Los habaneros están consternados ante las últimas noticias referentes al aumento, no solo de la violencia, sino de la brutalidad en los hechos violentos. El pasado 5 de diciembre las barriadas La Victoria y Cayo Hueso, ambas en Centro Habana, fueron testigos de sucesos que se cobraron la vida de dos ciudadanos a plena luz del día y con un mismo presunto objetivo, el robo.
Reynaldo Agüero Recio, de 43 años de edad y residente en España, fue ultimado con arma blanca en su domicilio, ubicado en la calle Concordia 665, entre Oquendo y Soledad. En una publicación en las redes sociales, Elena Recio Buelga, madre de la víctima, ofreció detalles sobre la brutalidad de este crimen: los asesinos, además de asestarle "ocho puñaladas en la espalda, le reventaron la cabeza a mandarriazos, y como si fuera poco, lo degollaron", escribió.
Vecinos y residentes en la barriada de Cayo Hueso rechazaron dar información sobre el incidente, aunque todos consideraron que no se trató de un ajuste de cuentas.
El joven Arturo, vecino de la zona en la que se produjo el crimen, comentó que "si impactante fue conocer el ensañamiento de este asesinato, también destaca la paciencia con la cual la Policía se está tomando el esclarecimiento del asunto".
"Yo estoy nervioso. Tengo un visado para México y fecha de vuelo para mediados de enero, pero me iría mañana mismo si tuviese el dinero para cambiar el pasaje. Estoy asustado de verdad, porque nunca había experimentado tan de cerca un asesinato con tamaño salvajismo", añadió el joven.
"Es lógico que en el barrio nadie te quisiera comentar nada sobre el asesinato de Reynaldo —a quien le sobreviven cuatro hijos menores de edad—. Nadie quisiera ser llamado a testificar o aportar ninguna pista por el temor a las posibles represalias de los autores, porque esto ocurrió a plena luz del día. Es decir, quienes cometieron este crimen están puestos y no creo que hayan salido del país con el dinero robado", especuló.
Mercedes, otra de las residentes en las cercanías de la cuadra donde ocurrieron los hechos, dijo que su familia está haciendo trámites para mudarse.
"Todo el dinero que tenemos lo pusimos en función de la permuta. Pero también estoy asustada porque la Policía ni pinta ni come fruta y, por el ensañamiento del asesinato, se puede deducir que no fue un solo asesino. Todo el barrio está en sobresalto", afirmó Mercedes en voz baja mientras miraba nerviosa a su alrededor.
Por su parte, los vecinos de la calle Maloja entre Oquendo y Marqués González, La Victoria, no dan crédito al asesinato de un hombre de 65 años de edad. Al enterarse de que apenas con escasas horas de diferencia, y a poca distancia, había ocurrido un crimen similar, concordaron en que "o es una pandilla organizada, o todas las cámaras de vigilancia, junto a la Policía patrullando el día entero, se pusieron de acuerdo para no funcionar".
"Esa calle está justo a menos de cien metros del albergue donde radican los policías", señaló David. "Después del 11J, el gardeo en La Habana es a presión, pero todo parece indicar que no para combatir la delincuencia fuerte, la que de verdad asusta", fustigó.
"Ya ni dentro de tu propia casa estás a salvo, y las características de ambos asesinatos tienen asustados a los más guapos del barrio", señaló.
Un familiar que no quiso ser identificado y pidió reserva sobre el nombre de la víctima, relató que le propinaron al menos cinco heridas de arma blanca, "todas en la cabeza".
"Le robaron dinero, celular y otras pertenencias de valor. Lo enterramos el mismo día de su cumpleaños, el 6 de diciembre, y hasta este minuto ninguna autoridad policial nos ha actualizado sobre la investigación en para esclarecer los hechos. Simplemente no entiendo este país".
La policía utiliza muchos de estos delincuentes violentos para "asuntos mojados"( asesinatos por orden)de la Seguridad del Estado.A veces también para extorsionar a quien no le paga la " protección al jefe de sector del barrio....