¿Qué saben los cubanos del poliamor?

Algunas informaciones relacionadas con la elaboración de un nuevo Código de las Familias han provocado choteo entre los cubanos, pero también preocupaciones que surgen del desconocimiento.

El no reconocimiento del poliamor —o pluriamor— dentro del anteproyecto de Ley del Código de las Familias ha sido visto por algunos como una intromisión en la vida privada, aunque la mayoría no entiende de qué va el asunto y la falta de explicación oficial favorece la ignorancia.

"¿Entonces, será ilegal la infidelidad, que en Cuba casi es un deporte?", preguntó Luz María Izquierdo, inspectora de Transporte y vecina de Centro Habana, quien admitió desconocer qué significa poliamor.  

"Son tantas las prohibiciones en este país que, de solo pensar que algo pueda prohibirse, el cubano se espanta. Y como lo único libre y placentero que tenemos en este país es el sexo, ya sea dentro o fuera de la relación, sería un crimen penalizar el tarro", añadió Izquierdo.

Las autoridades a cargo de la elaboración del anteproyecto de Ley del Código de las Familias admitieron que muchos de los criterios ciudadanos tienen como causa el desconocimiento. Con frecuencia el Gobierno da por sentado que los cubanos manejan conceptos sobre la sexualidad, en un país donde la educación sexual es escasa y politizada.

Entre los aspectos que no han sido aceptados durante el proceso de elaboración del anteproyecto de ley —bajo consulta especializada de más de 40 instituciones— se encuentran el poliamor, un neologismo que se usa para referirse a una relación amorosa —afectiva, íntima, emocional y sexual— simultánea y duradera entre tres o más personas, con consentimiento y conocimiento de todos los involucrados. Es diferente de la poligamia (generalmente, un hombre casado con varias mujeres), que se refiere a una manera codificada de matrimonio o unión múltiple, y que suele tener una base religiosa o tradicional. El poliamor no pone el énfasis en el matrimonio y la posibilidad de tener varios amantes no se limita a uno de los géneros ni a una sola persona dentro de la relación.

"A mí me suena que eso de no aceptar el poliamor significa que nadie podrá tener dos novias o dos novios, del mismo modo que en Cuba nadie puede tener dos casas", dijo Carlos Roberto Santana, chapistero y vecino del Cerro.

"Tengo un técnico medio en Mecánica Automotriz y jamás había escuchado esa palabra ni en la escuela ni en la calle. La primera vez fue en esa Mesa Redonda donde salió el cartel, pero ahí nadie explicó de qué se trataba, quiénes lo propusieron, ni por qué no fue aceptado. Desde el choteo que caracteriza al cubano, en mi barrio lo interpretamos como que el tarro será ilegal, y que lo único bueno es que muchos hombres en Cuba podrán dormir tranquilos", bromeó Santana, reflejando el machismo que impera en la Isla.

Según el ministro de Justicia, Oscar Manuel Silvera Martínez, el anteproyecto de Ley del Código de las Familias es "un texto abarcador, moderno, robusto y que se refiere a la realidad sociofamiliar cubana". Dicho documento será sometido a consulta popular entre enero y abril de 2022, presentado para su aprobación a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) durante el mes de julio, y posteriormente llevado a referendo popular.

Es la única ley en el Cronograma Legislativo que el Gobierno someterá a referendo.

"El fallo del Gobierno, una vez más, tiene que ver su manera paternalista de calibrar a la sociedad cubana. Todo el desconocimiento y la interpretación desde el choteo que la población está haciendo sobre el asunto del poliamor parte de ese paternalismo y de la creencia de que la semántica cambia por sí sola la mentalidad social y al individuo", opinó la psicóloga Yanet Cruz Bello.

"La propia concepción del matrimonio sigue siendo machista y homófoba aunque la última reforma a la Constitución cambió la línea 'entre una mujer y un hombre' por aquella otra de 'entre dos personas'. Personalmente, estoy totalmente de acuerdo en que la familia, como institución privada, deba sostenerse sobre el carácter binario del matrimonio. Pero esa puntualidad tiene que ser explicada a la sociedad civil con claridad, no en apenas dos minutos, como si fuera un hecho que los cubanos sabemos o entendemos qué es el poliamor y cuáles serían sus repercusiones, negativas o positivas para la realidad sociofamiliar", añadió Cruz Bello.

Entre los habaneros preguntados para este reporte primó no solo el desconocimiento sobre el término poliamor, sino además la preocupación de cuáles serían las consecuencias de su no aceptación.

"No me quedó claro si la no aceptación del poliamor influye en los límites de la familia, o si será repudiado a nivel social, cosa que la comisión del Proyecto de Ley no se extendió en explicar", dijo Yanisley Fuentes Romero, estudiante universitaria y vecina de Playa.

"Mis amistades y yo sabemos básicamente de qué se trata, incluso dos de nuestras amigas lo aplican en sus relaciones. Pero las interrogantes no son gratuitas, pues si el poliamor no es aceptado, como tampoco fue aceptado conceptualizar la familia y definir sus funciones, ello podría significar que cualquier relación de esta índole estaría excluida dentro de la familia. Una familia no solo surge de una madre, un padre y la descendencia de ambos, sino también de que un grupo de personas quiera y establezca vivir como familia, aunque sea sin el propósito de concebir o adoptar hijos", añadió Fuentes Romero.

"El choteo de los habaneros respecto al poliamor podrá estar planteado desde la ignorancia y la desubicación, pero la pregunta es ¿quién alimenta esa ignorancia que interpreta la no aceptación del poliamor como la penalización de la infidelidad en la pareja o el matrimonio"?, concluyó.