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Opinión

El ser humano frente a los afanes colectivos: ¿qué tenemos que decir desde Cuba?

Al sujeto más sometido se le demanda agruparse para ser digno de conmiseración. Los cubanos conocemos bien este ejercicio de desentendimiento en favor del castrismo.

La Habana
Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y Luis Arce en La Habana. Mayo de 2022.
Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y Luis Arce en La Habana. Mayo de 2022. EFE

Es un misterio que al individuo resulte más fácil movilizarlo en pos de las mismas categorías aplicadas al grupo que aplicadas al ser humano. Integridad, justicia, participación, términos todos connaturales al individuo, movilizan más fácilmente cuando son contrariados en su variante colectiva, mucho más difusa e indirecta. La integridad de una nación, la soberanía de una etnia, o los derechos de un grupo tradicionalmente marginado, se afincan con prioridad por su carácter de grupo, que por el del ser humano que en su interior resulta lesionado.

En los días que corren, la Unión Europea ha levantado un sistema de sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania, después de fortalecer durante décadas al Estado ruso comprándole su petróleo y minimizando en la escena internacional su hostilidad creciente contra las libertades individuales al interior del país. La integridad y la soberanía de Ucrania consiguieron lo que estuvo lejos de alcanzar la integridad y la soberanía de los rusos luego de décadas de pérdida sistemática de derechos.

Ha sido necesario que el comunismo chino comience a hostilizar países limítrofes o próximos, como la India y Australia, realice demandas rapaces de mares ajenos a países vecinos, aplaste la noción de "un país dos sistemas" —y con ello la independencia de Hong Kong— y ponga en crisis la convivencia con Taiwán, para que el mundo reaccione a la tiranía atroz con que el Partido Comunista Chino somete a sus connacionales.

Año tras año, la Unión Europea, Japón y Australia, países que aceptan el liderazgo estadounidense en la presión actual sobre Rusia y China, se niegan a apoyar las sanciones que los Estados Unidos han sostenido contra el castrismo durante seis décadas por la tremenda letalidad y dolor propiciado contra el conjunto de los cubanos. Sanciones que dificultan o impiden al castrismo lucrar con las propiedades que nos roban, con las riquezas naturales de la nación a las que nos niegan el acceso, o apropiarse de los bienes abundantes que nuestros compatriotas en el exilio producen con el trabajo honesto y la inteligencia, impedidos de desarrollo en la tierra que los vio nacer.

Poco o nada hacen los países de América Latina frente a la propagación de la ideología comunista y sus similares emparentados con el narcotráfico y la corrupción más escandalosa de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Eso, a pesar de tener en la Organización de Estados Americanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos instrumentos para la defensa de los derechos humanos.

Los eventos regionales hablan de democracia y defensa de derechos humanos sin señalar el horror desplegado por las tiranías vecinas. El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, lo señaló en la pasada cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en enero de 2023, al afirmar: "Recién repasaba uno de los oradores la declaración de cien puntos que vamos a suscribir. En el arranque de esta declaración, en el punto tres y cuatro, se habla del respeto de la democracia, del respeto de los derechos humanos, y del cuidado de las instituciones. Claramente hay países acá, y ya fue dicho, que no respetan ni la democracia, ni las instituciones ni los derechos humanos". Lo escuchaban jerarcas regionales como Miguel Díaz-Canel, Luis Arce y los cancilleres nicaragüense y venezolano Denis Moncada e Iván Gil. Con su aquiescencia se refrendó aquel documento condenado a la irrelevancia por ese entremezclamiento vergonzoso de líderes democráticos con delincuentes.

Algunas razones del fenómeno se pueden encontrar en la historia y el modo en que la cultura la ha integrado a nuestras prácticas actuales. Enfrentamientos y experiencias de dominación brutales entre grupos humanos pueden haber fijado las manifestaciones sociales de esos términos de un modo mucho más contundente que las individuales. Sin embargo, no deja de haber explicaciones morales que reflejan falta de constancia y escrúpulos. Es lo que parece cuando líderes políticos que hicieron del fundamento de su activismo los derechos civiles, llegan al poder y se conducen de un modo desentendido en aras de la conveniencia política.

Francia Márquez, la vicepresidenta colombiana que tanto prestigio ha ganado defendiendo los derechos humanos en su país, y que no ha dudado para escribir misivas a líderes internacionales a propósito de agresiones racistas fuera de las fronteras colombianas, como la que escribió a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, a propósito del asesinato de George Floyd; atenuó su ímpetu humanista en una entrevista que concediera recientemente a la revista Semana de Colombia. Recién llegada de Cuba la estadista, el pasado mes de marzo, Vicky Ávila, directora de la revista, le preguntó si para ella el régimen cubano era o no una dictadura, y respondió: "Yo respeto la autonomía de cada pueblo y la soberanía de cada pueblo. Cada pueblo decide cómo se organiza políticamente". Después, negó que los derechos electorales fueran fundamentales para la democracia, reconociendo implícitamente que en Cuba se bloquean, y afirmó que las obras sociales son también factores determinantes, concediendo crédito a la leyenda que anima a Cuba como un paraíso en este rubro.

Lo hizo en un momento que los cubanos padecemos una crisis sanitaria sin precedentes, en medio de una aparatosa construcción de hoteles de lujo, y mientras nuestras redes sociales se llenan de mensajes de auxilio —hostigados por organismos paramilitares y perseguidos por órganos de justicia sometidos al dominio comunista— de ciudadanos desesperados pidiendo para sus familiares desde marcapasos hasta antibióticos.

La estadista ilustró a la perfección la eficacia del compadrazgo ideológico para entorpecer la integridad del ser humano y el respeto de sus derechos en la región. Para los cubanos es una reiteración ofensiva que lesiona nuestro respeto por las clases políticas del continente, principalmente las que se autodenominan de izquierda sin observar el carácter tiránico del castrismo.

Con excepciones como el presidente chileno, Gabriel Boric, las tiranías surgidas de paradigmas progresistas, en la actualidad las mayores violadoras de los derechos humanos en América Latina, cuentan con el apoyo directo o velado de líderes demócratas con afinidad ideológica. En las antípodas del líder chileno puede ubicarse a los presidentes boliviano y mexicano, Raúl Arce y Andrés Manuel López Obrador.

La dificultad para hacer prevalecer la integridad de la vida humana sobre los intereses gregarios ha sido la razón de que asociaciones criminales que encabezaron estados en el siglo XX no fueron abatidas hasta que sus perpetradores no salieron de sus fronteras y plantearon el conflicto frente a términos equivalentes. El nazismo no fue enfrentado con contundencia hasta que invadió Polonia, y la omnipotencia del Estado sobre el individuo, que definía su sino, se midió con la noción de la soberanía nacional. Algo similar no experimentó el baazismo de Saddam Hussein hasta que invadió Kuwait, el islamismo talibán hasta agredir los Estados Unidos, y en el presente hemos debido esperar a la invasión de Ucrania para que viéramos el rechazo masivo del putinismo.

Todas esas tiranías tenían fundamentos gregarios que transferían a entes extraños a la vida humana la importancia que le substraían a la humanidad. Si consiguieron prevalecer a pesar del daño que infligían, fue porque a los razonamientos de su exaltación no les resultaba difícil encontrar muchedumbres afines dispuestas a desatender los derechos humanos en favor del carácter colectivo de sus perpetradores, dentro y fuera de sus fronteras.

El discurso de la democracia, que emergió de la Segunda Guerra Mundial orgulloso de saberse la única opción digna de la humanidad, parece conforme hoy moviéndose en planos de igualdad con la saña y la alevosía que propiciaron las ideas fascistas y comunistas.

Ese orgullo que siguió a la derrota del fascismo, tuvo en 1948 su expresión mayor con la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En 30 artículos, el ser humano es definido como un sujeto de derechos idénticos y la posible creación de grupos a partir de esos derechos es planteada solo para garantizar los derechos de todos. Con énfasis, el Artículo 30 y último declara: "Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración".

Al negarle su reconocimiento, la Unión Soviética, rectora del otro sistema político que junto a la democracia resultó fortalecido por la victoria sobre el fascismo, exhibió el sino grotesco y despiadado del paradigma comunista: el de la hegemonía de una clase sobre el resto.

En lo adelante el sistema universal de los derechos humanos no haría otra cosa que fortalecerse, pero el ideal de conseguir que la humanidad se rija por sus términos permanece distante.

Hoy parece insólito el orgullo con que Winston Churchill afirmó en 1946, en Estados Unidos, luego de considerar a la tiranía como un extraño que amenaza al hogar y al sujeto común: "nunca debemos dejar de proclamar en tonos valientes los grandes principios de la libertad y los derechos del hombre que son la herencia conjunta del mundo de habla inglesa, y que a través de la Carta Magna, la Declaración de Derechos, el Habeas Corpus, el juicio por jurado, y el derecho consuetudinario inglés, encuentran su expresión más famosa en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos".

Cargando, quizás con exceso, la responsabilidad anglosajona en un humanitarismo que tiene muchas más razones de existir, el líder británico expresa, no obstante, el orgullo de liderar el único paradigma de mérito entre todas las ideologías y doctrinas políticas: el del respeto de la libertad y la integridad individual.

No parece que el culto a la vida humana definida desde un catálogo de derechos respetuosos del individuo pueda ser alcanzado en un futuro próximo para toda la humanidad. Esa dificultad para ser prioritaria a cualquier forma de asociación, consagra numerosos despotismos. La condición produce la paradoja aberrante de que allí donde la represión es tan feroz que hace imposible cualquier vínculo asociativo, más difícil es movilizar la compasión por las víctimas. Al sujeto más sometido se le demanda agruparse para devenir digno de conmiseración. Los cubanos conocemos bien este fabuloso ejercicio de desentendimiento en favor del castrismo. Es una experiencia irritante que, no obstante, ha precedido siempre a los resurgimientos inspiradores de la libertad.

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4 comentarios

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RESUMEN DE CUBA 1959- 2023--Accidentes, cárcel, desastres, apagones, asaltos a mano armada, violencia, hambruna, esclavitud, gulags, feminicidios, personas desaparecidas, escaseces, desintegración de las familias.---UNA SUBLEVACIÓN NACIONAL ES NECESARIA, PERO YA. PONGAN A VOLAR PIEDRAS, PALOS Y BOTELLAS CONTRA VENTANAS DE EDIFICIOS DEL GOBIERNO. PINCHEN LOS NEUMÁTICOS DE LAS PATRULLAS. A ESE GOBIERNO ESCLAVISTA TODO EL DAÑO QUE SE LE HAGA ES POCO. NINGÚN HUMANO DEBE SER PROPIEDAD DE NADIE. ABAJO LA ESCLAVITUD.-----------------PATRIA Y VIDA-----------------------EEUU debe volver a ser el defensor de su patio como cuando Arbenz, Noriega, Grenada, Allende, etc. No importa que le llamen imperialista, intervencionista o lo que sea para volver a ser el policía del mundo. Cuba es, peligrosamente para EEUU y el mundo, la meca del terrorismo internacional. Cuando aparezca el primer dron o avión de EEUU, el pueblo de Cuba se sentirá incentivado a la tan necesitada sublevación. PATRIA Y VIDA.

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Me costó leer, otro estilo para escribir

Profile picture for user Pedro Benitez

Parece que el misterio puede estar asociado con la posición de la humanidad con respecto a las cavernas. La madures de la humanidad se encuentra justo a la salida de la cueva; digamos, un punto de inflexión que define el futuro inmediato. Hasta ahora, la regresión de los acuerdos sobre armas nucleares; espantoso. “Es un misterio que al individuo resulte más fácil movilizarlo en pos de las mismas categorías aplicadas al grupo que aplicadas al ser humano”.

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Un artículo interesante; pero muy quejoso y largo.
La naturaleza humana es compleja. El ser humano se encandila con proyectos sociales, reales o no. Y se encandila con personajes carismáticos, buenos o malos. Eso ocurre en cualquier lugar del mundo. Eso ocurrió en Cuba, pero en forma desproporcionada gracias a que Fidel fue tenía un carisma excepcional.
A veces me preguntan cuando viajo: "Where are you from.." Cuba, I say.. Y no entienden. Entonces digo, Cuba, Fidel y ya saben de donde soy. Eso es algo que los supergusanos no entienden, y por eso sufren.
Eso hace bueno a Fidel? Desde luego que no. Más bien lo hace peor, porque Fidel destruyó a Cuba, pero en el extranjero lo ven distinto.
Respecto a los conflictos internacionales mencionados por el articulista, sólo voy a poner en entredicho esta frase: "La integridad y la soberanía de Ucrania consiguieron lo que estuvo lejos de alcanzar la integridad y la soberanía de los rusos" No me parece cierto. Ucrania ha sido muy corrupta.