'Patria y Vida' pasa de teléfono en teléfono en Santiago de Cuba: 'Dice la verdad, aunque les pique'

Desde la azotea de su casa, en el fondo del Cementerio de Santa Ifigenia, Rodolfo amplificó la canción "Patria y Vida" porque José Martí, Carlos Manuel de Céspedes y Mariana Grajales tenían que "escuchar" una obra digna de su legado y crítica contra el hambre y las vicisitudes en Cuba.

A insistencia de su esposa, que enumeraba a gritos los peligros que corría la familia, la apagó diciendo en una especie de autocrítica: "comer arroz con lechuga es el resultado de seis décadas de sumisión y cobardía".

Sin salir del enfado, soltó un "mal rayo nos parta por pencos y aguantones", que dejó boquiabiertos a los más tolerantes del vecindario.

En un recorrido por barrios y plazas públicas de Santiago de Cuba, DIARIO DE CUBA constató que el audiovisual de Asiel Babastro pasa de mano en mano sin las viejas señales de temor con que los santiagueros asumían sus inquietudes.

De hecho, la canción "Patria y Vida" causa furor. No es raro escuchar a alguien que entona la letra.

"Es una inyección al espíritu de rebeldía; una denuncia que socava desde el arte los cimientos de un régimen obsoleto y represivo", dijo la profesora Rosario.

En los bancos del malecón santiaguero, César y Aida tarareaban la letra de la melodía con un atrevimiento generado por la carestía. Junto a ellos, otros jóvenes coreaban: "¡Se acabó, 60 años trancando el domino!".

En Trocha y Calvario, Raulito no daba abasto grabando en los móviles de los clientes el tema interpretado por Yotuel Romero, Descemer Bueno, el dúo Gente de Zona, Maikel Obsorbo y El Funky, con más de 2,6 millones de reproducciones en YouTube.

A solo unos metros de los muros del antiguo Cuartel Moncada una estudiante de Medicina explicaba a sus compañeros lo sugestivo de un mensaje que calificó de "fuera de liga".

Parados en la Avenida de Céspedes y Garzón, varios vecinos discutían sus puntos de vista, pero coincidían en que esas estrellas de la música urbana "se han robado el show y dejado en un segundo plano al coronavirus, el dengue, la sarna y hasta la amenaza de tsunami de los últimos días".

En una suerte de tertulia, las personas que en el Coppelia esperaban el ómnibus para el reparto Abel Santamaría concordaban en que, "al publicar las canciones ofensivas de Virulo, Miami respondió con una de mejor factura".

"No se cansan de llamar mercenarios a los que asumen una postura crítica. Esos interpretes por mucho tiempo y con toda razón serán fuente de admiración y orgullo", dijo una de las presentes.

En la rotonda del Distrito José Martí la delegada del Poder Popular amenazaba a los adolescentes con llamar a la Policía. Una de las madres le respondió desde un segundo piso: "Preocúpese porque nos traigan comida y déjelos tranquilos. 'Patria y Vida' dice la verdad, aunque les pique".

"Yo la tengo de tono en el celular. Solo es cuestión de que suene ante algún chivato para ir trancado. Se acabó el miedo. Me encanta la canción y hay que matarme", escribió en las redes Yuset Rodríguez, al tiempo que Verónica posteó: "Llegó en el momento histórico perfecto para despertar al pueblo".

"No se puede tapar el sol con un dedo. El periódico Sierra Maestra hace el ridículo al llamar miserables y traidores a intérpretes valientes", dijo Inés en la Sala de Conciertos Dolores.

Mientras la repulsa sube de tono, la radio local responde con materiales cargados de odio, homofobia y frases manidas.

"Muchos de sus mensajes son discriminatorios y ofensivos; incluso rozan con el infundio, como asegurar que esa canción, con más visitas en internet que cualquiera de las realizadas por el régimen con fines políticos, es un encargo de Emilio y Gloria Estefan", dijo una radioyente.

Tele Turquino reproduce hasta el cansancio el audiovisual "Con Cuba no te metas", pieza con la que primero criminalizaron a los activistas que protagonizaron el plantón ante el Ministerio de Cultura y ahora intentan desacreditar a los intérpretes de "¡Se acabó! Tú 59 y yo doble dos".