Al socialista Pedro Sánchez le esperan otros cuatro años en la Presidencia de España, después de tensar al límite las reglas del Estado de Derecho y proponer la amnistía de los líderes catalanes involucrados en el golpe separatista de 2017.
Cinco de sus 22 ministros provienen de la alianza SUMAR, la nueva marca blanca de la extrema izquierda para enmascarar la orientación comunista de sus principales integrantes. Entre ellos, la militante del Partido Comunista de España (PCE), Yolanda Díaz, confirmada como vicepresidenta segunda del Gobierno; Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, admirador confeso de Fidel Castro (asistió a sus funerales en La Habana); y Sira Rego, titular de Infancia y Juventud, fan de Miguel Díaz-Canel y una especie de delegada castrista en el Parlamento Europeo.
¿Qué deben esperar los cubanos de la nueva legislatura en España? ¿Insistirá Madrid en levantar las sanciones europeas contra Nicolás Maduro? ¿Cómo influye el triunfo de Javier Milei en los equilibrios regionales?
Sobre estos y otros temas, DIARIO DE CUBA dialoga con Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano, con sede en Madrid, y catedrático de Historia de América en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Además, integra la Academia Nacional de la Historia de Argentina.
En España se ha conformado otro Gobierno de coalición, con cinco integrantes del partido SUMAR. ¿Qué puede preverse en la relación entre España y América Latina en los próximos cuatro años?
En principio, continuidad absoluta. Sobre todo, el ministro de Relaciones Exteriores, [José Manuel] Albares se mantiene al frente de la cartera. Queda pendiente por determinar la composición de los segundos y terceros escalones; pero, con independencia de eso, obviamente es previsible que no haya grandes cambios.
Por otro lado, la entrada de nuevos ministros de SUMAR se mantiene dentro de la temática del Gobierno anterior, en el cual los ministerios de Estado, comenzando por Defensa, Interior, Economía y Exteriores, permanecen en manos del PSOE, y no del miembro minoritario de la coalición.
Es verdad que, en temas sensibles de la agenda de política exterior, los ministros de Podemos tenían una postura retórica, pero las decisiones últimas las tomaban el presidente o el ministro de Exteriores. Creo que va a seguir siendo igual, sobre todo si, como se espera, la relación con el socio minoritario va a ser algo menos conflictiva que con Podemos.
En cuanto a la relación de España con Cuba, ¿el Gobierno socialista ha priorizado los intereses empresariales a la crítica de la situación de derechos humanos?
En realidad, cuando se habla de los intereses económicos de las empresas españolas en Cuba, estos son bastante limitados, comenzando por el propio tamaño de la economía cubana. Si uno mira las cifras de la inversión española en América Latina o en el mundo, y las compara con la inversión en Cuba, es bastante limitada. Entonces, no creo que el tema económico sea determinante a la hora de evaluar las actitudes o respuestas del Gobierno español, con respecto al régimen de Cuba.
¿Es entonces un tema ideológico?
No. Hay otros temas que vale la pena considerar, como el tamaño de la colonia española en Cuba. No creo que haya una gran afinidad ideológica entre el Gobierno español y el de Cuba. Otra cosa es que algún ministro del anterior Gobierno, sobre todo de Podemos, haya podido estar más próximo, pero, en líneas generales, la posición del PSOE no es esa.
¿Deberían España y la Unión Europea proponer sanciones individuales contra los violadores de derechos humanos en Cuba, como han hecho en Nicaragua y Venezuela?
Esa es una vía que habría que explorar. Lo que indica la experiencia, tanto por parte de la Unión Europea como de Estados Unidos, es que ni con la mano abierta ni con la mano cerrada se ha podido avanzar en la relación con Cuba. Entonces, ese es un tema que hay que tener presente, a la hora de ver cuál es la estrategia más adecuada para implementar.
En medio de todo esto, ¿qué representa la irrupción de Javier Milei en Argentina para los equilibrios de la región?
Los equilibrios dentro del Mercosur van a cambiar. Milei, más los presidentes de Paraguay y Uruguay, suman tres socios con posturas diferentes a las de Lula. También van a cambiar los equilibrios de fuerza dentro de CELAC. Milei va a ser muy crítico, a diferencia del Gobierno precedente, con las violaciones de derechos humanos por parte de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Sin embargo, va a ser menos crítico respecto a violaciones de derechos humanos en El Salvador.
¿Será Milei un nuevo Bolsonaro, muy "ruidoso" internamente en Brasil, pero con políticas poco claras en el ámbito exterior?
En el caso de Brasil, el peso del Ministerio de Exteriores es muy sensible. Y esto se deja sentir en la relación con el resto de América Latina, por más que Bolsonaro haya dicho determinadas cosas durante la campaña o después. Hay un dato importante. En su primera campaña electoral, Bolsonaro visitó Taiwán y dijo que iba a replantearse las relaciones con China. Por lo menos, algunas de las relaciones.
La misma noche de la elección, un duro editorial del Partido Comunista de China le dijo a Bolsonaro que había determinadas líneas rojas que no podía cruzar, si quería seguir comerciando. Por supuesto que Bolsonaro se retractó, después de haber recibido presiones de exportadores de soja, carne y otros. Sus críticas a China se moderaron bastante y Brasil fue un miembro activo y disciplinado de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Entonces, ¿qué va a pasar con Milei? Declaró que no iba a tener relaciones con gobiernos comunistas. Se refería básicamente a Brasil y China, que son los dos principales socios comerciales de Argentina. ¿Qué va a hacer? Ya dijo que el comercio era cosa de privados, no de los Estados, y que iba a intentar tener buenas relaciones con todos.
Hay otro tema pendiente: la invitación a Argentina para que se integre a los BRICS. Vamos a ver qué hace Milei a partir del 10 de diciembre, cuando llegue al Gobierno. Y eso nos va a dar alguna pista sobre por dónde van a ir los tiros.
Finalmente, ¿está de acuerdo, como dice España, en que es el momento de retirar las sanciones a Venezuela?
Pues, si Venezuela avanza en su proceso de democratización, en garantizar elecciones libres, sí. Por el contrario, si se mantienen los vetos, la inhabilitación de María Corina Machado y demás, me temo que no es el momento.
este viejo es otro s..gao
lOS GOBIERNOS de España, desde Franco a la fecha, de una u otra forma, son corresponsables de la larga vida de la dictadura totalitaria castrista
Los gobiernos españoles, como los mexicanos siempre, de una u otra forma han actuado en defensa y apoyo del castroesclavismo. Zapatero y Sánchez han encabezado esta línea, son parte de este diabólico engendro, recordar que la primera apertura que hizo el esclavista mayor, a raíz del derrumbe del comunismo en los años noventa, fue respaldado totalmente por los empresarios españoles quienes se encargaron de abrir sus primeros negocios y de implantar el apartheid a los cubanos de la isla (prohibido entrar a hoteles, et.)...
No ha dicho nada nuevo este sujeto. Decir que no hay connivencia ideologica entre el PSOE y el castrismo es estar mas perdido que el barco del arroz.
Para muestra un boton. Sanchez jamas se ha atrevido a llamar dictadura al regimen de castro.
Estos españoles siempre han sido malas personas desde la época de Colon , va en su ADN , por eso es que ningún país hispano parlante es potencia, son masoquistas y por eso donde invierte siempre salen perdiendo, cuba , Venezuelan, Mexico y casi toda America no los soporta por ladrones y asesinos.