El Instituto Internacional de Artivismo Hanna Arendt (INSTAR) decidió habilitar cuatro espacios para proyectos o personas de la sociedad civil que necesiten conseguir un local temporal en el cual reunirse y trabajar.
Los locales funcionarán en la modalidad de coworking (espacios de trabajo compartidos), dada la carencia de lugares propios que afecta a los más diversos proyectos independientes en la Isla.
"Pequeños proyectos que no cuentan con un espacio propio para encuentros, reuniones o producciones colectivas (…) tienen en esta modalidad una salida", dijo INSTAR en su convocatoria, publicada en su página de Facebook.
La iniciativa, libre de costo, contará con cuatro locales y permitirá utilizar los espacios a corto plazo (por horas o un día), o a largo plazo (por varios días).
"Está previsto que no solo aceptemos proyectos que involucren a varias personas, sino también a cualquier persona necesitada de un espacio; por ejemplo, un periodista independiente que necesite escribir con tranquilidad podrá solicitar un espacio en INSTAR para hacerlo", dijo a DIARIO DE CUBA Marta María Ramírez, quien se encuentra a cargo de esta iniciativa.
"Recién estamos comenzando y hay muchas cosas por ajustar o definir, pero por razones obvias para quien conoce la realidad cubana priorizaremos los proyectos independientes que no tienen cabida en las instituciones oficiales", añadió Ramírez.
El coworking ha ido ganando popularidad en muchos países entre profesionales, emprendedores y pequeñas empresas.
Según registros del sitio peruano de servicios corporativos The Office, existen en el mundo unos 1.500 sitios de cotrabajo destinados fundamentalmente a diseñadores, programadores, escritores y periodistas, indica INSTAR en su página de Facebook.
La mayoría de los integrantes de proyectos independientes en la Isla —en especial aquellos considerados incómodos por el Gobierno cubano— deben trabajar desde sus casas o en espacios muy reducidos, que con frecuencia no reúnen condiciones.
A esto se añaden dificultades para conseguir espacios en los que reunirse, sobre todo para iniciativas que cuestionan abiertamente las directrices políticas, sociales o económicas del régimen, a las que las autoridades impiden legalizarse.
Estas iniciativas que persiguen el cohesivo de la sociedad civil cubana son muy efectivas, y estrategicamente superior a las estructuras verticales del movimiento opositor.