Back to top
Emigración

Balsero cubano sobreviviente de un naufragio: 'Prefiero morirme en el mar antes que seguir viviendo en ese infierno de isla'

'¿Cómo se lo digo a mi niña? ¿cómo le digo que su papá está muerto?', se pregunta, entretanto, desde Cuba la madre de la hija de un fallecido.

Miami
Balseros cubanos fallecidos o desaparecidos durante el naufragio del pasado 28 de septiembre cerca de Stock Island, Florida.
Balseros cubanos fallecidos o desaparecidos durante el naufragio del pasado 28 de septiembre cerca de Stock Island, Florida. Telemundo

"Estoy vivo gracias a Dios… todavía no me creo que haya nadado toda esa cantidad de millas", contó a Telemundo Dainier Martínez, uno de los nueve balseros sobrevivientes de la tragedia ocurrida cerca de Florida bajo el azote el huracán Ian.

La madrugada del 23 de septiembre, él y otras 26 personas salieron de Matanzas, en una embarcación rústica que se volcó el 28 de septiembre a unas millas de Stock Island, indicó a Telemundo la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP, en inglés).

El reportaje publicado en la página web de este canal de televisión explica que Dainier, de 29 años, iba con su hermano Jorge Luis y su esposa Mairelis Peña. También viajaban algunos familiares y amigos de Canímar, el poblado en el que vivían a las afueras de la ciudad de Matanzas. Además iban otras personas de El Campestre, una comunidad vecina.

"Todo el mundo dice: ustedes lo que pasaron fue grande, pero nadie lo ha vivido. Desde que entramos al agua el motor no quería encender, y la comida y el agua se nos contaminó con el petróleo. Después intentamos virar para atrás y no pudimos", explica el joven a Telemundo.

Mientras estos balseros cruzaban el Estrecho de la Florida, el huracán Ian salía de Cuba por el norte de Pinar del Río e inclinaba su trayectoria hacia ellos. Ian tocó tierra en Florida el mismo miércoles 28 de septiembre con categoría 4 y vientos de 241km/h.

"Nosotros salimos con tiempo, como cinco días delante del huracán. Nos sobraba el tiempo para haber llegado aquí, pero se nos jodió el motor, nos quedamos a la deriva y nos cogió el ciclón. La corriente nos tiró para acá. El problema fue que empezó la lluvia y estaba haciendo mucho aire", explica Dainier sobre las condiciones que llevaron al naufragio.

La Guardia Costera de EEUU y otras instituciones asociadas llevaban días explicando que era mortal cruzar el Estrecho de la Florida bajo condiciones meteorológicas tan fuertes.

"Todo eso nos congelaba —continúa Dainier. Sin comer, sin tomar agua. Las mujeres no aguantaron, porque ellas venían deshidratadas. Nosotros cada vez que nos llaman vamos a la morgue a ver quién es (para identificar los cadáveres que se han encontrado). Fuimos a migración a ver si estaban allí".

"Mi hermano si aparece ahora es un milagro de Dios, porque son muchos días en el mar ya —lamenta Dainier. Mi madre está llorando, son impactantes las noticias que se dieron. Es doloroso. Hace falta que aparezcan, vivos o muertos, pero que aparezcan".

Sobre los motivos que lo llevaron a emprender el peligroso cruce del Estrecho de la Florida, Dainier también comentó a Telemundo: "¿Quién aquí no sabe la situación de Cuba? Yo siempre lo he dicho, prefiero morirme en el mar antes que seguir viviendo en el país ese. Es un infierno la Isla esa".

Las víctimas del naufragio no han sido identificadas oficialmente, continúa el reportaje de Telemundo. "Estamos como locos, no sabemos nada", lamentó desde Cuba, María Cabrera, tía de Maikel Yero, uno de los desaparecidos.

El 30 de septiembre Cabrera preguntó a sus vecinos si conocían a alguien que viajó en la lancha. Como muchos eran de Canímar, Cabrera reunió los siguientes nombres: Maikel Yero Mora, Carolina Gutiérrez, Vidal Velázquez, Alexey Perera, Marisley López, Fernando Gutiérrez, Jorge Luis Martínez y Mairelis Peña.

Lo poco que se sabe lo han contado sus familias: Carolina Gutiérrez tenía 19 años y su esposo, Vidal Velázquez, 24. Carolina era "la niña" amada de su padre, Fernando Gutiérrez, quien iba en la balsa con su esposa, Marisley López, prima de Dainier.

"Le pasé a Marisley —recuerda Dainier—, una prima mía, por el lado nadando y ella me dice: '¡No! ¿por qué te vas a ir?' y yo le dije 'mira toda esa gente se va a ahogar ahí, eso se está hundiendo'".

En total, nueve personas sobrevivieron. Han sido encontrados siete cuerpos (seis mujeres y un hombre). Las autoridades estadounidenses creen que todos los cuerpos son de migrantes cubanos, aunque los resultados de las autopsias están pendientes.

La cifra de balseros que permanecen desaparecidos ha generado incertidumbre, porque no coincide el número de sobrevivientes y cadáveres rescatados con el total de migrantes (27) que se manejó por las autoridades en un inicio.

Si tenemos en cuenta los sobrevivientes (9) y los cuerpos encontrados (7), deberían quedar 11 desaparecidos. Pero en el cierre de la búsqueda decretado por la Guardia Costera el sábado, se habló de 16 personas aún perdidas, y no de 13. La contradicción en las cifras podría deberse a un mal conteo de las autoridades, a que en la embarcación fueran más de 27 balseros, o a que parte de los migrantes encontrados sea de otro grupo de balseros.

"Es un dolor muy grande para toda la familia saber que un familiar de uno muere en esas condiciones", dice Cabrera, la tía de Maikel Yero.

Era albañil y padre de cuatro hijos. "Salió a buscar un futuro para sus hijos". En Cuba "te revientas trabajando, pero es por gusto, aquí no se gana lo suficiente", añade. Era alegre, "muy buen muchacho". Tenía 38 años.

Elvio es abuelo de la hija mayor de Maikel. La niña ha preguntado por su papá y su madre no sabe cómo darle la noticia. "¿Cómo se lo digo a mi niña? ¿cómo le digo que su papá está muerto?", le preguntó su hija a Elvio.

Desde el 1 de octubre de 2021 hasta mediados de agosto, 61 migrantes perdieron la vida por hacerse a la mar en embarcaciones inseguras", informó la Guardia Costera de EEUU en un comunicado oficial.

Hasta el 30 de septiembre, 6.182 cubanos han sido interceptados en el Estrecho de la Florida.

Maykel Yero pensó llegar a EEUU por tierra y trató de vender su casa para costear el viaje pero no pudo, contó su familia. "Imagínate la locura en Cuba, cómo está Cuba, todos están desesperados", aseveró Suleidys, su prima.

Dainier también era albañil. Recuerda que siempre quiso salir de la Isla y pensaba hacerlo por el mar. "Es peligroso, pero la libertad vale más que el peligro que nosotros corremos", respondió a un medio local cuando llegó a Florida.

Él contó a su familia que se iría, pero otros se fueron sin decírselo a nadie. Salir por el mar de Cuba no es solo peligroso, también es ilegal. No recuerda ciertas fechas y detalles, pero dice que "entre todos ayudaron" a organizar el viaje y construir la embarcación.

Entre los desaparecidos está su hermano Jorge Luis Martínez, de 32 años, padre de cuatro hijos; dos de ellos con su esposa Mairelis Peña, cuyo cuerpo está pendiente de ser identificado con una prueba de ADN.

"Él quería salvar a todo el mundo y al final no se salvó", contaron a la familia otros dos sobrevivientes. Tras ver que su esposa se ahogaba, y creyendo que pasó lo mismo con su hermano, Jorge Luis se despidió: "Díganle a mis hijos que los amo mucho".

Se quedó atrás y lo perdieron de vista.

La ausencia de información confiable sobre este tipo de naufragios aumenta "la ansiedad y el sufrimiento de sus seres queridos", opina el experto Jorge Duany.

Según él hay "una deshumanización de los migrantes indocumentados" por tratar de ingresar al país clandestinamente y "se nota poca simpatía pública" por su situación y la de sus familiares.

Cuando Dainier se despertó tras desmayarse en la orilla, encontró personas que le dieron ropa, agua y comida. A casi una semana del naufragio, guarda la esperanza de que otros hayan sobrevivido.

Danier espera que su hermano esté detenido y que, si es deportado, "lo manden con salud y que esté bien, prefiero que esté vivo en Cuba y no muerto aquí en EEUU".

Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.