El Gobierno cubano, que por años se ha vendido como una potencia médica ante el mundo, lleva tiempo en una crisis sanitaria que se ha acrecentado tras la pandemia de coronavirus.
La falta de insumos y el déficit de personal sanitario convierten en intratables enfermedades que hace años no representaban un problema en los hospitales cubanos. "A largo plazo esta decadencia será el caldo de cultivo para un estallido social", advierte el médico cubano radicado en EEUU Alexander Figueredo en Los Puntos a las Íes.
El dengue es una de las enfermedades más comunes ahora en Cuba. Esta infección está prácticamente controlada en todo el mundo y no deberían darse casos de fallecimiento con las medidas necesarias, según Figueredo.
"En Cuba sí se están dando esos casos, no solo por la falta de insumos médicos, sino por la falta de alimentación e higiene", explica el doctor en la entrevista.
También son preocupantes los casos crónicos que llevan tratamiento quirúrgico, las enfermedades oncológicas, apendicitis y enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, de la que no se tienen estadísticas en Cuba, según el doctor cubano radicado en España Lucio Enríquez Nodarse.
"La salud pública cubana ya no es comparable con la de los países desarrollados como ellos dicen. Irán apareciendo enfermedades infecciosas transmisibles por la falta de control, aquí destaco las de transmisión sexual. En Cuba no hay condones y no se sabe cuántas personas tienen sífilis o VIH, no hay reactivos para verificarlo. La persona no sabe que está enferma y sigue transmitiendo la enfermedad. Eso es algo de lo que no se habla", dice Enríquez.
El doctor opina que nada es gratis y que "los cubanos han pagado la salud pública más cara de la historia porque llevan tres generaciones cobrando un salario promedio de cinco o diez euros. Además, han pagado caro con algo que no tiene precio, la libertad".
De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), unos 12.000 médicos salieron del sistema de salud pública cubano el pasado año, por precariedad laboral y falta de recursos para dar el servicio.
"Muchos han salido del país o han decidido trabajar en otros sectores. Hay médicos que se rehúsan a dejar morir a sus pacientes por falta de medicamentos y deciden no participar en esa decisión", explica Figueredo.
Mientras el sistema sanitario colapsa, el Gobierno cubano sigue invirtiendo recursos en turismo, construyendo hoteles en vez de hospitales.
El estallido social va a ocurrir en Burundi, no en cuba. Ya los que alli se han quedado se resignaron a la continuidad.
La hija de gran amigo con una especialidad en medicina está pensando en abandonar la profesión debido a la presión gubernamental para que hagan milagros sin insumos.No hablemos de las horas de espera en paradas de ómnibus.Los galenos cubanos en su gran mayoría carecen de transporte propio, deben perder tiempo libre en colas de alimentos con un salario muy inferior al fe un esbirros de los" boinas negras" de tropas élites especializado en técnicas antimotines.En fin continuidad de la m....