El embajador cubano en Beijing, Carlos Miguel Pereira, anunció el ingreso de La Habana en la rama energética del proyecto comercial chino "la Franja y la Ruta", con el que el país asiático intenta expandir su influencia mundial, por lo cual ha sido calificado por expertos como una especie de "Plan Marshall".
"Se oficializa incorporación de Cuba a la Alianza Energía de la Franja y la Ruta. Destaque importancia esta nueva plataforma promovida por China para ampliar y diversificar la cooperación energética y superar colectivamente desafíos desarrollo energético mundial", escribió Carlos Miguel Pereira en su cuenta de Twitter.
"La Franja y la Ruta" surgió como una respuesta del Gobierno chino a las políticas arancelarias de Donald Trump, por lo que con ello Pekín intenta crear una "nueva ruta de la seda" con el objetivo de establecer vías comerciales preferenciales con Asia, Europa y América Latina.
El ministro cubano de Energía y Minas, Livan Arronte Cruz, quien participó en el encuentro con funcionarios chinos de forma virtual, habló sobre las nuevas medidas tomadas por el Gobierno de la Isla para desarrollar y promover el uso de las fuentes de energía renovables.
La viceministra de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Déborah Rivas, destacó en su cuenta de Twitter que Cuba es uno de los primeros países de América Latina en hacerse miembro de la alianza.
La Alianza para la Energía de la Franja y la Ruta fue lanzada en octubre 2018 durante Conferencia Ministerial Energía de la Franja y la Ruta en Suzhou y su inauguración oficial tuvo lugar en Beijing en abril 2019, afirmó el embajador cubano en su cuenta de Twitter.
Actualmente 29 países se han inscrito como miembros del proyecto, con el cual el Gobierno cubano busca nuevas vías de acceso a las energías renovables y los combustibles fósiles, ante la evidente crisis del crudo en Venezuela.
Según anunció el Gobierno chino, el proyecto de "la Franja y la Ruta" prevé incluír a 60 países, entre los cuales se concentra el 75% de las reservas energéticas conocidas en el mundo y el 70% de la población mundial con un estimado del 55% del PIB mundial.
Proyectos como ese han fracasado.