'No nos dieron ninguna explicación': el régimen cubano demuele las casas de 150 familias de Las Tunas

El Gobierno cubano demolió 150 casas este lunes en un poblado cercano a playa Herradura, en el municipio Jesús Menéndez, provincia Las Tunas. DIARIO DE CUBA contactó con varios de los desalojados y todos coincidieron en describir la acción de las autoridades como arbitraria.

María Gutiérrez Pérez es la madre de Andry Daniel Merino Gutiérrez, un joven pescador que vivía con su esposa en el poblado Montebello. En ese sitio, al menos 60 casas fueron derribadas en presencia de autoridades del Gobierno del municipio Jesús Menéndez, brigadas especiales, policías, agentes de la Seguridad del Estado, bomberos, obreros de la Empresa Eléctrica, y trabajadores de diversos centros que fueron movilizados.

Merino Gutiérrez, su esposa Roxana Ramírez Chaveco y su hija de tres años, residían en una casa de madera que la pareja construyó. Ramírez Chaveco vive desde pequeña en Montebello, pero las autoridades nunca le otorgaron un terreno para construir, por más que lo solicitó.

Aunque la casa de esta familia está a varios kilómetros de la playa Herradura, hace tres años a todos los "ilegales" de Montebello los multaron con 7.000 pesos con el argumento de que allí no se podía construir. Ahora, Merino Gutiérrez le dijo a los demoledores que él mismo zafaría las tablas y los horcones.

Esta familia se refugió en unas cabañas del Gobierno (sin agua ni electricidad), a varios kilómetros de Montebello. Junto a ellos hay otras cuatro familias con niños pequeños.

Gutiérrez Pérez explicó a esta redacción que desde las 5:00AM los demoledores empezaron su tarea. "Hasta que mi hijo no quitó las últimas tablas no dejaron de vigilarlo. Cortaron el internet en la zona a las 11:00PM, cuando terminaron las demoliciones", señaló.

En la turba había agentes del MININT que atendían a menores. Uno de ellos le dijo a Merino Gutiérrez que si se negaba a deshacer su casa, los efectos psicológicos que esto pudiera generar en su hijo serían su responsabilidad.

Los oficiales de la Seguridad del Estado se encargaban de que nadie pudiera filmar ni fotografiar las demoliciones. Gutiérrez Pérez fue advertida en un par de ocasiones.

De las 60 casas demolidas en Montebello, solo dos eran de mampostería, el resto eran de madera. Amaury González Corralejo era el dueño de una de esas casas buenas, él mismo la construyó de ladrillo. "No me dieron ninguna explicación, no podía quedar nada en pie", acotó.

González Corralejo fue denunciado por el Gobierno local hace casi tres años, después de haber pagado también la multa de 7.000 pesos. Lo procesaron por el delito de desobediencia (por haber construido su vivienda) y fue sancionado con siete meses en régimen de la casa al trabajo.

Ahora, este hombre de 32 años y su esposa no tienen donde vivir.

González Corralejo considera que todo fue muy injusto porque ellos pagaban electricidad a la Empresa Eléctrica, aunque no tuvieran propiedad de la vivienda ni contadores instalados.

En Montebello todos compran el agua a camiones cisterna (pipas) estatales; hay bodegas y hasta una escuela primaria, pero no todos pudieron legarlizar su vivienda.

González Corralejo explicó a DIARIO DE CUBA que un vecino suyo llamado Sandro Proenza tenía una casa de mampostería y la legalizó pagando 200.000 pesos a un trabajador de Planificación Física en Jesús Menéndez llamado José Ramón.

"Eso yo no lo podía hacer porque no tenía ese dinero. Ese hombre (Proenza) pudo vender su casa y se fue para afuera (EEUU) por Nicaragua", explicó González Corralejo.

En Montebello quedan alrededor de 200 casas con propiedad, que no serán demolidas.

Algunas familias se negaron a perder sus viviendas. Ese fue el caso de un hombre conocido como El Chago, quien vivía con su esposa y los dos niños pequeños de ella. Este lunes cerró las puertas y las ventanas y se negó a salir. La Policía forzó la entrada y arrestó a El Chago. Mientras se lo llevaban, le decían que saldría después de tres días en el calabozo y con una multa.

María Gutiérrez Pérez y su familia están recogiendo las tablas y los escombros para poder reconstruir su casa en un solar que las autoridades les prometieron. Sabe que es poco probable que se lo den, pero no pierde la esperanza. "Yo creo que esto no lo debe pasar más nadie", señaló mientras intentaba contener las lágrimas.

Esta mujer dijo que quienes le demolieron la casa a su hijo alardeaban de que "en la próxima semana tumbarían otras 400 casas en una zona más cercana a playa Herradura".

Cerca de Gutiérrez Pérez, una señora recogía también las tablas de su antigua casa. Se llama Lourdes Pérez Pérez. Vivía junto a su hijo Victor Manuel Rodríguez Pérez y la esposa de este, Yilian Suárez Muñoz. Esta última tiene 37 años y es madre de tres hijos menores (diez años, tres años y un bebé de 19 días de nacido). A esa familia le derribaron la casa utilizando un tractor con una cadena. Todos durmieron anoche en una casa alquilada, cercana a playa Herradura.

Las autoridades ofrecieron cabañas solo a las familias con niños pequeños, el resto de los desalojados tenía que buscar donde vivir. Suárez Muñoz y sus hijos no pudieron acogerse en esas cabañas porque no tenían las condiciones mínimas para atender los niños.

Hasta el momento en que se redacta esta información, ningún medio oficial cubano ha informado sobre esta demolición. Tampoco se conocen las causas que provocaron las acciones perpetradas por las autoridades de Jesús Menéndez.