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Leyes

Un Código de las Familias Rotas: 'por eso sí hubiese votado'

Opinan los cubanos: 'Reformar un Código de las Familias sin que se haya tipificado el feminicidio es una aberración'.

La Habana
Un hombre camina por La Habana a pocos días del referendo sobre el Código de las Familias.
Un hombre camina por La Habana a pocos días del referendo sobre el Código de las Familias. Diario de Cuba

Mientras el Partido Comunista utiliza sus reformas al Código de las Familias como mera propaganda para lavar el rostro de un régimen cada día más impopular, decenas de miles de cubanos siguen huyendo de la Isla. Los encarcelamientos y la represión policial contra los más elementales derechos humanos y libertades civiles, agudizados tras las protestas populares del 11 de julio de 2021 (11J), dibujan el panorama en un país donde la actual crisis económica lo ubica como el séptimo del mundo con mayor tasa de inflación.

Un panorama que, en cualquier caso, se traduce en la división de la familia cubana ya sea por la migración, por la cárcel o por la dolarización del país. Un recorrido por las barriadas habaneras pone de relieve que muchos cubanos se niegan a olvidar, y también sus razones para ni siquiera votar por un Código de las Familias que los ciudadanos consultados consideraron, como Zenaida Mezquida, otro acto de manipulación política del régimen.   

"Un Código de las Familias, en Cuba, debería empezar por explicar y decir toda la verdad, detalladamente, sobre la Operación Peter Pan", sentencia Mezquida, ex maestra cercana a sus 70 años de edad, que no alberga la esperanza de ver crecer a sus nietos pues sus tres hijos abandonaron Cuba.   

"Esa fue, a mi entender, la primera desintegración de la familia en la historia cubana toda, y quienes consideran que el actual Código de las Familias es moderno e inclusivo, deberían entender que no se llega a ninguna de esas virtudes sobre décadas de mentiras, ni olvidando de golpe y porrazo todo el daño y el sufrimiento de decenas de miles de familias que esta misma revolución dividió", considera.

"Los que hoy abogan por ser modernos e inclusivos dentro de una dictadura, deberían saber que décadas atrás, en cualquier planilla estatal te preguntaban si tenías familiares en el extranjero y si sostenías correspondencia con ellos. Todo cubano prudente dejaba ambas casillas en blanco. Creo que el respeto por todo ese dolor debería valer, y no la falta de memoria que es el verdadero daño antropológico cubano", ahonda Mezquida, quien fue cesada de la pedagogía a mediados de los 80 por las actividades disidentes de su hermana y su tío, también radicados en países extranjeros.

Pablo Zamora se identifica a sí mismo como "un tipo bohemio y conversador". Según él, la adicción por el arte y el rock "literalmente me salvaron de la tristeza más grande", porque perdió a su padre en la guerra de Angola, y a su madre de un infarto tras la noticia de sus dos hermanos desaparecidos intentando cruzar el estrecho de La Florida.     

"Parte considerable de la literatura escrita sobre los años 90, y de la Nueva Trova, habla mucho de las familias rotas por diversos motivos. También muchísimas telenovelas abordan la temática de los niños con padres divorciados. Se puede decir que, en Cuba, los llamados hogares rotos abundan y eso es innegable", recuerda Zamora, quien creció bajo la tutela de un tío alcohólico y una tía esquizofrénica.

"Una familia fracturada por una guerra que no nos correspondía librar, por la muerte en busca de un sueño común a millones de cubanos y que no logramos encontrar, por las enfermedades que brotan tras un episodio trágico. Nunca tendré hijos, ni una familia, porque vivo el trauma de perderla como perdí a la mía. Si existiera un Código de las Familias Rotas, por eso sí hubiese votado porque es más consecuente con la realidad cubana que veo diariamente. Cuba siempre ha sido eso: una tierra donde la ideología quebrantó a la familia", considera Zamora.     

En opinión de los habaneros preguntados, las reformas al Código de las Familias luego de los eventos del 11J "es una maniobra burda" del régimen con el único objetivo de aparentar inclusividad, modernidad, "cuando sobrevivimos con todos nuestros derechos secuestrados".

"Mi criterio es que esas reformas son deshonestas cuando el Gobierno avasalló, enjuició y encarceló a lo más preciado de la familia: los niños, los adolescentes y jóvenes", objeta Abraham Bencomo, testigo de las golpizas y la represión policial, militar y paramilitar desplegada por el régimen el 11J contra los residentes del Cerro.

"Todos ellos, junto al pueblo que salió a las calles aquel domingo, demandaban precisamente cambios y libertades. Pero cambios sustanciales, reales, profundos y que circulaban detallados en redes sociales. Esos reclamos incluso exigían reformas al Código de las Familias, intocable desde 1975 y con apenas una revisión técnica en 2015; al Código Penal, y a la Ley Electoral. Cómo se puede hablar de familia moderna o inclusiva, cuando nuestros hijos no podrán expresar lo que sientan y lo que crean so pena de la represión más violenta, y nosotros los padres y madres, ante ese miedo, los tendremos que montar en un avión con destino al desarraigo que implica la migración. No, no se trata de 'modernizar' el documento en cuestión, se trata de libertades, democracia y derechos", remarca Bencomo.       

Marcada por el maltrato en su matrimonio y la desprotección de las mujeres violentadas en Cuba, Sara no se atrevió a ser identificada. Su experiencia como educadora de círculos infantiles, aseguró, le otorga el privilegio de conocer de primera mano no pocos dramas familiares y también tragedias. Uno de los niños que cuida es huérfano a causa de un feminicidio, y la mayoría tienen a uno de sus padres fuera del país.    

"Reformar un Código de las Familias sin que se haya tipificado el feminicidio es una aberración. Es inaudito e irrespetuoso para el pilar de una familia en cualquier país, y en el nuestro las mujeres estamos total y absolutamente desprotegidas, al igual que los ancianos", fustiga Sara, madre de dos adolescentes varones que han contemplado, durante años, el ejemplo maltratador de su padre.

"No consideré justo ni siquiera votar No, porque nuestro Gobierno, en primer lugar, es machista, es homófobo, es racista, es antifamiliar. Hay quienes interpretan que el Estado te quitará los derechos sobre tu hijo, y eso es lo de menos. Lo realmente aterrador es que Cuba ya no es un país seguro para tener hijos, como tampoco ya casi no es seguro para ser mujer. Y de qué familia se puede hablar cuando todos esos miedos, reales, son la realidad que acontece en todo el país, o acaso la estampida de cubanos y cubanas, con sus hijos a cuestas atravesando selva o bajo nevadas, es un espejismo", añade.   

"Les invito a visitar un círculo infantil en el barrio que elijan, y que cuiden par de horas a esos niños y niñas, y les aseguro que conocerán cómo es una familia cubana, y no precisamente esa que intentaron dibujar en un papel", concluye Sara.

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4 comentarios

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Sin telefono y dinero. Voy bajando pronto a la Florida como pueda.

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Ya conocemos sobre estrategias para recaudar fondos en Hialeah. Y comenzar a juntar cubanos para generar el efecto de un movimiento ciudadano: las familias atomizadas , pero concentradas en Hialeah, pueden ser entrelazadas mediante el correo postal de los Estados Unidos. El despliegue de una operación masiva de envío de miles de cartas empleando sellos postales al precio de la categoría especial de (non profit); El marco operacional y logístico requiere la coordinación entre la impresión de las cartas, las listas de direcciones, y la oficina del correo postal.

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Out

Esperemos haber quienes son los idiotas que se prestan para el drama. Y que no jodan con cuentos chinos porque ya sabemos que si Biden le pone mil aviones para el que quieras salir del infierno, el espectáculo de la salida de los aviones norte americanos de Afganistán, Kabul lleno de personas subiéndose al tren de aterrizaje del avión queda chiquito. No jodan y no se presten para la película de los mafiosos.