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sucesos

Rostros del Saratoga: víctimas de una catástrofe que exige aclarar responsabilidades

Estos son algunos de los niños, jóvenes y adultos que perdieron la vida por un presunto escape de gas en el hotel propiedad de GAESA.

Madrid
Cubanos fallecidos tras la explosión en el Hotel Saratoga.
Cubanos fallecidos tras la explosión en el Hotel Saratoga. ddc

Las 46 personas fallecidas hasta el momento por la catástrofe del Hotel Saratoga de La Habana han sido identificadas. Una buena parte son trabajadores de la instalación, perteneciente al conglomerado militar GAESA, que realizaban labores para ponerla a punto con vistas a su reapertura el 10 de mayo. 

Muchos aún son desconocidos, excepto para sus familiares y amigos que hoy los lloran. A otros ha sido posible ponerles rostro gracias a sus perfiles en redes sociales y a personas cercanas que tras la explosión compartieron imágenes e hicieron todo lo posible para hallarlos, con la esperanza de que estuvieran aún con vida.

Aquí están los rostros de los niños, jóvenes y adultos que perdieron la vida por un presunto escape de gas. Algunos permanecieron días entre los escombros.

Jonef José Chapman Izquierdo, de diez años de edad, y su padre, José Carlos Chapman Serrano, 36 años, se habían mudado a La Habana dos semanas antes de la explosión. Ambos eran naturales de Holguín. Caminaban por el corredor del Saratoga cuando ocurrió la desgracia.

Mélanie Laura Mosqueda Chacón, natural de La Habana, murió en el suceso con solo 17 años de edad.

Luisa Guilbeau Arrastia, de 39 años, era trabajadora del Parque Histórico Militar Morro Cabaña. Dejó a una niña de diez años.

María del Pilar Monzón González, de 56 años, aunque está registrada en la lista oficial como natural de La Habana, donde residió los últimos años, era originaria de Colón, Matanzas. Allí fue sepultada, confirmó DIARIO DE CUBA.

Otros fallecidos de los que no hay muchos detalles son Natyelis de la Caridad Brito Ibarzabal, quien solo tenía 15 años; Milton Lorenzo Ventura Narbona, 67 años; Ramón Toribio Señor Vergara, 65 años, y Alexis Lufriu Herrera, 49 años, todos de La Habana.

Adriana Josué Díaz, de 52 años, natural de La Habana, era trabajadora del Saratoga, al igual que Yenisleidis Morales Armenteros, de 34, y Odalys Barrera González, de 57, cajeras del hotel.

Julián Pupo Castellano, de 34 años y de La Habana, dejó tres hijos, era el chofer del camión de la estatal CUPET que entregaba el gas y cuyo escape ocasionó presuntamente la explosión.

Erick Girón Molina, de 35 años, trabajador de la Fábrica de Níquel Ernesto Che Guevara, de Moa, y su esposa, la habanera Vianka Yaniel Matos Cabrera, de 40 años, dejaron una niña de 11 años, que estaría entre los pacientes hospitalizados en cuidados intensivos. El pasado domingo el cadáver de Girón fue trasladado a Moa.

María Isabel Bullaín Montes de Oca, de 29 años,graduada de Licenciatura en Turismo, vivía en La Habana, al igual que Luciana Sierra Garro, de 54 años.

Juan Carlos Haza Martínez, 50 años, natural de La Habana, era recepcionista en el Saratoga. Ernesto Cárdenas Gómez, de 33 años, de la sexta graduación del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, trabajaba en la Cooperativa Ensamble del Fondo de Bienes Culturales. En el momento del desastre, trabajaba en el diseño del lobby del Saratoga.

Julio Jesús Trujillo Navarro, de 19 años; Daniel Cruz Cárdenas, de 25; Claudia Castellanos Antuch, de 30, contadora del Grupo Gaviota, todos de La Habana, son otras de las víctimas más jóvenes. Castellanos Antuch deja una niña pequeña.

Rafael Viga, de 50 años, padre de dos hijos, era maestro de cocina en el Saratoga desde febrero de este año. Su familia esperó novedades durante tres días en los alrededores del hotel. En su cocina estaba Noy Guzmán Suárez, de 44 años, también fallecido e identificado en los últimos días.

Otras víctimas mortales identificadas, Maylin Quezada Velazco, de 31 años, y Susel Torres García, de 35, eran trabajadoras del Hotel Saratoga y residentes en la capital.

Juan Carlos Díaz Álvarez, de 55 años, era delegado de la circunscripción 19 del Consejo Popular Prado, y María Consuelo Álvarez Valdés, de 77 años, era vecina de la zona de la explosión.

Por último, han sido identificados el cocinero Yosmany Hernández Temo, de 49 años, y la joven Shady Cristina Cobas Mesa, 27 años, residentes en La Habana, trabajadores del Saratoga que se hallaban en el edificio cuando ocurrió la explosión. Sus cuerpos han sido los últimos en ser rescatado de entre los escombros.

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6 comentarios

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Profile picture for user Amadeus

Cuba es un país donde reina la impunidad, la del régimen, por supuesto, que tiene patente de corso para no pagar a ningún muerto, mandar a alguien 11 años a la cárcel por protestar y lucrar con el turismo. Allí hace falta un revolución para echar a estos gánsteres del poder. La lucha armada revolucionaria es la única vía.

Profile picture for user Plutarco Cuero

Recuerde que los romanos y los griegos ... consideraban que los esclavos eran instrumentos que hablaban y que estaban desposeídos de alma ... La Piedra Eterna era un adorador de Alejandro Magno y Julio Cesar ...

No pierdan su tiempo. Recuerden la masacre del remolcador "13 de Marzo" (que no fue accidente y ni siquiera negligencia) y la absoluta falta de justicia hasta hoy. Aquí no ha pasado NADA, aparte de "mala suerte" o algo por el estilo.

Callejas el dueño del hotel ,no va indemnizar a las familias de las victimas,mucho menos a los que han perdido sus viviendas aledañas.El los obligará a mudarse y se apropiará de toda la manzana ,no van a reconstruir esas viviendas ,la van a demoler para que formar parte del hotel.A sus inquilinos los mandarán para Alamar,Arrollo Naranjo,Guanabacoa como mismo han hecho con todos los vecinos molestos a la expansión mafiosa del grupo hotelero y no viene solo de GAESA ,el difunto Eusebio Leal era otro que obligaba a las gente a mudarse para engrosar el fondo hotelero de HAVANAGUANEX....

Profile picture for user pim-pam-pum

D.E.P. mis condolencias a sus familias y amistades.
Desgraciadamente las familias rotas no recibirán ningún tipo de compensación económica que si bien el dinero no devuelve la vida al menos es una forma de admitir la responsabilidad del accidente.

Que Dios los acoja y que descansen en paz