Al considerar la poca cantidad de estudiantes de preuniversitario que cada año solicitaban las carreras de ciencias exactas, como por ejemplo las Licenciaturas en Matemática, Física y Química, o que incluso muchos educandos abandonaban esas carreras en sus primeros años, las autoridades educacionales cubanas decidieron crear, a partir del año 2009, el denominado Colegio Universitario con el fin de ir poniendo coto a semejante situación.
Se trata de escoger a un grupo de estudiantes que sientan cierta predilección por las ciencias exactas para que cursen el último semestre de la enseñanza preuniversitaria en las aulas universitarias. De esa manera recibirán una preparación especial en esas ciencias, lo que les debe de resultar provechoso un vez que ingresen en la educación superior. Como beneficio adicional, esos estudiantes ya tendrían su matrícula asegurada (por supuesto, en alguna de esas ciencias) sin necesidad de realizar exámenes de ingreso.
Sin embargo, un experimento que se concibió inicialmente para estimular el estudio de las ciencias exactas, al parecer sin muchas implicaciones de carácter político-ideológico, deviene a partir de este curso en un nuevo mecanismo de las autoridades con vistas a seguir afianzando en los años por venir su poder omnímodo sobre la sociedad. La reciente incorporación de la carrera de Periodismo al Colegio Universitario constituye una muestra de lo que afirmamos.
Un total de 60 estudiantes de doceno grado de la enseñanza preuniversitaria de las provincias de Pinar del Río, Mayabeque, Artemisa, La Habana y la Isla de la Juventud fueron los seleccionados para acceder al Colegio Universitario en aras de prepararse para la carrera de Periodismo.
Tras destacar que esos estudiantes recibirán en el Colegio asignaturas que refuercen las habilidades requeridas para dicha carrera, el director general de Formación de Pregrado del Ministerio de Educación Superior, al justificar la inclusión de la carrera de Periodismo en el Colegio Universitario, apuntó: "Ello tiene como motivación que han sido detectadas dificultades en la formación de esos profesionales, condicionadas por el tiempo que tienen para adquirir las habilidades necesarias, y por problemas que traen de la instrucción básica" (Juventud Rebelde, 26 de junio).
Acerca de los problemas de la instrucción básica con que llegan a las universidades los estudiantes cubanos, nada se podría objetar. Es bien sabido lo concerniente a la baja calidad de la enseñanza en Cuba. Ahora bien, por mucho que traten de ocultarlo los funcionarios castristas, es evidente que este Colegio Universitario servirá, en el caso de los aspirantes a la carrera de Periodismo, para irlos formando como periodistas oficialistas que defiendan los intereses de la cúpula gobernante.
Hay que destacar que esta inclusión del Periodismo en el Colegio Universitario es un segundo momento en esa especie de filtro que deben atravesar los estudiantes que aspiren a matricular esta carrera. Ya desde hacía algunos años, la carrera de Periodismo, al igual que la de Relaciones Internacionales, formadora de los diplomáticos del castrismo, contaba con "requisitos adicionales" para acceder a su matrícula.
Tal vez no sea casual que este celo de los gobernantes cubanos por formar a sus futuros periodistas coincida con un denominado "Plan Comunicacional" que piensa acometer en breve la Alianza Bolivariana para los Pueblos de las Américas (ALBA), el cual consiste, en lo fundamental, en un control mayor de la información en sus países miembros, con el objetivo de contribuir a la "batalla de ideas" que los ideólogos de la izquierda radical creen apreciar en el mundo.
Mas, con independencia del Plan Comunicacional del ALBA, los 60 muchachos que se preparan para ser periodistas en el Colegio Universitario ya pueden observar dos enfoques de la prensa oficialista, más o menos como los que el castrismo esperaría de ellos.
De una parte, la justificación de la invasión rusa a Ucrania, no importa la condena casi unánime de la comunidad internacional. Y por otro lado, la campaña que se dará próximamente en la televisión, la radio y la prensa escrita para convencer a la ciudadanía a que vote en el referendo por la aprobación del Código de las Familias, tal y como piden Díaz-Canel y su equipo de gobierno.
A los 60 muchachos se les enseñará que solo la opinión de las autoridades puede ser expuesta en los medios de difusión. Para los que se opongan a la versión del Código que enarbolan los dirigentes castristas, no hay derecho de acudir a esos medios.
El cuartico esta igualito ....