Tras años de que nos mientan sin descanso y nos escondan cifras reales, los cubanos nunca sabemos si nos manosean con media verdad o media mentira. Ahora que acaba 2022, el Gobierno "se relaja" con la reducción de los apagones, aunque nadie sabe cuánto durará la "bonanza" eléctrica y, además, los comentarios adversos no cesan de circular en las calles, la mayoría relacionados con el desabastecimiento.
Desde enero comenzó otra intermitencia, la de las dietas médicas: que si no hay "pasteurizados" —siquiera yogurt de soya— para cubrir los diez litros mensuales estipulados para enfermos; que si tampoco hay carne (pollo, res o pescado, las adecuadas, no piltrafas ni sucedáneos que atentan contra la salud que se intenta preservar).
El caos alimentario se extiende sin visos de mejoría. Hace tres meses que no se venden granos por la canasta básica. La gente sobrevive con agua de azúcar, prácticamente.
Una bandeja del actual almuerzo escolar para alumnos seminternados (los demás educandos, desde la desaparición de la merienda, tienen que nutrirse como puedan) incluye: arroz, fufú y pan. No hay proteínas, vegetales, ni frutas. Una "victoria" que aseveramos en la sonrisa del personal de esos "comederos", que engorda cerdos a costa del alumnado asqueado. Lo expresó vía teléfono un funcionario cuestionado, quien no quiso dar su nombre, y que labora en el área de Abastecimientos y Distribución de la Empresa Provincial de Comercio y Gastronomía en Santa Clara.
Pero la noticia del momento es que no habrá ni un litro de leche para enfermos crónicos este diciembre en Villa Clara. Se puede confirmar llamando al 42882661 (Comercial), y 42883237 (Dirección), ambos de la abastecedora zonal ubicada en el municipio de Placetas.
Allí explican a los clientes que no tienen "cómo cubrir la demanda diaria de casi 10.000 litros que requiere la provincia solo para los niños".
"Apenas alcanzamos acopiar 8.000", dice una empleada, en una planta en la que "llegamos a recolectar 100.000 diarios".
Pero esta comunicación verbal no puede contrastarse oficialmente: han coartado su divulgación. ¿Y los demás consumidores del territorio, como hospitales, hospicios, círculos infantiles, etc.? "Pues deben andar locos", comenta la empleada, "como nosotros".
Los trabajadores de las peladas bodegas y el pueblo angustiado lo saben: recuerdan una época remota de abastecimientos subsidiados, pues los incumplimientos, muchos años después del boom Ubre Blanca, obligaron a reducir los abastos a ocho, seis, cuatro, tres litros por "beneficiario" de la dieta, hasta alcanzar la nulidad de hoy.
O sea, ni un vasito. Buen tema para tratar "a chaquetón quitado" en este V Pleno del Partido Comunista, que comenzó este 9 en La Habana, y en el que durante dos días se hablará, según la prensa oficial, de cómo "salvar a la Patria, la Revolución y el Socialismo de los enemigos" del bienestar del pueblo.
Los raros trabajadores honestos que aún quedan en el país se mueren de vergüenza cada vez que se les interpela acerca de sus incapacidades para resolver los problemas públicos a ellos encomendados, y sobre los contrastes crecientes entre gobernados y gobernantes, tan elementales como sus barrigas.
La prensa oficial rebosa optimismo mientras esconde "lo feo" y, cuando por orientación —o causalidad— incluye algún artículo crítico "impostergable", termina con una dosis de falso entusiasmo que hacen aguas por los cuatro costados.
Hace unos años, el actual presidente dio "una batida" por los establecimientos villaclareños encargados de la alimentación del pueblo. La empresa láctea santaclareña fue encontrada prácticamente en ruinas. Entonces se perdían hasta 30.000 litros de leche diarios por los salideros.
Si desde entonces "se han implementado todas las medidas adecuadas" para evitar semejante despilfarro, ¿adónde fueron a parar los índices de superproducción que antaño se atribuía a esas industrias? ¿Emigraron masivamente las vacas, o se las comieron?
La creación de los Grupos Empresariales paralelos dentro de cada sector productivo del país ha derivado en otro incremento… el de la corrupción. Imposibilitado de controlar, desde un caramelo hasta los cárnicos, lácteos, bebidas y licores, panificadoras, pesca, etc., relacionados con la endeble nutrición de los cubanos, especialmente de los sectores más vulnerables, el monstruo centralizado, a cientos de kilómetros de los lugares de ejecución, ha generado toda clase de impunes desvíos.
Novecientos mililitros de leche para tres días, es decir, una cantidad que estirándola sería quizá "el vasito del desayuno para los cubanos" (no el destinado a los enfermos, sino ese al que en 2008 se refirió Raúl Castro en la otrora ganadera Camagüey), es lo que está prescrito en norma para la salud.
¿Importa, pues, el resto, los desprovistos? Habría que esperar a por resultados.
El 10 de mayo, el director de la empresa provincial de Villa Clara, Roberto López, confirmó la posibilidad de reiniciar la producción y distribución del yogur, pero ahora no pueden cumplir pues "no tenemos frijol (de soya) en la despensa", según dijo la empleada de la abastecedora. Bastó el anuncio para que comenzara a mermar el precario desayuno de los niños de 7 a 13 años.
El periodista Abel Falcón Curí, encargado —por el mismo aparato ideológico que en agosto le concediera el Premio Nacional de Periodismo— de dar las malas noticias al pueblo (en CMHW, con su programa Alta tensión, y e Tele-Cubanacán en La hora de todos) no deja trazas de sus intervenciones en ningún lado desde 2020.
Se intuye que una política contraria a todos los preceptos informativos conocidos imposibilita corroborar lo que ya es vox pópuli (por ser dicho de forma eventual), al no quedar rastro en los medios.
El 4 de julio pasado, apareció una última nota acerca de la polémica en torno a si los niños menores de un año recibirían leche fluida en vez de leche en polvo fortificada, como antes, con declaraciones del mismo director Roberto López, quien mencionó, además, detalles sobre la distribución para casos de dietas médicas, establecimientos e instituciones estatales y otros compromisos partidistas como "la elaboración de helados para el tórrido verano".
Los lácteos destinados al turismo fueron evaluados cualitativamente como "muy flojos".
Todos a celebrar el 1ro de enero un triunfo más de la destrucción de un país, sin deudas en el año 59 y podrido 64años después
Típico de un estado depredador.
Cuando no quede nada que "depredar" podemos pasar a la siguiente fase, la cremación hitleriana de presos en el campo de concentración o el canibalismo.
Pues a corear todos con entusiasmo, "¡Viva el estado fallido!"