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Guerra Israel-Hamás

Dos cubanos cuentan el pánico que viven junto a sus familias desde el ataque de Hamás a Israel

'Entre sirenas, explosiones, gritos, nervios, llanto, desesperación, corríamos y salíamos del cuarto de seguridad a seguir informándonos', cuenta Tayde Pérez Motola a DIARIO DE CUBA.

Madrid
El cubano Daniel Lepis Esquenazi. DDC TV
Edificio impactado por un cohete durante el ataque de Hamás a Israel.
Edificio impactado por un cohete durante el ataque de Hamás a Israel. Diario de Cuba

Dos cubanos que llevan años residiendo en Israel narraron a DIARIO DE CUBA el pánico en que viven desde el ataque de las fuerzas de Hamás hace más de diez días.

Tayde Pérez Motola, una cubana que vive con su madre, su esposo y su hija en Ashkelon, a unos 15km de la franja de Gaza, confiesa que el día 7 de octubre amaneció "intranquila": "Comenzamos a escuchar ruidos muy fuertes, no había aún sirenas. Mi esposo, que estaba recién levantado, y mi hija corrieron a la ventana a ver qué pasaba. No alcanzaron a llegar, se dispararon las sirenas".

De inmediato supieron que debían ir a la parte segura de la casa: "Mi mamá, minusválida y conectada a una máquina de oxígeno, me gritaba desde el cuarto de al lado que eso eran bombas, que corriéramos al cuarto de seguridad. Así lo hicimos todos, enredados entre los cables, con miedo de no poder llegar a tiempo todos. En mi ciudad, por la cercanía con Gaza, tenemos solo 30 segundos para llegar al cuarto de seguridad y trancar la puerta".

Pérez Motola explica que el susto los invadió pero que, por desgracia, en esa zona del país están acostumbrados a que de vez en cuando se escuchen sirenas, bombas. "Te encierras y simplemente rezas por que todo esté bien, no hay de otra".

"Ese día negro no sabíamos, no teníamos ni idea de lo que realmente estaba pasando. Las sirenas no paraban, la aplicación nos informaba que era para casi todo el país", agrega la cubana, quien llegó a Israel en 2004 y trabaja en un supermercado.
 
Cuenta que, enseguida, ella y su familia comenzaron a recibir información sobre "terroristas infiltrados en los kibutzim (vecindarios, pequeños pueblos) aledaños a la franja". Apunta que estos grupos siempre "tratan de entrar y las fuerzas israelíes los enfrentan rápido". Por lo general, "nunca lo logran ni pasa a mayores. Pero esta vez no fue así", lamenta.

Al principio, Pérez Motola no podía imaginar lo que vendría. En un momento en que el ruido de las sirenas se detuvo, encendió la televisión y, para su sorpresa, lo que vio fue "una pantalla negra". En las noticias "comunicaban en vivo lo que estaba pasando, y aun así no pensaba en la magnitud de las atrocidades que vería luego".

Cuando lo comenzaron a asimilar, relata, su hija de 13 años le dijo: "'Mamá, ¿sabes lo que es más triste? Que yo salí corriendo a la ventana pensando que eran truenos y que vería la primera lluvia del año, pero no, eran bombas'. A mí se me partió el alma. Nadie y menos un niño debería vivir esta realidad", lamenta la cubana.

"Entre sirenas, explosiones, gritos, nervios, llanto, desesperación, corríamos y salíamos del cuarto de seguridad a seguir informándonos. La realidad se veía demasiado cruda, demasiado cruel. Videos en vivo de la masacre eran subidos por los terroristas, mi hermano nos mantenía al tanto, hubo un momento determinado en que pedí que parara, yo ya no podía ver más, yo esperaba que todo fuera fake, ¡no podía ser!", apunta.

Mientras trataba de encontrar calma en medio del horror que estaba viviendo, Pérez Motola se hacía varias preguntas: "¿Cómo es que pasan los minutos y el tiempo y simplemente estos pobres civiles, niños, mujeres, ancianos, jóvenes que venían a festejar la paz en el festival de música seguían siendo acribillados de manera tan horrible? ¿Dónde estaban las fuerzas, el Ejército, la Policía? ¿Vamos a morir todos? ¿Qué hacemos? ¿Dónde escondo a mi hija? ¡El perro nos va a delatar! ¿Qué hago con mi madre enferma?".

"Todo eso corría por mi mente y mucho más, un miedo existencial que no soy capaz de explicar. Te congelas, tienes ganas de vomitar, duele el pecho, estas fría, no puedes respirar, tratas de hacer respiraciones profundas porque sientes que el corazón se va a parar y tratas de calmar a todos cuando tu eres la más nerviosa", dijo.

Sin embargo, las imágenes seguían llegando: "ancianos secuestrados, otros acribillados juntos en una estación de autobús, sacados de sus camas, en pijama, descalzos. Así despertaron y murieron todas estas pobres almas. Aún estaba segura de que esto no era realidad, ningún anuncio oficial llegaba todavía, todo un torrente de información, un país en estado de pánico. En algún momento, nuestro primer ministro dio la declaración y recién empecé a procesar las cosas", precisa.

Cuenta que en los siguientes días, no salieron del cuarto de seguridad, cargaron los celulares y se prepararon lo mejor que pudieron. Al no quedar agua en los supermercados, explica, llenó todas las vasijas que pudo y también algunos pomos. "En las redes corrían videos de cómo cerrar por dentro el cuarto de seguridad, yo no tenía nada, así que con lo que encontré por casa me las ingenié para inventar un tranque. En el cuarto metimos cuchillos, destornilladores y hasta un mata cucarachas. No sé qué iba a hacer con eso ante las ametralladoras automáticas de los terroristas, pero hice lo que pude", recuerda.
 
La luz se iba a veces por varias horas, por la caída de las bombas, explica Pérez Motola: "Valga que teníamos una máquina portátil de oxígeno para mi madre, pero estábamos con el miedo de que se acabara la carga. A oscuras, con calor, casi sin aire para respirar ahí dentro, llegó un momento en que el miedo que sentía era tan grande que hice mis necesidades dentro del cuarto en un cubo por no salir. Por días no logré dormir ni una hora, simplemente te paralizas. Mi hija rompía a llorar con ataques de pánico a cada rato. Mi esposo, en medio de todo ese caos, tenía que seguir saliendo a trabajar. Y yo bloqueaba la puerta de entrada con el refrigerador, aún sabiendo que si llegaban a meterse, nada nos iba a salvar". 

El miedo de esta cubana y su familia estaba justificado por lo que habían visto sus ojos horas antes: "Ellos entraron a las casas con metralletas, bombas RPG, mataron a cuanta persona vieron, a perros, 400 vacas, se robaron todo de las casas. A las personas que estaban encerradas en el Mamad (cuarto de seguridad) y se negaban a salir, simplemente le prendieron fuego a toda la casa. Ahí no quedó nada ni nadie. Muy pocas personas se salvaron".

Los ojos de Pérez Motola estaban llenos de horror. "Personas calcinadas, tiradas en sangre por donde quiera. Videos de niños siendo llevados en cauterio. En el festival todos corrían implorando por sus vidas, escondiéndose donde podían. Se metían en los refugios de cemento antibombas que eran una trampa, porque al entrar ahí les tiraban granadas y la gente salía volando a pedazos. Muchos fingían estar muertos para salvarse y ellos volvían y se aseguraban de matarlos. Hay un testimonio de un chico que tuvo que cubrirse con pedazos de los muertos y así logró salvarse", enumeró.

Miguel Morales Moshiashvili, otro cubano residente en Israel desde 2006, lo vivió diferente. Cuando el sábado 7 por la mañana, las alarmas empezaron a sonar, él pensó que era otro ataque con misiles "como había pasado en otras ocasiones", en los años que lleva viviendo en ese país. Unas veces había durado más, otras menos. "Estuvimos bajo constante ataque de misiles durante horas (las cuales pasamos dentro del refugio de nuestro apartamento); al instante empecé a ver las noticias y me di cuenta de que no no era igual que antes", recuerda.

"Esta vez, los terroristas se habían infiltrado el territorio israelí, no sabía qué significaba eso, hasta que poco a poco nos empezaron a llegar las noticias de que miles de terroristas habían ocupado los asentamientos del sur de Israel, estaban entrando por todos lados, por aire, tierra y mar. Empezaron a llegar los ruegos de las personas que estaban masacrando a mansalva, estaban quemando casas, decapitando bebés, violando y secuestrando mujeres y ancianos", rememora. 

A Morales le impactaron también las imágenes que comenzaron a llegarle del concierto de música electrónica, donde "los jóvenes que estaban ahí corrían desesperados mientras eran emboscados y acribillados sin piedad, algunos todavía no han aparecido, otros fueron secuestrados y ultrajados y exhibidos como un trofeo de guerra por toda Gaza". 

"Los terroristas se infiltraron en Ashkelon, la ciudad en la cual vivo con mi familia, mi esposa y dos niños pequeños (de seis y un año y medio de edad). Mis suegros están con nosotros en estos momentos; los terroristas estaban en las calles de mi ciudad asesinando sin piedad a todos los que se encontraban a su paso; el terror se respiraba en la calle", relata Morales. 

Finalmente, el jueves 12 de octubre, "bajo la presión del resto de la familia" y "con pánico en las venas", Pérez Motola y su familia buscaron alejarse del lugar donde vivían: "Con dios en el corazón, decidimos que saldríamos a intentar dejar la ciudad y acercarnos un poco más al centro, a casa de familiares. Seguían tratando de meterse a mi ciudad y queríamos salir antes de que las cosas se pusieran peor y ya no pudiéramos lograrlo. Teníamos miedo de encontrarnos con terroristas en el camino, pero bajo sirenas y bombas, así lo hicimos". 

Tayde Pérez Motola y su familia lo lograron, ahora están un poco más a salvo, pero, explica que su corazón "se quedó allá".

"Mi hermano, cuñada y sobrinos todavía siguen cerca de todo este peligro. El corazón no puede soportar más este dolor, este miedo, pavor. No podemos ver más padres enterrando a sus hijos, no podemos ver más imágenes desgarradoras, aún no podemos dormir, estamos pegados a las noticias las 24 horas”.

Mientras tanto, sigue escuchando los testimonios de decenas de familias israelíes que están sufriendo la desesperación de no saber qué está pasando con sus familiares.

"Nuestros secuestrados bebés, niños, mujeres, ancianos, hombres, soldados, los jóvenes que celebraban la paz en el festival, todos están allí. La incertidumbre nos mata como pueblo. ¿Qué comen? ¿Duermen? ¿Los torturan? ¿Quién cuida a esos niños?. Debe ser mucho el miedo en que han de estar. Por favor, esto es muy cruel. ¡Que alguien haga algo y sean traídos a casa sanos y salvos!", exclama.

Las imágenes que ha visto Pérez Motola son "muy fuertes" y "atacan los nervios". A su juicio, el mundo "tiene que saber que Israel está en todo su derecho de defenderse ante esta masacre". Además, considera que Israel "está en la obligación de ganar esta guerra, que no es en contra del pueblo palestino, sino en contra de la organización terrorista de Hamás que gobierna hoy por hoy en Gaza".

"Sé que hoy no podemos ver la luz al final del túnel, muchos perdemos la esperanza y no sabemos qué pasará el día después. Hoy lloramos a nuestros muertos y rogamos por nuestros secuestrados, pero el pueblo de Israel es fuerte, estamos unidos", sentencia.

Por su parte, Miguel Morales Moshiashvili apunta que desde el inicio del ataque las autoridades "dieron la orden de no salir de las casas para salvaguardar la seguridad de sus civiles".

"La comunidad cubana de Israel se ha apoyado mucho por las redes sociales, tanto por Facebook, como por Twitter o Whatsapp. No somos tantos, así que tratamos de estar pendientes y de ayudar o brindar ayuda en lo que podemos. Han apoyado algunas familias dándole cobijo a las familias del sur, otras han preparado insumos, comida y todo lo que haga falta para apoyar a los que están en el frente", asegura este médico cubano que ha vivido ya 17 años de su vida en Israel. 

Cuenta que él, a pesar de estar en el sur del país, le ha ofrecido apoyo a amigos cubanos que están ahora muy cerca de la franja de Gaza: "Aquí tienen su casa y ellos lo saben. Hay unos cuantos cubanos muy jóvenes; a algunos no los conozco, a otros sí. Me parte el alma pensar nada más que les pueda pasar algo. En la segunda línea estamos los profesionales, mi esposa, enfermera de urgencias, tratando a todos los que llegan al Barzilai, hospital que se encuentra en Ashkelon, y yo, doctor en neurociencia, haciendo pruebas de ADN en el Tel Aviv Medical Center, de Tel Aviv, para hacer el reconocimiento de los cadáveres, que para nuestro pesar son muchísimos".

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14 comentarios

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Cada vez que Israel sale a la palestra, lo primero que me viene a la mente son las grandes ilusiones que generó su creación después de haber sido los judíos un pueblo tan oprimido y perseguido durante siglos. Pero como bien advirtieron muchos judíos, la creación del Estado de Israel lamentablemente vino acompañada del nacionalismo, enfermedad que no entiende de razas ni religiones, igual que el fanatismo religioso no es sólo propiedad de los islamitas y esas son las ideas que han terminado imponiéndose en ese país, dirigido actualmente por una mezcla de ultranacionalistas, fanáticos religiosos y sionistas mesiánicos, quienes de la mano de Netanyahu han encontrado en la barbarie cometida por los terroristas de Hámas el pretexto perfecto para arrasar con la franja de Gaza.
Ahora llaman al pueblo israelí a luchar contra los terroristas de Hámas, pero con las atrocidades que ellos están cometiendo, ya se puede deducir que el enemigo no es sólo Hámas, sino los palestinos en su conjunto.

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Y para entender bien lo que estoy diciendo, echemos un vistazo a dos de las joyitas del gabinete de Netanyahu que están detrás de esa iniciativa.
El primero es Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad, un colono y líder del partido ultranacionalista Poder Judío.
Este sujeto cuando joven fue condenado en varias ocasiones por incitación al odio; cree que sólo los auténticos judíos tienen por derecho tomar la tierra que les pertenece. Precisamente, él fue quien instó matar a Isaac Rabin por haber firmado los acuerdos de Oslo.
El otro es Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas y también colono, quien asegura que el pueblo palestino es una invención y por lo tanto, hay que desterrarlo para seguir construyendo asentamientos judíos.
El pasado año ya había propuesto limpiar el pueblo cisjordano de Huwara para ser ocupado por los colonos judíos.
Por cierto, él también está a cargo del órgano del Ministerio de Defensa que gestiona los asuntos civiles de los palestinos en los territorios ocupados.

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Por eso, también decir algunos por aquí que Israel es la única democracia en el Oriente Próximo, creo que no cuela con el gobierno de Netanyahu.
Esa caterva de ultras, fanáticos religiosos y sionistas mesiánicos que lo conforman, están en contra de cualquier tipo de convivencia justa, pacífica y plural.
No por gusto aprobaron quitar los poderes del Tribunal Supremo en el país bajo el falso argumento de que los israelíes les otorgaban a ellos la legitimidad de gobernar en solitario.
El Tribunal Supremo era la única institución a la que podían acudir para defender sus derechos desde los beduinos que habitan en el Néguev hasta los propios palestinos residentes en Tel Aviv.
Con esos tiros, cualquier observador razonable ya puede advertir: ¿quién defenderá a esta gente ahora?

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Clavelito—Por muchos defectos y problemas que sin duda los tiene, Israel sigue siendo la única democracia en el Medioriente. ¿ Y usted cree que aquí le vamos a comprar esa verborrea conspirativa que nos trae hoy? Vaya a sacar al perro a orinar a ver si se le refresca la calabaza de halloween que tiene por cabeza. Ufff….

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Jajajaja.....
Mozart, los conspiranoicos están en Tel Aviv.

Es acojonante, esa Guerra eterna entre árabes e Israel, tiene que parar de algún modo y que los árabes se dejen de manipular por las élites terroristas de otra forma los inocentes seguirán pagando las culpas, por los ataques de respuesta y represalias de Israel. Estos terroristas son tan desalmados qué utilizan las casas e instalaciones palestinas de Gaza y sus habitantes como escudos humanos, pero la diferencia está en que ya no pueden ocultarlo debido a las Redes sociales, es duro ver esas cáritas de los niños desorientados, con miedo víctimas de una guerra sin sentido.

Lo acojonante es ver donde hay cubanos viviendo, hace ya unos años vi un video de una cubana con dos hijos viviendo en un campo de refugiados en Palestina. Lo otro es como responder a las preguntas que ellos mismos se hacen, como los terroristas pudieron cruzar libremente una de las fronteras más protegidas del mundo donde, según testigos, hay un soldado fuertemente armado cada 1 metro, más con miles de personas disfrutando un festival de música al lado de la frontera, casualidad?

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Y la forma tan rudimentaria en que pasaron los terroristas de Hámas HG.
Algún día se sabrá que fue lo que ocurrió realmente.
Saludos.

Nunca se sabrá Santo, todavía hay gente esperando a ver quien mató a JFK, o como se derrumbó el edificio 7, ya se que son conspiracionistas que no entienden las detalladas explicaciones que le dan y se empeñan en ir en contra de la lógica de la multitud, esperemos que algún día entiendan. Saludos.

Profile picture for user El Santo

Tienes razón HD. Creo que sería un buen tema a tratar en programas como Cuarto Milenio.

Sí pero el de José Mota para al menos saber que es jodedera lo que nos van a decir. Feliz domingo.

Profile picture for user Ana J. Faya

No creo que el terror vivido por estos cubanos, y según relatan, pueda compararse con algo que no sean acciones terroristas. El ataque de Hamas fue brutal. Quizás los que viven ahora el asedio de las bombas de Israel en Gaza puedan también hacer relatos horrendos. Esa guerra milenaria no tiene vencedores y sí muchos muertos.
Lo de la inercia al inicio de las fuerzas israelíes todavía demanda explicación.

En Cuba hemos hestado bajor ataque terrorista de baja intensidad durante años, cuantos niños hay ahora mismo yendose a dormir con miedo de que el techo les caiga arriba? No olvidemos las niñas muertas por el balcon que les cayo encima, los que perdieron a padres e hijos en la negligencia del Saratoga, en la del avion de cubana, en la explosion de Matanzas, etc. etc. etc.