La denominada Operación Thusano, que cubre los diferentes acuerdos que tienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba con las Fuerzas Armadas de Sudáfrica, le ha reportado a los militares cubanos en diez años 1.370 millones de rands, el equivalente a 92.889.470 dólares.
Esto, de acuerdo con el informe que rindió la Oficina del Auditor General sudafricano al Comité de Cartera de Defensa y Veteranos Militares (PCDMV, por sus siglas en inglés) del Parlamento de ese país acerca de la década de vigencia del acuerdo entre las Fuerzas Armadas de Cuba y Sudáfrica.
Esa información sale a la luz debido que los legisladores están revisando con lupa los negocios de ambos cuerpos militares después que la compra no autorizada del fármaco Heberon Alpha R 2B a La Habana en 2021 desatara una tempestad política en Pretoria que acabó con la devolución del medicamento a Cuba.
Según el nuevo informe, la compra del Heberon costó al Departamento de Defensa 2.241.534 dólares. Esa erogación fue considerada por la Agencia Reguladora de Productos de Salud (SAHPRA) local "un gasto inútil e infructuoso", dado que el fármaco no pudo ser empleado, como querían los militares, en el tratamiento del Covid-19, debido a que su uso en Sudáfrica no está autorizado.
Pero el nuevo informe, citado por el medio oficial Defense Web, ofrece detalles desconocidos sobre los opacos negocios entre las instituciones castrenses de ambos países.
Según las revelaciones, la Operación Thusano tiene ocho instancias de pagos registradas. Aparte de la suma invertida en el Heberon, se incluyen en el monto el flete de aeronaves (7.032.007 dólares); "asignaciones de fuerza permanente" (3.683.432 dólares); subsistencia, transporte y alojamiento (4.996.073 dólares); "transporte aéreo" para "visita extranjera" (1.788.139 dólares); y "vehículos de motor para pasajeros" (575.954 dólares). El reporte no aclara cómo están desglosados tales sumas.
Esas cifras corresponden a los pagos realizados desde el año fiscal 2016, si bien el informe presentado al comité parlamentario aclara que los pagos de la Operación Thusano son desde el inicio del proyecto, en 2012, hasta diciembre de 2021.
El informe de la Oficina del Auditor General señala que la auditoría se hizo debido a los "gastos significativos incurridos" en el acuerdo bilateral.
El informe revela además que, tras revisar lo que se denominaron "contratos principales" y varios acuerdos complementarios, el auditor general encontró que el Ministerio de Defensa sudafricano no siguió ningún proceso de adquisición antes de celebrar varios convenios complementarios con la estatal cubana Technoimport.
Asimismo, se comprobó que la adquisición de bienes y servicios a través de los acuerdos bilaterales y complementarios de defensa entre Cuba y Sudáfrica "no estaba en línea" con la Constitución y las Regulaciones del Tesoro, incluidas las aplicables a la gestión de la cadena de suministro.
"Se consideró que los gastos incurridos en el marco de la Operación Thusano eran irregulares y el Departamento de Defensa debería revelarlo como tal en los estados financieros anuales", subraya el informe de la Oficina del Auditor General.
En sus conclusiones, la entidad llamó a asegurar que "las desviaciones de los procesos normales de adquisición estén justificadas, adecuadamente documentadas y aprobadas por el contable y/o el Tesoro Nacional". También se recomendó a la ministra de Defensa, Gladys Kudjoe, que "tome medidas efectivas y apropiadas contra los funcionarios que permitieron gastos irregulares".
Entre los programas de colaboración conocidos entre las Fuerzas Armadas de Cuba y Sudáfrica están además servicios de entrenamiento y programas de estudio. Los cursos de capacitación llegan a incluir incluso a oficiales de alto rango, pilotos y soldados. A mediados de 2021 había al menos diez oficiales superiores de Sudáfrica enrolados en un programa estratégico de defensa y seguridad en la Isla.