Dayron García Gutiérrez llegó a EEUU luego de atravesar la selva del Darién. García es un número entre los cientos de miles de cubanos que entraron a ese país de manera irregular durante la actual crisis migratoria.
Según contó en entrevista con DIARIO DE CUBA, se fue de la Isla buscando "libertad y oportunidades". Por eso, el día que el equipo Cuba jugó en Miami la semifinal del V Clásico Mundial de Béisbol, el joven hizo un esfuerzo económico, compró las entradas y gritó su mensaje al mundo entero: "Mamá, soy libre, pero te extraño".
"Patria y Vida", "Libertad para los presos políticos", "Abajo la dictadura", fueron algunos de los carteles que se podían leer en el estadio de los Marlins. La comunidad de exiliados cubanos en Miami escogió el escenario para protestar y visibilizar la causa de la libertad de Cuba. Mucho se ha hablado del tema. Las posiciones van desde "¿por qué politizar el deporte?", hasta "si eres 'Team Asere' eres 'team dictadura'".
Sin embargo, Dayron García optó por un mensaje que, si bien tenía un trasfondo político, la intimidad del tema hizo que se volviera viral y que tocara la fibra de quienes deciden hacer patria fuera de las fronteras nacionales. Porque, se puede ser o no fanático del béisbol, pero siempre se es hijo de alguien. Y casi siempre, esos padre se quedan atrás en el doloroso y liberador proceso de emigrar.
"Mamá, soy libre, pero te extraño"
"Yo decidí hacer mi frase, primeramente porque después de que llegué a este país me siento con libertad de expresarme, de estudiar lo que quiero, de salir adelante. Pero esa libertad tuvo un precio muy alto, que estamos pagando muchos de los que dejamos todo atrás para venir para acá o para cualquier otro país en busca de libertad. Ese precio es, nada más y nada menos, que alejarse de nuestras madres, de nuestros seres queridos. Es un precio demasiado alto", dice el joven a DIARIO DE CUBA.
García cuenta que nunca pensó que su mensaje se viralizara. Desde entonces recibe cientos de notas de madres que, como la de él, se despiertan todos los días sin saber cuándo verán a sus hijos.
En todo 2022, unos 5.961 migrantes de la Isla transitaron la selva del Darién en busca del sueño americano. Muchos de ellos eran jóvenes que eligieron un futuro fuera de la geografía nacional. Los más afortunados lograron llegar sanos y salvos. Otros perecieron en el camino.
"Yo salí de Cuba en un vuelo hacia Nicaragua y a partir de ahí empecé a cruzar fronteras. En Honduras me secuestraron, a mí y al grupo de personas que iba conmigo. Nos secuestró alguien que estaba haciendo esas cosas desde hacía tiempo, pero le estaban siguiendo la pista, y en el momento en que nos tenía secuestrados llegó la policía de Honduras y logramos salir ilesos", cuenta.
"Lo más difícil que pasé fue en la ciudad de Acuña, justo la noche antes de cruzar el río Bravo. En el lugar donde estaba hicieron un ataque de otro cartel. Hubo como una guerra, un tiroteo. Fue terrible el susto. Esa misma noche, cuando iba a cruzar el río, debido al tiroteo la policía estaba rondando la zona. Y unos policías mexicanos comenzaron a disparar. No sé si era al aire o me dispararon específicamente a mí, porque yo solo corrí y nunca miré atrás. Corrí hasta no poder más como nunca lo había hecho, de eso que sientes que te falta el aire y no puedes más y te da un dolor muy fuerte en el estómago. En ese momento me caí por un barranco. Había muchos espinas, me encajé espinas por casi todo el cuerpo, de milagro no me encajé ninguna en los ojos. Llegué al río tinto en sangre, sacándome las espinas. Ellos seguían amenazándome, diciéndome que virara. Yo nunca regresé. Nunca miré para atrás. Seguí nadando y cruzando hasta que logré llegar al otro lado. Así fue como llegué a este maravilloso país; con trabajo, pero logré encontrar la libertad".
Desde que García arribó a EEUU dice "estar bien enfocado". Actualmente trabaja como manager en una empresa de jardinería. El joven comienza su jornada laboral a las 6:00 de la mañana. A las 5:00 de la tarde termina y conduce para ir a clases de inglés. Toma las lecciones durante tres horas porque quiere estudiar la carrera que no pudo terminar en Cuba.
"No vine a perder mi tiempo porque bastante tiempo perdí en Cuba. Bastante tiempo perdí estudiando una carrera que al final no logré ni terminarla. Y si la hubiera terminado, estaría como muchos de mis compañeros y personas que han estudiado allá y han decidido irse en busca de libertad. Dedicas cinco años de tu vida a estudiar para luego terminar la carrera y guardar el título. Es bien triste ver como personas que conozco, que quieren salir adelante, han tenido, después de pasarse esos cinco años estudiando, que abandonar el país".
Dayron García cree que pueden negarle la entra a la Isla. Los cubanos llevamos viendo esta escena por mucho tiempo. Si eres incómodo para el régimen, puede que, incluso en un aeropuerto extranjero, te enteres que no puedes entrar a Cuba. Puede también que el Gobierno decida cuándo viajas y a dónde. Puede que una vez en una escala te quedes en suelo de nadie y tengas que arreglártela para pedir asilo. Tal parece que el destino no es individual. Tal parece que el destino lo decide el gran hermano. Tú sí y tú no. Se llama dictadura.
"Es increíble como por culpa de este Gobierno se separan cada día más familias. Salen jóvenes así como yo en busca de libertad, en busca de lograr sus sueños. Algo que nunca se va a poder lograr bajo ese Gobierno. Es duro apartarse de la familia, no solo de mamá. Por eso, también me atrevo a decir: 'Soy libre, papá, pero te extraño. Soy libre, mimi, pero te extraño. Soy libre, pipo, pero te extraño; soy libre, tía, pero te extraño; soy libre, tío, pero te extraño'".
El precio de la libertad nunca es "demasiado alto", el que piense asi sencillamente no entiende lo que significa la libertad. A mi siempre me gusta poner el ejemplo de los cimarrones que dejaban la familia, el tasajo y el boniato diario para irse a sobrevivir a la manigua.