obedece al objetivo que declara y que sus efectos colaterales no han sido previstos, lo cual tampoco sorprendería porque prever reacciones adversas a medidas inconsultas no es el fuerte de quienes nos gobiernan. Pero asumir esto sería muy simple y dejaría fuera la posibilidad de que exista una motivación más profunda, en consonancia con los tiempos que corren en la Isla.
El periodismo es un arma peligrosa contra corrupciones y autoritarismos. No por gusto la lucha de los últimos años de la Seguridad del Estado y la Oficina de Asuntos Ideológicos del Comité Central ha estado enfocada en desarmar medios independientes, controlar lo que se publica en redes sociales, criminalizar el ejercicio periodístico y empujar al exilio a quienes lo desarrollaban. Pese a que han tenido algunos éxitos en eso, no lo han logrado.
Mientras por dogmáticos, aburridos y mal pagadores los medios estatales se vacían; el capital humano de los independientes se ha formado en las carreras de Periodismo de todo el país.
Con esta medida podría buscarse asestar un golpe a la formación en universidades de los futuros periodistas de Cuba. No sería raro entonces dentro de un tiempo ver que, dada la reducción exponencial de las matrículas generada por la acción consciente e intencionada, la disciplina pase a impartirse a personas de confiabilidad probada en escuelas del Partido, o, como fue en otros tiempos, se fusione con la carrera de Comunicación.
La corrupción y el despotismo necesitan de la oscuridad para operar con comodidad; y el periodismo arroja luz, democratiza la información y cuenta las historias que se quieren esconder como la suciedad bajo las alfombras. Es un servicio público y, en condiciones de autoritarismos como el cubano, casi un apostolado que ha costado mucho a quienes lo ejercen.
Sea cual fuere la motivación que lleva al poder a tomar esta medida —cuyo anuncio podría retrasarse o matizarse, tras la publicación retirada de Qva en Directo y las reacciones que generó en parte del gremio y la academia, que no fueron consultados—, no tendrán éxito, como no lo han tenido en desmontar el periodismo independiente, que ha cosechado importantes lauros internacionales y aumenta sus estándares de calidad, ni acallar las escasas pero notables voces críticas dentro del periodismo estatal.
No por gusto es esta la sociedad de la información y la comunicación. Nunca antes en la historia humana tuvieron más razón las palabras del evangelista Lucas: "No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado".
Al hdp de la foto deseo le quede poco, pero hoy se le adelantó su hermana Juanita.
Mala hierba nunca muere... con el permiso de Monsanto.
Estudia periodismo en cuba es perder el tiempo al 100%. Nunca podras publicar nada que este, ni someramente, en contra de los castro.
La otra especialidad que es inutil estudiar es la de abogado.
Raúl, ¿cuando piensas morirte? Decídete ya.