Más de tres meses para lograr una certificación de nacimiento a través de la plataforma digital del Ministerio de Justicia, colas y quejas por errores en los documentos, son las experiencias que cuenta cualquier cubano que hoy realice un trámite en las oficinas del Registro del Estado Civil.
Según recogió un artículo del diario oficial Granma, las historias que más se repiten alrededor de cualquier solicitud de trámites están relacionadas con "reventa de turnos, listas clandestinas, demora en los servicios, falta de profesionalidad en algunos trabajadores, trámites fuera de término, documentos con errores o que no llegan nunca al cliente".
Desde la provincia de Granma, el usuario Jorge Pérez contó que, para realizar una subsanación de errores en los apellidos de sus padres, que ya fallecieron, "ha tenido que transitar un largo camino".
"Comencé a realizar los trámites hace casi seis meses cuando llegué al Registro del Estado Civil en Puerto Padre. Allí siempre era una problemática distinta: si había corriente no funcionaba el sistema, y cuando se arreglaba el sistema se iba la corriente, hasta que me dijeron que podía solicitar el documento por el Registro Civil de Bayamo. Ahora llego allí y no aparezco en la base de datos", declaró.
El artículo acotó que está son algunas de "las vivencias" que suelen repetirse al acudir a las oficinas del Registro Civil para solicitar certificaciones de nacimiento, soltería, matrimonio, defunción, que luego serán utilizadas para realizar otros trámites en instituciones como la Notaría, el Banco, la Vivienda pero también, en la posterior legalización en el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX). Apuntó el texto que a ello se suma "el incremento, en los últimos dos años, de las solicitudes de trámites asociados a procesos migratorios".
Granma indicó además que el problema "no es nuevo" pero que "el incremento exponencial de las solicitudes de certificaciones en las oficinas del Registro del Estado Civil" ha remarcado las "carencias materiales y humanas que ya existían", y ha puesto sobre la mesa "nuevos entuertos".
En Pinar del Río, por ejemplo, durante el año 2022 se recibieron 132.825 solicitudes de certificaciones, "más del doble de las que se hicieron en 2021". "Eso fue algo que nos sobrepasó como institución", reconoció Maridel Guanche, jefa del Departamento de Notaría y Registro Civil en la Dirección Provincial de Justicia.
Aunque se expidieron 106.504 certificaciones, 58.873 más que en 2021, al cierre del año quedaron pendientes más de 26.300, lo que se traduce en que una de cada cinco solicitudes no fue procesada.
Sandro Pérez Romero, director municipal de Justicia en Bayamo, señaló que "el crecimiento de la demanda de los servicios se ha multiplicado en relación con la disponibilidad de los recursos humanos y técnicos con los que cuentan". Según las cifras ofrecidas en el artículo de Granma, tan solo en Bayamo, entre enero y marzo del pasado año se emitieron unas 2.663 notificaciones, y en igual periodo de este año ya ascendían a 6.661.
"Hemos triplicado la cantidad de trámites realizados con los mismos medios tecnológicos, casi todos obsoletos y con un servicio de impresión deficiente, y con menos trabajadores", advirtió Pérez Romero.
El funcionario refirió en ese sentido que, "la falta de personal especializado impide un servicio más ágil": "De diez notarios que lleva el municipio, están prestando servicio tres, y de cinco registradores, solo hay dos".
Explicó además que estos funcionarios públicos "no se forman de un día para otro, porque primero deben aprobar un examen de habilitación" y luego alcanzar en la practica "determinadas habilidades que son necesarias para aplicar correctamente los instrumentos jurídicos".
Desde Pinar del Río, Evelin Labrador, subdirectora provincial de Justicia, señaló que "el mismo registrador" que procesa la solicitud online, es la persona que "inserta la información en la base de datos, el que tiene que firmar el documento y poner una nota". Labrador lamentó que se trata de "la misma persona en función de varias cosas a la vez" y que, como existe una alta demanda, "es imposible, muchas veces, que pueda cumplir con el término establecido, porque no le da tiempo".
Katiuska Gandul, directora provincial de Justicia en esa misma provincia, subrayó que solo se ha digitalizado un 60% de la información asentada en los libros de nacimiento, matrimonio y defunción.
Por ejemplo, en la provincia Granma no se supera el 70% de la digitalización, lo que trae como consecuencia que cuando alguien solicita un documento que no aparece en la base de datos, el proceso se hace aún más lento.
Lo peor es que crecer en el número de "tramitadores" no es una opción que actualmente: "No podemos incrementar plazas. Somos una entidad estatal con un presupuesto de salario por el que regirnos, y si en una oficina está establecido que lleva dos registradoras, no podemos poner tres", advirtió la directora de Justicia en Pinar del Río.
La posibilidad de realizar los trámites de manera online, usando la web del Ministerio de Justicia, no ha sido la solución esperada y muchas personas siguen optando por ir de manera presencial a las oficinas.
Angélica Cabezas solicitó en agosto de 2022, en Pinar del Río, el certificado de defunción de su padre por la vía digital. Al cabo de varios meses, se vio obligada a acudir a la oficina porque su solicitud había desaparecido del sistema.
Una trabajadora que atiende la página online en el Registro del Estado Civil de Bayamo, confirmó que se trata de "una tendencia negativa que afecta la imagen del servicio" y que, una de las "principales dificultades" que enfrentan "es el propio formulario de la página". Detalló que este no hace especificaciones de algunos datos que "son necesarios que los usuarios pongan, y muchas veces esos casos no proceden, y el solicitante no tiene cómo saberlo".
También dijo que la plataforma digital "ha estado limitada por situaciones coyunturales" como el déficit de electricidad: "Nosotros tuvimos una avalancha de solicitudes justo en el periodo más crítico de los apagones, por lo que se nos acumularon más de 4.000 casos pendientes, incluidos los de las personas que luego vinieron a realizar sus trámites de forma presencial, y quedaron esos casos en una especie de impasse en la plataforma".
La inestabilidad con la conexión sigue siendo "un asunto por resolver" porque en ocasiones "el sistema se cae hasta tres o cuatro veces en un mismo día, y así es muy complejo garantizar la agilidad y la calidad del trámite", acotó la empleada.
Estos problemas y demoras también alcanzan los tramites en el MINREX, al punto que, ante la tardanza a la hora de legalizar los documentos, un grupo de ciudadanos convocó una protesta pacífica ante la Oficina de Atención a la Población de ese órgano a inicios de julio, en La Habana. La protesta no llegó a concretarse pero las quejas continúan. En el canal de Telegram creado por ese grupo de cubanos inconformes ante las demoras, se habla de hasta siete meses de espera por la legalización de un documento.