El Gobierno cubano tiene una relación de amor-odio con las redes sociales. Por un lado, busca la manera de posicionar en ellas el contenido de los medios estatales, pero a su vez acusa a estas plataformas de "herramientas de dominación colonial", calificación usada por el gobernante Miguel Díaz-Canel en una reunión con periodistas para debatir la política comunicacional del régimen.
Una muestra de esa paradoja en la que se mueve el Gobierno es la airada reacción de directivos de medios oficialistas ante la política de Twitter de etiquetar como ''medio afiliado al Gobierno cubano'' a 23 cuentas de sitios como Cubadebate, Granma y Juventud Rebelde, entre otros.
La política de Twitter, que resta alcance a los contenidos de esos medios, no fue del agrado de Rogelio Polanco Fuentes, jefe del Departamento Ideológico del Partido Comunista, quien lo calificó como una "acción que censura y estigmatiza a medios públicos del país. Otra evidencia de la manipulación de los algoritmos para restar visibilidad a unos medios en relación con otros".
Las directrices de esa red social no son exclusivas para Cuba, también Twitter la aplica con medios de más de 20 países, entre ellos sitios de EEUU y Canadá. Una información que no divulgaron los medios estatales cubanos cuando se quejaron de la nueva etiqueta.
Pero aunque públicamente los periodistas y funcionarios del régimen tienen un discurso crítico de las redes sociales, la política oficial es que la propaganda tenga el mayor alcance posible en redes sociales.
De ahí la molestia que generó en círculos oficialistas la eliminación de 526 cuentas falsas en Twitter en 2020, todas asociadas a organizaciones gubernamentales. El Gobierno también mostró su disgusto con la suspensión de 37 cuentas en Facebook y otras más en Twitter durante este año, todas de medios y perfiles donde se practicaba asesinatos de la reputación contra opositores y medios independientes.
Y a la abierta propaganda gubernamental presente en los perfiles oficiales, se suma la poca interactividad en las redes de los dirigentes con los cubanos "de a pie".
A los tres meses de haberse creado su cuenta en Twitter (octubre de 2018) Miguel Díaz-Canel solo había respondido 51 veces (menos de una vez por día). De esas respuestas, apenas diez correspondían a inquietudes de ciudadanos comunes, según contabilizó el sitio Inventario.
"El grueso de las respuestas fue dirigido a otros presidentes, así como a funcionarios, instituciones y periodistas del país. Al parecer, el gobernante se siente más cómodo interactuando entre pares y cercanos. ¿Para qué abrir una nueva vía de comunicación y emplearla fundamentalmente para algo que puede hacer por otros canales institucionales ya establecidos?", cuestionó el periodista José Raúl Gallego.
Desde esa fecha hasta la actualidad, otros dirigentes cubanos como los primeros secretarios del Partido Comunista en las distintas provincias y algunos ministros como el de Economía o Relaciones Exteriores, se han creado cuentas en Twitter y Facebook. Quien revise estos perfiles puede percatarse de que lo usan exclusivamente para poner propaganda política.
