Al menos siete viviendas, un hotel y un tramo de la pista del aeropuerto Gustavo Rizo Álvarez sufrieron daños de diferentes grados en Baracoa como consecuencia de las penetraciones del mar asociadas al huracán Isaías, reporta la prensa local citando recuentos preliminares.
Empujadas por vientos de hasta 115 km/h, según el Centro Meteorológico de Guantánamo, las olas golpearon edificaciones cercanas a la costa. Dos viviendas sufrieron derrumbes totales y otras cuatro parciales, según el Consejo de Defensa Municipal (CDM).
Asimismo se afectó la carpintería de cuatro habitaciones del Hotel Baracoa y de apartamentos del primer piso del edificio multifamiliar número 5.
Las autoridades se ocuparon rápidamente de las afectaciones del hotel. Alexis Guilarte Fuentes, jefe del Grupo de Gestión para la Reducción de Riesgos y Desastres en Baracoa, dijo este sábado que en la instalación turística estaba por concluirse la reparación de las averías ocasionadas.
Imágenes publicadas por la prensa oficial y en las redes sociales mostraron calles llenas de basura y escombros.
En Baracoa "llueve sobre mojado". La ciudad ha sufrido el impacto de varios huracanes en los últimos años.
El periódico Venceremos, de Guantánamo, informó que dos brigadas de la Unidad Empresarial de Base de Servicios Comunales trabajaban en la recogida de escombros.
La Organización Básica Eléctrica reportó daños en el servicio para las viviendas afectadas y en el alumbrado del paseo marítimo de la ciudad, del cual previamente se habían retirado las lámparas leed.
Geannis Pajan, presidente del Consejo de Defensa Municipal, informó que gracias a la ausencia de fuertes lluvias no se alteró el caudal de los ríos, lo que evitó inundaciones en las zonas bajas.
Por su parte, Guilarte Fuentes dijo que en la agricultura no se cuantifican perjuicios significativos.
El huracán Isaías, con categoría 1, continuaba moviéndose este sábado hacia el noroeste, y azotaba esta mañana parte de las Bahamas en una trayectoria hacia Florida que lo alejaba definitivamente de Cuba
El "irregular ojo de Isaías" estaba en la mañana del sábado sobre la isla Andros, la mayor del archipiélago de las Bahamas. El huracán llevaba vientos máximos sostenidos de 140 Km/hora y avanzaba hacia Florida a 19 Km/hora.
"Se espera que se aproxime al sureste de la costa de Florida más tarde el sábado y el domingo", informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
El vicedirector del Departamento de Meteorología de Bahamas dijo al diario local The Nassau Guardian que los bahameños están "pasando por la peor parte en este momento".
"Las condiciones se van a deteriorar hasta las 11:00AM", prosiguió, alertando de la posibilidad de tornados.
La tarde del viernes, imágenes de televisión mostraban a bahameños apresurándose a comprar víveres y tapiando sus ventanas.
El primer ministro, Hubert Minnis, había flexibilizado las estrictas medidas de confinamiento por la pandemia para permitir a los residentes prepararse para el huracán.
En Florida, los residentes se apresuraban entretanto a hacer compras de último momento frente a la amenaza de la tormenta, la novena de este año y la segunda que evoluciona a huracán en una temporada de huracanes inusualmente activa en el Atlántico.
Isaías se desplazó un poco hacia el este, adentrándose en el mar. Son buenas noticias para Florida, aunque de todos modos recibirá los vientos del huracán.
"Esta cosa es muy incierta", dijo el gobernador del estado, Ron DeSantis, en conferencia de prensa, advirtiendo de posibles marejadas de hasta 1,2 metros de altura.
Florida es el segundo estado con más casos de coronavirus después de California en Estados Unidos. Sus hospitales están desbordados y el viernes sumó un nuevo récord con 257 muertos en 24 horas, para un total de 6.843 fallecidos y 470.386 contagiados.
El alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, dijo el viernes que, de ser necesario, tiene capacidad para alojar a hasta 100.000 personas en los refugios con nuevas medidas de distanciamiento social.
Los centros de pruebas de Covid-19 en Florida fueron cerrados el jueves hasta nuevo aviso, puesto que son estructuras de campaña que no pueden resistir fuertes vientos.
Seguramente la nieta de Castro II, como buena comunista, proveerá de alojamiento para aquellos que se quedaron sin casa por el huracán. Tiene varias casas en La Habana. Es tarea del Partido.
SIEMPRE los más pobres son los más vulnerables. Peor en CUBA donde no se les VENDE NADA para prepararse para la temporada de ciclones. Pero ahí están, aguantando hasta más no poder ... esperando los dólares 'sangreao' de Miami.
Y seguirá así mientras sigan poniendo techos de aluminio y paredes de tablitas. Y después a la plaza con Canel
Miseria revolucionaria