¿Es cierto que en la marginalidad cubana se concentran negros y mestizos? La respuesta afirmativa a esta pregunta ha estado implícita en la serie de artículos presentados hasta ahora, usándose precisamente la condición marginal para explicar las diferencias —a veces llamativas y a veces indignantes— en los índices de salud y mortalidad que hemos visto.
Los datos expuestos han revelado que los contrastes de nivel de vida entre cubanos blancos y cubanos mestizos y negros son más profundos de lo que a primera vista podría pensarse. Nos sorprendemos quizás, precisamente, porque son dramas que ocurren "en lo marginal", allí donde la sociedad se observa menos a sí misma.
El que hasta ahora muchos no hayan sido conscientes de tales injusticias —las diferencias por color de piel son siempre injustas— es parte del mecanismo que las perpetúa; parte de esa exclusión, no necesariamente explícita o institucional, a la que son sometidos grupos residentes en zonas que, por razones históricas muy anteriores a 1959, acumulan, derivadas de la marginalización, desventajas que se vuelven grilletes hereditarios.
Las personas que viven en marginalidad, por definición, sufren desventajas para integrarse y aprovechar los servicios que la sociedad provee —sanitarios, educativos, asistenciales, de seguridad, económicos— y generan específicas interacciones bio-psico-sociales que están en la base de las susceptibilidades médicas vistas en los artículos precedentes.
Pero aún no hemos justificado por qué afirmamos que mestizos y negros predominan en la marginalidad cubana, lo hemos dejado a la etérea idea de que esos barrios periféricos —La Cuevita, La Jata, La Güinera— y algunos céntricos pero también de altos niveles de pobreza —El Fanguito, Pogolotti, Zamora— son "barrios de negros", despectiva caracterización asentada en la conciencia colectiva que, otra vez, es parte del mecanismo que contribuye a perpetuar aquello que describe —a la vez que forja— con desprecio y temor.
Conceptualizando la marginalidad como segregación social determinada por la falta de oportunidades, habrá que buscar entonces índices que demuestren que los grupos no blancos cubanos tienen menos oportunidad para avanzar en la vida, y más posibilidad de terminar siendo descartados.
Estos indicadores de exclusión los encontramos en estudios realizados por diferentes instituciones, incluyendo ejercicios de tesis de maestrías y doctorados, que han investigado cómo están constituidas en Cuba dos instituciones polares dentro de la sociedad: universidades y prisiones.
Los resultados no pueden ser más expresivos. La población universitaria cubana es un 80% blanca, valor que se agudiza en las categorías docentes superiores, entre profesores auxiliares y titulares.
Tampoco sorprende la otra cara de la moneda, también recogida en varios estudios académicos y palpable para cualquiera que visite una de las más de 200 instituciones penitenciarias del país, que albergan a algo más de 90.000 reclusos —probablemente una de las mayores densidades de presos en el mundo con respecto a la población—, de los cuales tanto como el 95% son mestizos o negros.
Tomando como referencia el porcentaje de población según color de piel, utilizado como base de cálculo por el investigador Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira en su estudio Esperanza de vida al nacer en Cuba hoy: diferenciales y coyunturas, que indica que negros y mestizos son el 35-36% de la población cubana actual, se ve que una persona de ese grupo social tiene muchas más posibilidades de terminar en la cárcel —con la carga de exclusión que ello implica— que una de piel blanca. Al mismo tiempo, sus oportunidades de obtener estudios universitarios para ascender en la escala social son 25 veces inferiores. ¿Queda duda del color de la marginalidad en Cuba?
Aunque los parámetros de discriminación del castrismo son fundamentalmente políticos, ¿hasta qué punto su segregación ideológica alimenta la racial? La escasísima presencia de negros y mestizos en cargos de poder verdadero durante los 62 años de Revolución, da un buen indicio del pobre empoderamiento político de los no blancos, lo que merma su participación y la presencia de su cosmovisión en la transformación de la realidad nacional.
Es real que con el castrismo se rompieron anquilosadas tradiciones racistas —como las sogas en los parques de algunos pueblos— y, lo más relevante, los servicios públicos, con toda su ineficiencia, no discriminan por color de piel.
En cualquier caso, lo crucial está en entender que la empinada cuesta que queda por subir hacia la equidad según el color de la piel —que no es hacia el igualitarismo, sino hacia la igualdad de oportunidades— no podrá ser vencida mientras la losa del sistema castrista oprima las libertades civiles que necesita esta nación para ser económicamente próspera y brindar las oportunidades; para que se vayan rompiendo los grilletes de la marginalidad.
Dejen de tapar el sol con un dedo. Cuba ha sido racista desde que España exterminó a los aborígenes cubanos ... y QTS y su hermano son tremendos racistas ...
La autora del articulo basa la marginalidad en el color pero ni siquiera toca el tema del complejo que tienen muchos de esa raza de no ser aceptados por la sociedad lo cual se convierte en una limitación autoimpuesta, como ejemplo, tenia una vecina (negra tambien) que decía, "nosotros solo servimos para la musica y el deporte".
35-36% de negros y mestizos? Apretó la compañerita Rafaela.
Otro artículo infumable de la supremacista negra Cruz intentando dividir aún más la destruída sociedad cubana siguiendo la estela racista de BLM.
Sigue esta señora echándole leña al fuego con estos artículos infundados y es evidente que ya lo hace de una manera malintencionada.
¿Es que no le da verguenza toda esta bazofia que escribe?
Señor, perdónala!!!!
Solo le diré a esta "trasnochada neblinosa de ensueño y racista a ultranza , Cruz de apellido , que en Cuba ,tal cual aprendí de mis pretéritas generaciones, "El que no tiene de Congo; tiene de Carabalí! Creo que la publicación de estos escritos racistas no son una muestra de "Libertad de expresión" . Le recuerdo a este Diario que , incluso la democracia se nutre de leyes que deben salvaguardar los valores ético- morales de la sociedad dada y hay que cumplirlas , máxime en este Diario prácticamente opositor a la dictadura castrista. Aunque nuestros valores estén mellados" por los 62 años de desgobierno , no es menos cierto que estas manifestaciones racistas y además manipuladoras ,exponiendo cifras no reales a conveniencia , de cualquier "Don Juán de los Palotes", que esgrime datos estadísticos falseados totalmente. Olvidarse , por favor de "Afro-cubanos", "Ibero-cubanos". Esas frases no nos vienen al cuerpo. Se dice ; negro cubano ó blanco cubano. O Jabao, mulato y que se yo!
Ya volvió la supremacista afrocubana con sus nauseabundos estudios basados en color de la piel,imaginense si ponemos fotos de los represores,una gran mayoría son de su grupo etnico,étnico, pero ella tergiversa y manipula como ciertas arañas cuando construyen su red.Despues cuando estas atrapado ,te inocula el veneno y te devora vivo.Esta asquerosas de persona mal intencionada y habilidoso, trata lo mismo que la agenda del los infames del BLM.Si tiene éxito se comprará una mansión o seguirá aprovechándose de la libertad de expresión para incentivar el odio racial en base a la agenda mundial de ciertos políticos. Es tan oportunista como los que agarran grants de los contribuyentes americanos y europeos.Muchos cubanos tenemos matrimonios mixtos desde hace décadas.Muchos hubimos de luchar contra prejuicios que aún perduran,pero gracias a Dios y el progreso se van quedando atrás, pero comem.... como esta arácnida sin escritos los reaviva con su veneno y estupidez sin limite ni pudor....
Tanto que grito el mariconson de la piedra que los negros no tenían el mismo privilegio que los blancos y ahora es peor, blanco y más los negros están retejodido.
Creo que si algo ha habido en todos estos años es igualdad de oportunidades como nunca las hubo y como dificilmente las haya en otras condiciones, me refiero a la oportunidad de estudiar y terminar en la universidad en lugar de la carcel, es dificil romper con las ataduras sociales y del medio en que uno crece pero un analisis honesto no encriminaria a la falta de oportunidades el haber elegido un camino y no otro.